Ejemplos con hechizos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los búhos explicar que Rilian ha desaparecido, mientras búscaba a la serpiente verde que mató a su madre, y se encuentra bajo los hechizos de una hechizera.
Explicación de esta estampa del manuscrito del Museo del Prado: Los dientes de ahorcados son eficacísimos para los hechizos, sin este ingrediente no se hace cosa de provecho.
Utiliza los hechizos del oráculo a través de la espada sin necesidad de cargarlos, el jugador finalmente controla un personaje de esta clase.
Pero ¿qué ha de hacer usted sino darlas? Los hombres ricos e ilustrados y que, como usted, tienen además una señora modelo de elegancia y de agrado, y una hija, conjunto de todos los hechizos imaginables.
Homero, que lo sabía o lo adivinaba todo, nos refiere que hallándose Júpiter en el Gárgaro, que es el más alto pico del Ida, Juno fue a verle con el cinturón de Venus oculto, en el cual cinturón están los hechizos todos del amor, que roban la prudencia a los varones más circunspectos y razonables.
Júpiter, pues, al ver a Juno, se dejó vencer por la fuerza de aquellos hechizos, la requirió de amores con la mayor vehemencia, y no encontró modo mejor de someterla a su propósito y deseo que el de citarle todas sus travesuras y lances galantes, asegurando que en ninguno de ellos, ni con Dánae, ni con Leda, ni con Europa, ni con las demás princesas y ninfas que había seducido, se había sentido nunca tan , permítaseme la palabrota, como en aquella ocasión.
Manolita ofrecía otro tipo distinto, admirándose en ella lozanas carnes y suma gracia, unida a un defecto que para muchos es aumento singular de perfección en la mujer, y a otros, verbigracia a don Pedro, les inspira repulsión: un carácter masculino mezclado a los hechizos femeniles, un bozo que iba pasando a bigote, una prolongación del nacimiento del pelo sobre la oreja que, descendiendo a lo largo de la mandíbula, quería ser, más que suave patilla, atrevida barba.
Manuel quedó embelesado, y sin poder continuar su discurso, al reparar en los nuevos hechizos que hermoseaban a la gentil criatura con quien se habia desposado su espíritu desde la niñez, y bajó un momento los ojos, como deslumbrado por tanta belleza.
Apénas hubo dicho esto, cuando alzó la voz la hospitalera, que era una vieja, al parecer, de mas de sesenta años, diciendo: Bellaco, charlatan, embaidor y hijo de puta, aquí no hay hechicera alguna: si lo decís por la Camacha, ya ella pagó su pecado, y está donde Dios se sabe: si lo decís por mí, chocarrero, ni yo soy ni he sido hechicera en mi vida, y si he tenido fama de haberlo sido, merced a los testigos falsos y a la ley del encaje, y al juez arrojadizo y mal informado: ya sabe todo el mundo la vida que hago en penitencia, no de los hechizos que no hice, sino de otros muchos pecados, o otros que como pecadora he cometido: así que, socarron tamborilero, salid del hospital, si no, por vida de mi santiguada que os haga salir mas que de paso: y con esto comenzó a dar tantos gritos, y a decir tantas y tan atropelladas injurias a mi amo, que le puso en confusion y sobresalto: finalmente, no dejó que pasase adelante la fiesta en ningun modo.

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