Ejemplos con godos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se habla en la Crónica de la Continuatio hispana de Chindasvinto como: demoledor de los godos.
Dice la Crónica Rotense que en Viseu, cuando se reconquistó y repobló la ciudad, apareció una lápida con la inscripción: Aquí yace Rodrigo, el último rey de los Godos.
La Batalla del Alto de Los Godos fue un encuentro entre las fuerzas republicanas de Manuel Piar y las fuerzas realistas del capitan general Domingo Monteverde cerca de Maturín.
En el topónimo Arisgotas, el sufijo Gotas derivado de Gotorum pudiera significar Robledal de los Godos.
Desde el siglo II sufrió una barbarización creciente de sármatas hasta que los godos la destruyeron a mediados del siglo III.
por los godos, pero el lugar estuvo ocupado permanentemente hasta la segunda mitad del siglo V.
Continúa con los godos, la invasión musulmana, los inicios de los reinos cristianos y el reino de León.
Eran descendientes de Balto, Príncipe Thervigio, quien según la leyenda llevó a su pueblo desde las orillas del mar báltico hasta la Scitia Danubiana, éste personaje encuentra su base en el Príncipe y jefe guerrero histórico Filimer quien llevó a los godos, thervigios o visigodos desde el báltico hasta el danubio.
El problema es que los godos y las tribus estaban enfrentados antes de la invasión islámica que se acabará olvidando creando un espíritu de reconquista de Hispania.
Tras la caída de Nápoles, los godos, furiosos por la falta de acción del rey Teodato, formaron un consejo y eligieron a Vitiges como su nuevo rey.
Tras encontrar a los godos en posesión del puente fortificado, Belisario y su escolta se trabaron en un feroz combate contra el enemigo y sufrieron muchas bajas antes de poder librarse de ellos.
Roma era demasiado grande para que los godos pudiesen rodearla completamente, así que establecieron siete campamentos que vigilaban las puertas principales y rutas de acceso a la ciudad, con el objetivo de someterla por hambre.
Luego, los godos procedieron a destruir los acueductos que proveían a Roma del agua necesaria tanto para beber como para operar los molinos.
A continuación, Belisario reveló su plan ordenando a sus arqueros que concentraran sus disparos en los bueyes, a los cuales los godos, sin pensar, habían puesto a tiro de arco desde las murallas.
Finalmente, tras un duro enfrentamiento, los godos fueron rechazados, pero la situación en Vivarium era grave.
En cuanto los godos abrieron una brecha en la muralla, Belisario ordenó que un grupo de soldados los atacasen antes que pudieran formarse y, con la mayoría de su tropa, salió por la puerta.
Tomando a los godos por sorpresa, sus hombres los hicieron retroceder y quemaron sus armas de asedio.
El primer intento de los godos de tomar por asalto la ciudad había fallado, y sus ejércitos se retiraron a los campamentos.
De esta forma, los godos sufrieron grandes bajas, incapaces de adaptarse a la táctica romana, y para el mediodía, los romanos parecían estar cerca de la victoria.
Pero en el Campus Neronis, al otro lado del Tíber, los romanos realizaron un ataque relámpago sobre los godos y, debido al shock y la cantidad numérica, los godos fueron derrotados y huyeron hacia las colinas buscando un lugar seguro.
La confusión permitió a los godos reagruparse y volver a la carga, haciendo retroceder a los romanos e inflingiendo numerosas bajas.
Entre tanto, en el lado oriental del Tíber, los romanos habían llegado a los campamentos godos.
Mi padre es hijo de un criado de la casa de Valdedulla, antiquísimo linaje gallego que viene de los godos o cosa así.
Afortunadamente, fueron conquistados por los godos y otros pueblos de nuestra raza, que les infundieron la dignidad de personas.
Los reyes godos en su corte no eran más que figuras decorativas, a las que se ensalzaba o se deponía según las exigencias del momento.
El nombre respondió la Dolorida no es como el caballo de Belorofonte, que se llamaba Pegaso, ni como el del Magno Alejandro, llamado Bucéfalo, ni como el del furioso Orlando, cuyo nombre fue Brilladoro, ni menos Bayarte, que fue el de Reinaldos de Montalbán, ni Frontino, como el de Rugero, ni Bootes ni Peritoa, como dicen que se llaman los del Sol, ni tampoco se llama Orelia, como el caballo en que el desdichado Rodrigo, último rey de los godos, entró en la batalla donde perdió la vida y el reino.

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