Ejemplos con gastrónomos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Rotunda y rica en sabores y texturas, ha sido ensalzada por diversos autores literarios a través de los tiempos, como Alonso Fernández de Avellaneda o algunos como Vázquez Montalbán, excelentes gastrónomos:.
En su ensayo acerca de la vida de las ostras, Gaillon determina, por observaciones microscópicas, que el color verde que caracteriza a ciertas épocas del año a las depositadas en los parques, ese gusto particulr que adquieren en ese estado tan deseable para los gastrónomos se debe a animalículos infusorios del género Vibrion que pululan por miríadas en ciertos periodos del año, y donde se alimentan las ostras.
Algunas versiones, desaconsejadas por gastrónomos como Popic y Rafael.
Algunos gastrónomos lo consideran una sopa fría, otros en cambio, una ensalada triturada a modo de crema.
Yohei lleva un restaurante español en el barrio de Hiro frecuentado por conocidos gastrónomos tokiotas.
Otros picaban aquí y allí, en pie, los más comían sentados, sin quitar los ojos del plato exquisito como buenos gastrónomos.
Me pasó lo que a los gastrónomos: principian por gustar de los buenos platillos, y acaban por invadir la cocina y preparar ellos mismos los guisos predilectos.
A las , están llenas de gastrónomos y gentes de buen humor todas las fondas llamadas , y.
Del almuerzo que nos aguardaba en la fonda debo decir, no como dato oficioso y trivial, sino para instrucción de los viajeros que vayan a Salamanca, que nada tenéis allí que temer, y sí muchos goces que prometeros, por muy gastrónomos y delicados que seáis.
En su mesa se comía mejor que en ninguna otra, de lo que fueron testimonio dos célebres gastrónomos a quienes convidó y obsequió mucho.
¡Pobres barbos! ¡tan jóvenes y ya tan desgraciados! En los albores de la vida, cuando prometen mucho bueno y son legítima esperanza de los gastrónomos, bajan los barbos a la tumba, prematura e inmerecida.
Así como, dicen algunos indianos, que «no se puede comer sin aguacate, afirman ciertos gastrónomos que no se puede comer sin barbos.
Otros picaban aquí y allí, en pie, los más comían sentados, sin quitar los ojos del plato exquisito como buenos gastrónomos.
Era festín más propio de gigantes glotones que de gastrónomos delicados.

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