Ejemplos con horrenda

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta deidad del Caos tiene un carácter afable y hasta paternalista con sus seguidores, que son de los pocos capaces de tolerar su horrenda presencia e inmundo olor.
Algunos aseguran que al ver el espectral rostro de La Sayona, se ve el rostro de la propia muerte, y si la persona no muere del susto al ver esta horrenda cara, el espanto los acosará tomando diversas formas hasta producirles un infarto, hacer que caigan por un barranco o cualquier otra horrenda muerte.
En el libro Napalpí, la herida abierta, el periodista Mario Vidal detalla: El ataque terminó en una matanza, en la más horrenda masacre que recuerda la historia de las culturas indígenas en el siglo XX.
El fácil vencimiento de Aguirre los libraba de aquella horrenda pesadilla.
Ante la amenaza invasora de Lope de Aguirre, las autoridades reales de Venezuela habían pedido socorros desde Panamá hasta Perú, y tanto los españoles residentes en el Nuevo Reino de Granada como los de Venezuela, se concentraron en El Tocuyo para defender el territorio de aquella horrenda aventura.
La agonía de este desgraciado fue horrenda, pues su delatora se obstinaba en hacerle comer pan y pepino.
Allí he pasado yo toda la noche bien resguardado de esta horrenda trifulca, y de allí salí a buscar a Vuecencia para llevármele conmigo.
La triste caravana, fatal término y desenlace de un acto militar que debió ser glorioso, deslizábase furtiva por los campos como una decepción horrenda, o una burla del Destino que quiere sustraerse a la mirada humana, y aun a los ojos de la Historia.
Desde la visita del ceso en las referencias directas de mi persona porque estuve privado de conocimiento en largos días, conservando sólo un brumoso recuerdo de la horrenda sed, del amargor de la quina, y del repugnante gusto de los caldos que me daban.
-Porque al librarme de esa tarasca me ha sacado de la más horrenda esclavitud.
Ante la horrenda tragedia de Santiago de Cuba, desperté en mi cama dando gritos atroces: ¡Teneos, bárbaros! ¡No fusiléis!.
O yo padecía una horrenda perturbación de mis sentidos, o era del tamaño de un gatito en la edad juguetona.
Imaginaba yo que la horrenda formaba sola un bando poderoso contra las otras, para mí de estampa desconocida, y que comúnmente se ponía de parte de cuando ésta tiraba de vergajo.
Me obligaba mi esclavitud a poner en práctica la horrenda humildad ordenada por Jesucristo, que es ofrecer la mejilla izquierda después de bien aderezada de sopapos la derecha.
En la misma línea a la derecha otra menina no menos agraciada, doña Isabel de Velasco, y la enana Maribárbola de feo semblante y descomunal cabeza miran de frente hacia donde están los Reyes sentados, ante esta horrenda criatura hay en el suelo echado y dormitando un mastín que parece pronto a levantarse y huir mansamente para que no siga hostigándole con el pie Nicolasito Pertusato, enanillo alegre, esbelto y bien vestido como juguete vivo, cuya postura y movimiento no hubiera sorprendido mejor una instantánea fotográfica.
Llegó a la roca más alta, la más saliente e inclinada hacia el abismo, y agarrado a la punta, rasgándose el pecho contra las asperezas de la peña, tendió los ojos fuera de las órbitas por aquella extensión inmensa, buscando una señal, un punto negro, un ligero estremecimiento en la superficie del agua ¡Nada! ¡Nada más que aquellas olas tan azules y tan bellas a pesar de catástrofe tan horrenda, aquel cielo tan puro y tan radiante a pesar de horror tan profundo!.
Indignóse con esto Currita, y para evitar la horrenda profanación, apresuróse a retirar al niño.
Éstas hijas de María expiarán su candor en la celda horrenda y nuestros conventos son asilos de novias, desamparadas.
¡Casarse con una! Esto era un colmo, el colmo del , y en semejante acto había una mezcla horrenda de ignominia y de abnegación sublime, un no sé qué de osadía y al mismo tiempo de bajeza, que levantó al bueno de Rubín, a sus ojos, de aquel fondo de vulgaridad en que estaba.
Tampoco Julián olvidará el día en que ocurrieron acontecimientos tan extraordinarios, día dramático entre todos los de su existencia, en que le sucedió lo que no pudo imaginar jamás: verse acusado, por un marido, de inteligencias culpables con su mujer, por un marido que se quejaba de ultrajes mortales, que le amenazaba, que le expulsaba de su casa ignominiosamente y para siempre, y ver a la infeliz señorita, a la verdaderamente ofendida esposa, impotente para desmentir la ridícula y horrenda calumnia.
Sartenes rascadas con tenedores y cucharas de hierro, tiestos de cocina tocados como címbalos, cacerolas, dentro de las cuales se agitaba en vertiginoso remolino un molinillo de batir chocolate, peroles de cobre en que tañían broncas campanadas fuertes manos de almirez, latas atadas a un cordel y arrastradas por el suelo, trébedes repicados con varillas de hierro, y, por cima de todo, la lúgubre y ronca voz del cuerno, y la horrenda vociferación de muchas gargantas humanas, con esa cavernosidad que comunica a la laringe el exceso de vino en el estómago.
Encorvada la horrenda sibila, alumbrada por el vivo fuego del hogar y la luz de la lámpara, ponía miedo su estoposa pelambrera, su catadura de bruja en aquelarre, más monstruosa por el bocio enorme, ya que le desfiguraba el cuello y remedaba un segundo rostro, rostro de visión infernal, sin ojos ni labios, liso y reluciente a modo de manzana cocida.
Paco por el pasillo adelante buscando refugio, y siguiendo tras él, dimos los tres en una gran pieza, desde la cual se pasaba a otra con espaciosas rejas a la calle, donde vimos el espectáculo de la más horrenda anarquía que pueden ofrecer en el interior de una honesta casa las demasías de la libertad.
-Si eso es desgracia, ¿qué nombre daremos a la horrenda agonía de una criatura, a quien usted acaba de precipitar en la mayor deshonra y vergüenza?.
No sé por qué nuestra generación se figura siempre a aquellos hombres con cara distinta de los demás de su clase y especie, y es que su triste oficio no podía menos de alterar en ellos los rasgos naturales de la fisonomía humana haciendo en sus personas una horrenda mezcla del hombre y la fiera.
-Sí, pero cuando considero que esa gente espera la caída del para agrandar su influjo, aumentar sus riquezas y, lo que es peor, complicar y extender más la horrenda máquina de la Inquisición, no sé por que encuentro al Príncipe de la Paz digno de amor y disculpables todos sus vicios.
Esta noche he presenciado una cosa horrenda.
Hízolo así el espantajo prodigioso, y, puesto en pie, alzó el antifaz del rostro y hizo patente la más horrenda, la más larga, la más blanca y más poblada barba que hasta entonces humanos ojos habían visto, y luego desencajó y arrancó del ancho y dilatado pecho una voz grave y sonora, y, poniendo los ojos en el duque, dijo:.
El calvatrueno que adornó a la Mancha de más despojos que Jasón decreta, el jüicio que tuvo la veleta aguda donde fuera mejor ancha, el brazo que su fuerza tanto ensancha, que llegó del Catay hasta Gaeta, la musa más horrenda y más discreta que grabó versos en la broncínea plancha, el que a cola dejó los Amadises, y en muy poquito a Galaores tuvo, estribando en su amor y bizarría, el que hizo callar los Belianises, aquel que en Rocinante errando anduvo, yace debajo desta losa fría.

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