Ejemplos con guardamos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, los seguidores de esta gran artista lo guardamos como otro más de su emblemática discografía.
Te lo diré más claro, Juan: aquí hay mujeres, yo tengo mis mujeres, y los moros las guardamos del apetito y de la vista de los extraños.
Por más que disten mucho ciertas personalidades de sernos simpáticas, nos inspiran a lo menos compasión, y al fustigar sin piedad al vicio y al escándalo, nos guardamos muy bien de ensañarnos con persona alguna determinada, a que puede el arrepentimiento haber colocado ya al abrigo de toda censura.
¡Si las que parecen llenas las guardamos en casa para simiente, y mandamos a la guerra las vacías!.
cuidado, que si lo guardamos en el sótano, estará como en un sepulcro -dijo Requejo-.
Pero nosotros guardamos celosamente nuestro secreto, porque si llegara a saberse que vienen ingenieros a nuestra propiedad, pronto se desataría la curiosidad y entonces, si se averiguase la verdad, adiós a toda posibilidad de conseguir aquellos campos y llevar a la práctica nuestros planes.
-Nos guardamos muy bien de decirle nuestras sospechas de que algún negocio con el fantasma.
De otro modo, revolucionarias Excelencias, y si aún insiste Castelar en llamarse, a mis verjas, pariente de los que ellas y yo guardamos, y el pueblo, obcecado en que por el camino que aquél le muestra se llega a la gloria de Daoíz y Velarde, no respondo de no desplomarme un día sobre las masas congregadas en rededor de mí y mucho menos de no descalabrar a media docena de ciudadanos libres.
Si ellos pueden valerse, gracias a su descubrimiento, de las armas antiguas que inventaron los hombres, nosotros también podemos hacer uso de ellas, y las guardamos en mayores cantidades.
Deshicimos el altar, guardamos los ornamentos y en seguida nos fuimos al toldo de Mariano Rosas.
Te lo diré más claro, Juan: aquí hay mujeres, yo tengo mis mujeres, y los moros las guardamos del apetito y de la vista de los extraños.
Sucede a veces que la cosa no comprendida nos parece rayar en lo imposible, mas si por otra parte sabemos que existe, nos guardamos de declararla tal, y, conservando la convicción de su existencia, recordamos el poco alcance de nuestro entendimiento.

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