Ejemplos con hipócritas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las que le habían valido la persecución por parte de los nobles y de la Iglesia, el resentimiento de los hipócritas y los falsos devotos y, por supuesto, la envidia de sus colegas.
Hutama, el lugar más profundo, para aquellos hipócritas que fingen ser buenos devotos.
Bob Ewell y el señor Radley representan una forma de masculinidad distinta de la encarada por Atticus, y la novela sugiere que estos hombres al igual que las tradicionales mujeres hipócritas de la Missionary Society pueden descarrilar a una sociedad.
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta, el eneldo y el comino, pero dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe.
Triste, sin embargo, es que, a causa de la inherente inclinación del hombre hacia el mal, en esta iglesia visible siempre hay hipócritas, defensores de falsas doctrinas y de prácticas no cristianas.
El enemigo está representado por sus padres y hermanos mayores Roberto y Ethel, el mundo adulto en general y los niños pijos, ultracorrectos e hipócritas como Humbertito Lane.
Los aprovechados, los sinvergüenzas, los degenerados, los hipócritas, la dama semimundana que envejece, el cinedo y toda la comedia humana de la gran metrópoli que era Roma en aquel tiempo aparecen vistosamente atacados y descritos en sus poemas.
¡Hipócritas! ¡Sepulcros blanqueados! ¿Es esto confojme con el espíritu del Evangelio, canallas? ¡Predicáis la paz y el amoj entre los hombre, y sois los primeros en barrenaj los textos sagrados! ¡Cuándo sacudiremos vuestro yugo, y nos emanciparemos de la esclavitud en que nos tenéis desde hace tantos siglos!.
Así proceden todos los hombres, a despecho de los códigos imbéciles y de las hipócritas predicaciones.
¡Oh iniquidad, baldón de la Naturaleza, bofetada y palos en la propia persona de la Divinidad! ¡A las tres de la tarde, en un espléndido día de Abril, cuando el sol alegra los campos, y la tierra fecunda echa de sí para regalo del hombre toda la magnificencia de flores y frutos, la ley nos ofrece su auto siniestro de la Fe jurídica y militar, remedo de los sacrificios idolátricos! ¡Y se llama ley lo que es contrario al sentimiento y a la razón, ley, la violación salvaje del principio cristiano! ¿En qué te diferencias, ley matadora, de los criminales que matan? En que revistes tu crimen de etiquetas y trámites, y en que has sabido cohonestarlo con fórmulas hipócritas de moral falsa y de religión contrahecha.
Los trabajadores que no son religiosos van a la calle, y los talleres se llenan poco a poco de hipócritas, que trabajan como saben o quieren, pero que son respetados porque van a misa y se inscriben en las sociedades de obreros católicos.
¿Es que después de matarse trabajando, iban a imponerles a cambio del jornal lo que debían pensar? ¿Tendrían que ir con una vela en las procesiones, como ciertos hipócritas que halagaban de este modo a los amos, para procurarse trabajo? Sanabre tuvo una viva discusión en les oficinas y acabó por presentarse a Sánchez Morueta.
¡Hipócritas! No finjáis disgusto por lo que os alegra.
Era sobre el Juicio Final, y dividióla en tres partes: la confusión de los hipócritas al ver patentes sus pecados ocultos, la suprema vergüenza de los escandalosos al ver objeto de la execración universal los pecados públicos de que habían hecho gala, y la justificación de la Providencia, la manifestación clara de los misteriosos caminos ordenados por Dios para bien siempre del hombre, la sapientísima urdimbre, puesta al descubierto, de grandes hechos y pequeños acontecimientos, de penas y alegrías, derrotas y triunfos, llamamientos y amenazas, premios y castigos, que han de probar en la vida de cada criatura, mirada de frente a la luz de aquel tremendo día, la paternal providencia de Dios para cada hombre, la conjunción perfecta sobre cada uno de ellos de sus dos atributos, el más temible y el más deseable: la misericordia y la justicia.
La primera pifia que ha dado la Restauración ha sido abrir la puerta a esta canalla ¡Dejar que se forme ahí una almáciga de intrigantes, una de hipócritas revolucionarios!.
¡Política romana con todas sus hipócritas bajezas y sus intrigas de sacristía!.
¡Cuánto gozaba sepultando las manos entre sus rizos de oro, y con qué delicia aspiraba la leve ráfaga de perfume que de ellos se escapaba! Después venía el ruido rápido que producen las trencillas del corsé al deslizarse por entre los ojetes metálicos, luego caían sobre la alfombra las ropas, con gemir de ola en playa, oíase el murmullo de las frases ahogadas en besos, y en seguida comenzaban esos primores de refinamiento amoroso que condenan los hipócritas y disculpan los sabios.
Para él no tenían secretos la vida humana ni la juventud: Su compañero Quevedo solía envolverse en formas hipócritas, Pedernero no.
Lo que allí aprendían, decía, era el arte de disimular sus resabios con formas hipócritas.
De ahí resulta su convencimiento de que los serviles, moderados y clerigones piensan como piensan por interés, siendo todos ellos farsantes hipócritas y egoístas.
Pepe Rey no sabía lo que le mortificaba más, si la severidad de su tía o las hipócritas condescendencias del canónigo.
Se acerca el último día de los hipócritas, de los corrompidos y de los infames.
Todos los que conozco son, o ambiciosos vulgares, o malvados hipócritas, pero aunque comprendo estos vicios, yo me alegro de la turbación que preparan, sí, me alegro con toda mi alma, y en medio de ella, ayudado o solo, espero intentar lo que siempre ha sido para mi un sueño o una vaga esperanza.
Decir que todos ustedes son holgazanes, glotones, sibaritas, dueños de la mitad del territorio, disolutos, hipócritas: ¿decir esto es blasfemar? ¿Quién ofende a Dios: ustedes que son como son, o yo que lo digo?.
-¡Cuánto han hablado esos hipócritas del hecho del cura de Tamajón, acusando al pueblo de que se hacía justicia por sí solo! ¿Pues qué había de hacer el pueblo, si veía que el Gobierno permitía la conspiración constante del Palacio real, y encarcelaba a los buenos liberales porque cantaban el ?.
Lo que es capaz de tramar un ser de estos, tan hipócritas como cobardes, se comprende por lo que tramó Fernando en aquellos tres años desde las mil facciones y complots realistas, alimentados por él, hasta el complot final de los cien mil hijos de San Luis, que Francia mandó al Trocadero.
Exterminio a esa canalla, a esos hipócritas.
¡Abajo los disfraces! Lo que se quiere bien lo conocéis: es ir apartando poco a poco de los cargos públicos a los buenos liberales, para poner en ellos a esos hipócritas que se llaman nuestros amigos, y nos detestan en el fondo de sus corazones corrompidos.
Segun eso, Berganza, si tú fueras persona, fueras hipócrita, y todas las obras que hicieras, fueran aparentes, fingidas y falsas, cubiertas con la capa de la virtud, solo por que te alabaran, como todos los hipócritas hacen.
Teresa del Berrocal, yo alabándote, me dijo: Tal piensa que adora a un ángel, y viene a adorar a un jimio, merced a los muchos dijes y a los cabellos postizos, y a hipócritas hermosuras, que engañan al Amor mismo.

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