Ejemplos con holgado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Es holgado en la parte de los hombros y sus botas son altas, también lleva liguero.
Su estilo ha evolucionado con los años, desde un estilo intrincado, tipificado por las canciones de guitarra de su primer álbum, a uno más holgado y rítmico, a veces incorporando slaps percusivos, como en sus más recientes álbumes.
Javier Holgado sigue haciendo de las suyas a Paula y Evelyn aunque, esta vez, las pequeñas van a contar con la ayuda de un inesperado aliado, Miguel, que ha amenazado a Javier con tomar cartas en el asunto si no las deja en paz.
Si el chal es muy ancho se aconseja doblarlo por la mitad y llevarlo holgado ahuecándolo en la espalda.
El disfraz de Zanni consistía en pantalones y un blusón blanco holgado.
Como consecuencia de los disparos resultaron muertos los abogados Enrique Valdevira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo Pérez del Arco, el estudiante de derecho Serafín Holgado de Antonio, y el administrativo Angel Rodríguez Leal.
Los campesinos, sobre todo los ancianos, visten pantalón holgado de manta cruda, camiseta abotonada al frente, mandil de cotí y sombrero de paja.
Su traje shinigami es menos holgado que el del resto de sus compañeros y no posee mangas.
Tiene cuatro diminutos pétalos de flores que emergen de un tubo holgado de sépalos y producen una corola de un centímetro de ancho.
En uno de sus extremos sobresale un cordón holgado, del que cuelga, y en el otro costado tiene flecos.
Se grabó en los estudios La Batalla, en Arapiles, Salamanca, España, y su ingeniero de sonido fue Roberto Holgado.
La distancia entre ambos rompeolas es amplia, de tal manera que se asegura que el oleaje cuenta con espacio holgado para penetrar hasta el arco de la playa comprendido.
Como shinigami, Shinji vestía el típico traje y haori holgado de Capitán, además de llevar una larga melena que caía casi hasta su cintura.
Esto, combinado con su holgado y rápido acercamiento a la producción de cine contribuye a la energía y la imaginación surrealista que se asocia en otros países al cine honkonés.
Componíase de un aposento, nada holgado, con dos litografías por toda decoración, y seis sillas y una mesa por todo ajuar, que el partido local había alquilado a la viuda de un talabartero, furibundo federal en vida.
A todos les cae el traje demasiadamente holgado, y hace pensar en una mortaja.
Verdú viste con traje oscuro, holgado, la camisa es de batista, blanda, sin corbata, calza unos zapatos suizos, lleva los tres últimos botones del chaleco sin abrochar.
Nació en plena corrupción colonial, cuando era Cuba mártir, el vertedero de todo lo podrido, el refugio de todos los estorbos, de todos los hambrientos y desocupados de España, cuando era nuestra tierra, el criadero de una milicia viciosa y enfermiza, robada a la Agricultura y a la Industria de su país, cuando era esta ciudad, jardín de América hoy, corral blando y holgado de Capitanes Generales infecundos, logreros e imperiosos, cuando la bandera roja y gualda flotaba sobre nuestra casa y a su sombra los cubanos estaban condenados a perpetua cobardía y los españoles autorizados para enriquecerse y engordar sus vicios insolentes, cuando el criollo moría en la miseria y el peninsular paseaba satisfecho en el carruaje comprado con el oro que manaba del crimen, cuando había más cárceles que escuelas, y el látigo infamante chasqueaba sobre las espaldas de los hombres de una raza tan necesitada de justicia como la nuestra, cuando el cubano que no se sometía a servir de celestino al pisaverde madrileño que lo solicitara, iba a purgar su osadía en el presidio, cuando el talento de los nativos dormía echado bajo la bota del déspota ceñudo, y la capa torera sobre los hombros y la cinta de hule en el sombrero, eran los únicos pasaportes de honor y las únicas cédulas de vida, verdaderas.
Propúsome luego que nos trasladásemos a Amposta, donde él nos proporcionaría un holgado y no costoso alojamiento.
Ansí te vea yo padre de cien chiquitos como he de verte rico y holgado de dinerales, si haces lo que te digo.
La querencia de la comodidad, estimulada por la pereza, le llevó también a desechar el poncho, sustituyéndolo por un chaquetón pardo que le dio Leoncio, muy holgado y de abrigo.
Si la Historia, menos desmemoriada que el Tiempo, no se cuidase de retener y fijar toda humana ocurrencia, ya sea de las públicas y resonantes, ya de las domésticas y silenciosas, hoy no sabría nadie que los Carrascos, en su tercer cambio de domicilio, fueron a parar a un holgado principal de la Cava Baja de San Francisco, donde disfrutaban del discorde bullicio de las galeras y carromatos, y del grande acopio de vituallas, huevos, caza, reses menores, garbanzos, chorizos, etc.
Además, aquel día era martes, y los martes apenas se despacha algún billete en nuestros ferrocarriles, por aquello de que , razón que me ha movido a mí siempre a preferir los martes para viajar, pues va uno más holgado en el tren o en la diligencia.
Era un mozo que andaría con los treinta años, no muy corpulento, pero de recia complexión, de pelo y barba cortos, negros y fuertes, de mirada firme, pero sin dureza, agradable de cara y de voz, muy sobrio de palabras, limpio, holgado y modesto de traje, y natural de un pueblo de los ribereños del Nansa.
, por ejemplo, a ser industrial con matrícula, sin dejar de ser científico con real diploma, razón por la que, en el no muy holgado local de la botica, lo mismo se despachaban píldoras y vomitivos, que sogas de esparto, clavos de ripia y jabón de Málaga, de donde resultaba, a creer a los marchantes, que las medicinas de aquella botica supiesen a especies y bacalao, y a cerato y a valeriana los comestibles de aquella tienda.
Pasose el verano holgado, no hizo su agosto, y cuando llegó el invierno se encontró sin polainas y sin tener con qué mercarlas.
Yo creí que las mujeres se morían cuando se volvían dueñas, y que las dueñas no tenían de morir, y que el mundo está condenado a dueña perdurable que nunca se acaba, mas ahora que te veo acá, me desengaño, y me he holgado de verte, porque por allá luego decimos: .
Finalmente, tan desgraciado es el culo que siendo así que todos los miembros del cuerpo se han holgado y huelgan muchas veces, los ojos de la cara gozando de lo hermoso, las narices de los buenos olores, la boca de lo bien sazonado y besando lo que ama, la lengua retozando entre los dientes, deleitándose con el reír, conversar y con ser pródiga y una vez que quiso holgar el pobre culo le quemaron.

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