Ejemplos con hacendosas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sorprendiome la pulcritud del empedrado, que indicaba la acción constante de hacendosas manos femeniles.
Sin duda habrá por arriba ángelas hacendosas que anhelan casa y marido, y ángeles que aspiren a ser cabezas de angelicales familias.
Ellas son buenas, recatadas, hacendosas.
Tú tienes unas hijas trabajadoras y hacendosas muy bien educadas Sería lástima que se viesen obligadas a servir las pobrecillas, o que se casaran con un paisano sin recursos que las matase de hambre En el tiempo que aquí estuve me he encariñado mucho con ellas Y, francamente vamos entre una que al fin y al cabo es mi sobrina y otra cualquiera, prefiero que sea una de ellas la que me lleve.
Pero lo que más sorprendió al maestro de escuela fue ver en mitad de la encantada pieza una mesa puesta como para cenar, alumbrada por lámpara de pantalla, y que en la blancura de sus manteles y en el brillo de los platos revelaba las hacendosas manos que habían andado por allí.
Así es que en los lugares, en las familias acomodadas y nobles, cuando eran religiosas y morigeradas, se educaban las niñas para que fuesen muy hacendosas, muy arregladas y muy señoras de su casa.
aunque parezca un disparate, una voz honrada, una voz de ama de su casa que canta muy bien: aquella pastosidad, como dice el relator, debe de ser la que a mí me parece timbre de bondad, así debieran cantar las mujeres hacendosas mientras cosen la ropa o cuidan a un convaleciente.
Esto punto por punto respondieron a Darío, el cual les vuelve a preguntar si eran allí todas las mujeres tan hacendosas y listas como aquella, y ellos, que le vieron picar en el cebo que adrede le habían prevenido, respondieron al instante que todas eran así.
Al sonar las doce en el campanario que se alzaba allá abajo, en el fondo del verde y hermoso valle, en una de cuyas vertientes estaba nuestra casa, todos los que trabajábamos en las heredados, unos en la siega del trigo, otros en la salla de la borona, soltamos la hoz o la azada y nos encaminamos alegremente a nuestros hogares, en cuyo camino nos habían precedido media hora antes las hacendosas madres de familia, que levantaban de cada hogar una azulada columnita de humo, preparando la comida para cuando el ansiado toque de la campana parroquial nos dijese: «Ea, al hogar, al hogar, que los que trabajan desde que el sol despunta, justo es que se alimenten y descansen cuando el sol llega al cenit».
hacendosas: al fin, mujeres para todo y no como agora para nada.
La costura llevaba antes mucho tiempo, malgastando en ella no poco las mujeres hacendosas.
Sorprendiome la pulcritud del empedrado, que indicaba la acción constante de hacendosas manos femeniles.
Las Pantojas eran unas cotorritas enclenques, siempre emperejiladitas, limpias como el agua de Dios, hacendosas como las hormigas, trabajadoras como una colmena, llanas como camino real o sin encrucijada, y cristianas rancias y cuidadosas de la salud del alma.
Y las delicadezas de las manos hacendosas.
Las mujeres hacendosas, junto a sus bra-ceros, hacían enormes y blancas tortillas.

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