Ejemplos con gangrenado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¿De qué tenía celos Paulino? A las horas en que los párpados se cierran, pero el insomnio no suprime la vida cerebral y psíquica, veía Paulino a su mujer no cual andaba ahora, con atavío elegante y serio, sino como se presentaba antes en el escenario: con la malla señalando morbideces, las gasas plegadas orlando de espuma dos columnillas de vivo alabastro, las gorras y tocados fantásticos acentuando el incitativo melindre de la cara, las lentejuelas fascinando y espejeando en el torso culebreador. Alucinado el oído como la vista, Paulino escuchaba el murmurio de la muchedumbre, más grosero en las localidades altas, más cínico en las bajas, y fijándose espectador por espectador, sorprendía en las pupilas la chispa codiciosa, y en los labios péndulos de los vejetes la baba impura, y el guiño significativo trocado de butaca a butaca, y las palabrillas picantes susurradas a media voz... ¡Oh, qué realce tan terrible adquirían para el celoso frases, actitudes, sonrisas, respiraciones! Un veneno sutil se infiltraba en sus venas, corriendo hasta su corazón gangrenado. Y pensaba, mordiendo su almohada, mientras Candelaria dormía plácidamente: «¿Cómo no se me ha ocurrido antes que esto de la honradez es un concepto vano? Honrada, sí... No se ha manchado con un hombre... Se ha manchado con un teatro entero, con un público renovado sin cesar. Conmigo, antes de casarnos. Porque yo también estaba allí, y la miraba como la mirarían otros. Soy un estúpido. Pues qué, ¿lo sentido por mí al salir ella a escena, vistiendo el traje negro y rojo de La diosa infernal, o luciendo las alas tornasol en Los mariposones, no lo habrán sentido otros individuos a centenares? ¡Honrada! ¡No hay un trozo así de su piel que no esté profanado mil veces!».
¡Qué de amarguras prepara al hombre y al anciano el joven que rompe con toda creencia religiosa y pierde enteramente la fe, que tal vez conservaría si su madre hubiera sido más respetada y más razonable! Hay muchas personas que ven en la educación intelectual de las mujeres un gran peligro para la religión, a nosotros nos parece evidente que la regeneración religiosa sólo puede venir por ellas, que sólo cuando no se presten a ser instrumento de exageraciones absurdas o de cálculos interesados, sólo cuando aparten del santuario lo que desfigura su majestad, sólo cuando no conviertan muchas de sus acciones en argumento contra sus creencias, sólo, en fin, cuando sepan razonarlas podrán inocular su fe en un mundo corroído por la duda, gangrenado por la indiferencia.
-Firme usía de una vez y quédele horra la conciencia, que esto es cortar por lo gangrenado y no por lo sano.

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