Ejemplos con holgara

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cree Sofía que si las terribles nuevas se confirman, tendremos aquí grave trapatiesta, y cuando le digo yo que de ello me holgara mucho, se pone hecha un basilisco.
—Uno dellos seria yo y el mayor, replicó el alférez, si creyese que ese tiempo ha vuelto, y aun tambien lo seria, si dejase de creer lo que oí y lo que vi, y lo que me atreveré a jurar con juramento que obligue y aun fuerce a que lo crea la misma incredulidad, pero puesto caso que me haya engañado y que mi verdad sea sueño, y el porfiarla disparate, ¿no se holgara vuesa merced, señor Peralta, de ver escritas en un coloquio las cosas que estos perros, o sean quien fueren, hablaron?.
—Allá irás, mentecato, trovador de Júdas, que pulgas te coman los ojos, y ¿quién diablos te enseñó a cantar a una fregona cosas de esferas y de cielos, llamándola lúnes, mártes y ruedas de fortuna? Dijérasla, noramala para tí y para quien le hubiera parecido bien tu trova, que es tiesa como un espárrago, entonada como un plumaje, blanca como una leche, honesta como un fraile novicio, melindrosa y zahareña como una mula de alquiler, y mas dura que un pedazo de argamasa, que como esto le dijeras, ella lo entendiera, y se holgara, pero llamarla embajador, y red, y moble, y alteza, y bajeza, mas es para decirlo a un niño de la doctrina, que a una fregona: verdaderamente que hay poetas en el mundo, que escriben trovas que no hay diablo que las entienda, yo a lo ménos aunque soy Barrabas, estas que ha cantado este músico, de ninguna manera las entiendo: miren qué hará Costancica, pero ella lo hace mejor, que se está en su cama haciendo burla del mismo Preste Juan de las Indias: este músico a lo ménos no es de los del hijo del corregidor, que aquellos son muchos, y una vez que otra se dejan entender, pero este, voto a tal, que me deja mohino.
Si eso es así, no tengo yo qué replicar respondió Sancho, pero sabe Dios si yo me holgara que vuestra merced se quejara cuando alguna cosa le doliera.
En verdad que estoy por decir que me holgara que hubiera sucedido todo al revés, porque me obligara a pasar en Berbería, donde con la fuerza de mi brazo diera libertad no sólo a don Gregorio, sino a cuantos cristianos cautivos hay en Berbería.
Ahí le envío, querida mía, una sarta de corales con estremos de oro, yo me holgara que fuera de perlas orientales, pero quien te da el hueso, no te querría ver muerta: tiempo vendrá en que nos conozcamos y nos comuniquemos, y Dios sabe lo que será.
Solos quedaron don Quijote y Sancho, y, apenas se hubo apartado Sansón, cuando comenzó a relinchar Rocinante y a sospirar el rucio, que de entrambos, caballero y escudero, fue tenido a buena señal y por felicísimo agüero, aunque, si se ha de contar la verdad, más fueron los sospiros y rebuznos del rucio que los relinchos del rocín, de donde coligió Sancho que su ventura había de sobrepujar y ponerse encima de la de su señor, fundándose no sé si en astrología judiciaria que él se sabía, puesto que la historia no lo declara, sólo le oyeron decir que, cuando tropezaba o caía, se holgara no haber salido de casa, porque del tropezar o caer no se sacaba otra cosa sino el zapato roto o las costillas quebradas, y, aunque tonto, no andaba en esto muy fuera de camino.
Mujer mía, si Dios quisiera, bien me holgara yo de no estar tan contento como muestro.
A cuyas palabras y furibundos ademanes quedó Sancho tan encogido y medroso, que se holgara que en aquel instante se abriera debajo de sus pies la tierra y le tragara.
-Harto me holgara yo -respondieron de la redoma- que entrara uno de la Santa Inquisición para que, metiéndole a él en otra de cal y canto, me sacara a mí de esta jaula de papagayos de piedra azufre.
—Ésas —replicó Critilo, que a todo había callado— me holgara yo saber en primer.
Residía cerca de Seleuco un tal Apolónides, que era amigo de Demetrio, y le envió inmediatamente para que se holgara con su vista y entrara en la confianza de que iba a ser recibido como correspondía de un deudo y un yerno.
¡O, quánto me holgara de acordarme del autor que allí citó! Sólo me acuerdo que tirava su nombre a tuerto.
-Yo le conozco -repliqué- de una casa donde yo estuve un tiempo, y cierto que me holgara hablarle, que me alegra ver acá gente de donde me he criado.
Cree Sofía que si las terribles nuevas se confirman, tendremos aquí grave trapatiesta, y cuando le digo yo que de ello me holgara mucho, se pone hecha un basilisco.

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