Ejemplos con hirsuta

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ballota hirsuta es una planta labiada de distribución iberomagrebí y saharosindica, de corología plurirregional, caracterizada por su aspecto piloso, hirsuto, con flores de rosado a púrpuras dispuestas en verticilastros, lignificada en la base, alcanza el metro de altura, si bien tiende a mostrar un aspecto en parte rastrero.
El Senecio carbonensis, la Abrotanella diemii, y la Menonvillea hirsuta, son especies endémicas de este parque.
En el curso de la misma y tras ella, muchos de los cazadores se enfurecieron unos contra otros, luchando por el botín, y así continuó la venganza de Artemisa: y la diosa suscitó entonces una clamorosa contienda entre los curetes y los magnánimos aqueos por la cabeza y la hirsuta piel del jabalí.
El labelo es de forma tubular y rodea la larga e hirsuta columna abriéndose como una campana en el ápice.
A su vez, este hace parte del grupo Alibertia, junto con otro superclado, integrado por el clado en que están especies desgnadas como Duroia y Amaioua, otro clado en que están Alibertia hirsuta, Kutchubaea e Ibetralia, otro con dos de las especies Genipa y algunas especies más.
La oruga de la monja es gris e hirsuta, tiene líneas negras y manchas sobre su espalda.
Este género tiene un corto ramicauls con una inflorescencia hirsuta, glabra o verrugosa que emerge desde el anillo y es mucho mas larga que las hojas.
La Menonvillea hirsuta es una especie botánica de planta de flor del género Menonvillea, dentro de la familia de las Brassicaceae, que se localiza en la región sur de la cordillera de los Andes de Argentina en las provincias de Río Negro y de Neuquén.
La especie Kiwa hirsuta se encuentra en las zonas basálticas que rodean la fuentes hidrotermales de la zona.
Carmen se inclinó hacia el pobre hasta rozar con sus labios rojeantes la piel hirsuta del animal, luego le colocó blandamente en el alfeizar de la ventana, a la del sol, y despidiéndose con pesar de la vista del valle y del cantar del , bajó al piso principal, porque era medio día, y se comía allí a las doce en punto.
Parecía aquella cabaña la cabeza hirsuta y peluda de un monstruo, con sus dos ojos encarnados.
Pero sus manos angustiosas volvieron a encontrar el frío y débil sostén cuando buscaban aquella isla de duros músculos coronada por una cabeza hirsuta y sonriente.
Ignoraban lo que hija y padre habían hablado, por ser el camaranchón inaccesible a la curiosidad de ojos y oídos, pero veían salir al viejo bufando, con temblor de la mandíbula inferior y de su barba hirsuta.
Su fisonomía hirsuta, grotesca y enmarañada, parece una careta, amasada con todos los defectos físicos de la raza israelita, con dos grandes cristales que tapan unos ojos de serpiente afligida.
Las leyendas brutales ensoberbecieron la estampa, hirsuta, del melenudo.
Sus cabellos rubios desteñidos, y sus ojos claros de mirar impávido y cándido contrastan notablemente con la cabellera renegrida e hirsuta y los ojillos obscuros y vivaces de Petaca, que dos años mayor que su primo, de cuerpo bajo y rechoncho, es la antítesis de Cañuela a quien maneja y gobierna con despótica autoridad.
El gobernador había hecho la ofrenda, y, terminado su discurso, el cardenal respondió, solicitando la paz universal por intercesión del Santo más belicoso que existe, la misa tocaba a su término, y el semblante del penitente conservaba la misma expresión extática, grave y dolorosa, tal vez hasta una lágrima reluciese entre su barba hirsuta, del color del oro viejísimo, nublado por el polvo secular de los adornos del retablo.
Al verse tratado así, no el dolor, el asombro parece pintarse en la hirsuta faz del ratonero.
Por cubrir de algodón su piel hirsuta,.
bordadas y los vuelillos de encaje, lo que hace falta es la ruda zamarra, el calzón de estezado, la polaina de piel de cabra, la monteruca hirsuta y iodos los demás detalles del labriego, del venador, de los que guardan piaras en la montanera.
Aquel hombre hablando del Elegido con su oreja arrepollada, su melena hirsuta y delantal de carpintero le causaba una impresión irónica, indefinible.
Era un pedazo de frente abultada, una ceja hirsuta y después un trozo de mandíbula.
»Los recién llegados eran el coronel Lysander Stark y un hombre bajo y grueso, con una barba hirsuta que crecía en los pliegues de su doble papada y que me fue presentado como el señor Ferguson.
Cuando Joseíto hubo salido, el señor Juan, que habíase quedado algo meditabundo, después de sujetar al cuello del Bitácora un paño de una más que discutible blancura, exclamó al par que hundía sus dedos entre los larguísimos mechones de la hirsuta melena de su parroquiano:.
Conservaba, sí, su hercúlea presencia, pero cubierta la antigua rudeza por un manto de aplomo más fingido que real, sus ojos montaraces azorábanse bajo la hirsuta ceja, esforzábanse en parecer serenos, su cabeza, de espeso y rebelde cabello, blanqueaba y erguíase procaz en un ademán que quería ser altivo, y aprisionaba su gesto violento en una flema británica.
Dirigió una mirada al llano, y allá lejos percibió al dogo atravesando los arenales, iba con una prisa endemoniada: incrustado en el nacimiento del rabo llevaba a Carlomagno y diseminados en el lomo bajo la hirsuta piel, los Doce Pares.
Ignoraban lo que hija y padre habían hablado, por ser el camaranchón inaccesible a la curiosidad de ojos y oídos, pero veían salir al viejo bufando, con temblor de la mandíbula inferior y de su barba hirsuta.
Caminando de tal manera, desolado por llanuras y desiertos, vio de pronto ante sí un león de hirsuta crin, formidable cuello, cabeza enorme como una cúpula, fauces más anchas que una puerta y dientes parecidos a colmillos de elefante.

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