Ejemplos con groserías

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

com sabe hablar francés, inglés, alemán y groserías en casi todos los idiomas y su movimiento personal en un concierto es Tragar whisky a lo Black Metal.
Una pelicula con violencia sí pero es justificada, lo que no hay es sexo, ni groserías.
Una de las principales características de este programa, y al que se le atribuye su alto rating, es al uso indiscriminado de groserías, albures y palabras altisonantes, tanto entre ellos como hacia el público que se comunica por mail o vía telefónica, situación que sólo puede darse a través de la televisión por cable.
Maroa es una niña de once años que vive en un suburbio de Caracas, entre la cursi telenovela Delirios de amor, una vecina que se gana la vida vendiendo crack, las groserías de los borrachos y tiros y peleas nocturnas.
La edición es muy cuidada para que no aparezcan groserías u obscenidades.
De acuerdo a su ficha personal su movimiento principal en un concierto es: Jodidamente decir groserías.
Los problemas con el padre llegan a un límite, cuando Alice, harta de sus groserías, se rebela contra èl.
Rhett y Link se conocieron en su primer día de clases, en el primer grado de la escuela primaria de Buies Creek, debiendo permanecer dentro de la sala de clases durante el recreo por escribir groserías en sus mesas.
Todo menos volver al país de origen, tierra de lágrimas que le hacía recordar las noches frías junto al fuego mortecino, con el hijo en los brazos, esperando hasta altas horas el paso titubeante del maestro y sus balbuceos de beodo, los embargos afrentosos, las groserías de los acreedores, las tristes reflexiones ante una mesa que a veces se cubría de abundantes alimentos con los inesperados altibajos de la existencia bohemia y se manchaba con la espuma del champán, pero en la que casi siempre el pan y las patatas eran lo único valioso.
Liberal de abolengo, criado en el volterianismo y en la cultura moderna, tiraba a lo reaccionario por odio a las groserías del y aborrecimiento de la Milicia Nacional.
Cállate, Juan, me pones nerviosa con tus groserías.
Doña Manuela estaba poseída de una embriaguez de compras, e iba de un punto a otro sin cansarse de derramar la plata ni de Henar la espuerta de Nelet, a cuyo fondo iban a parar el fresco solomillo, las ricas morcillas para la pantagruélica olla de Navidad, los legítimos garbanzos del Saúco comprados al choricero extremeño, y otros mil artículos para cuya adquisición era necesario sufrir los empellones y groserías de una muchedumbre famélica que parecía prepararse para las carestías de un largo sitio.
Adoraba como un idealista las zafias beldades con su olor a limón y tierra, gozaba oyendo sus conversaciones, prestábalas con el mayor gusto pequeños servicios, aguantaba sus groserías e impertinencias, todo a cambio de poder estarse en un rincón, tímido y sonriente, contemplando los brazos hercúleos, los ojazos insolentes y las piernas como columnas, marcadas por el discreto zagalejo.
Pero inmediatamente palideció, dio una patada en el suelo y soltó unos cuantos pecados gordos, de aquellos que hacían ruborizar a Teresa y fruncir el gesto a doña Manuela, intransigente con tales groserías.
El ministro replicaba furioso: Cuando a ti te han ordenado, hombre de Dios, ¿no habrían podido ordenar igualmente al jumento que te llevó a Valladolid? Estas y otras groserías se habían olvidado, al parecer, por ambas partes.
A los barrenderos les hizo aquello mucha gracia, y poniéndose en marcha con las carretillas por delante y las escobas sobre ellas, siguieron detrás de Mauricia, como una escolta de burlesca artillería, haciendo un ruido de mil demonios y disparándole bala rasa de groserías e injurias.
Siempre me ha parecido una vileza mortificar al Soberano con groserías.
Teneyro y mamá lo leen y celebran mucho sus sandios chistes y groserías.
En una de aquellas jiras, dos, tres muchachos se permitieron acosar a Teresa con galanteos impertinentes, y apenas vio esto el fogoso Ibero, salió como un león a poner su fiereza entre tales groserías y la señora de sus pensamientos.
Solía ayudarle en la empresa, aunque recargando el auxilio con durezas y groserías jamás merecidas de un hombre tan inofensivo en su conversación como don Lesmes, la tercera capacidad del pueblo, ya que no le fuera por el entendimiento, por la profesión que en él ejercía, aunque también a medias, como el boticario la suya.
Algunos de Estos, sobrecogidos por las injuriosas amenazas y groserías de la plebe, entregaron sus picas, otros subieron a refugiarse y hacerse fuertes en el cuerpo de guardia llamado el Camón.
-Pero hoy, como no quise servir a los de la sala, porque al ponerles la mesa me dijeron muchas groserías, tomó pie de aquí en cuanto usted se fue a la calle, y sobre si no me gustaba servir a otro huésped que al del gabinete, y si usted y yo nos entendíamos, y sobre si esto era inmoral y escandaloso, y sobre no sé qué perrerías más por el estilo, díjome tales cosas, que me obligaron a cantarla cuatro verdades al oído y a despedirme en seguida.
Dando tumbos, oyendo sin cesar las groserías del cochero y los palos con que a los pobres animales arreaba, llegaron después de media noche a un parador de la ciudad de Santa Fe, donde hicieron alto para descansar algunas horas.
Decía groserías con cierta elegante tranquilidad e indiferencia.
Otro ejemplo: reconviniéndole en Corinto un forastero con groserías sobre sus conferencias con los filósofos en las que parecía complacerse cuando reinaba, y preguntándole últimamente de qué le había servido la sabiduría de Platón: “¿Te parece, le dijo, que no nos sirvió Platón de nada cuando ves cómo llevamos esta mudanza de fortuna?” Al músico Aristóxeno y algunos otros que le preguntaron cuál era y de dónde provenía la querella que había tenido con Platón, les respondió que, estando la tiranía rodeada siempre de grandísimos males ninguno era comparable con el de no atreverse a hablarle claro los que se venden por amigos, y que éstos eran los que le habían privado del aprecio de Platón.
vilezas, en Inglaterra las perfidias, en Alemania las groserías y en Italia los embustes.
Y si esto sucede aun siendo la mujer y el marido de una misma alcurnia y de idéntica educación, ¿qué no sucederá cuando, además de ignorante, él es tosco destripaterrones, y ella una dama culta y discreta? Y ¿cómo la mujer que comienza por avergonzarse en público de las groserías de su marido, no ha de concluir por perderle la estimación, y hasta por aborrecerle en secreto? Pues a todo esto se expone, a mi entender, quien intenta lo que tú, de golpe y porrazo y sin limpiarse antes las costras del oficio, rodando mucho por el mundo y calándose los hábitos de señor por sus pasos contados.
¡Tan enorme juzgaba el atentado! Quiso convencerse de que aquellos improperios y aquellas groserías e indecencias, arrojados a su nombre por discordantes y tartamudas voces, eran alucinación de sus sentidos, que tantas inmundicias como el silencio de la noche introducía en su hogar por huecos y rendijas, no eran lanzadas en son de afrenta por los hombres que habían aprendido en su cocina a ser honrados y felices, y abrió una ventana.
Ana veía en los pormenores de la vida de beata mil motivos de repugnancia, pero prefería apartar de ellos la atención: no dejaba que el espíritu de contradicción buscase las debilidades, las groserías, las miserias de aquella devoción exterior y bullanguera.
Ante la azul limpidez del cielo, ante la verde majestad de los campos, el viajero repelía, asqueado, las groserías de los hombres, las sangraduras del inquieto vivir.

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