Ejemplos con galopando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Mao Qiang y Li Ji hermosas cortesanas son lo que la gente considera belleza, pero si los peces las ven se hunden en las profundidades, si las aves las ven, se van volando en el aire, si los venados las ven, se van galopando.
Los jinetes de Isenburg siguieron galopando, algunos hasta los bagajes franceses, pero la mayoría sobre la artillería enemiga, a la que tomaron por la espalda y capturaron.
Se disparó un tiro y un jinete de la patrulla salió galopando a informar a sus superiores.
Las dos patas traseras sobre el piso, y el tronco horizontal, está galopando cuando se le representa corriendo.
La iconografía de su numismática incluye los motivos de cabezas de los tradicionales torques celtas, un lobo con una estrella, un caballo galopando, el trisquel.
Un gaucho, galopando rápidamente por debajo de ella, debe llevarse la sortija en un trozo de ramita, tan gruesa como un lápiz común o una lapicera.
Por tanto, estamos lejos de la imagen idealizada como la que le muestra sobre una fogosa montura galopando por los hielos del San Bernardo.
¡Ah, no! El capitán se acordó de Von Kramer galopando míseramente en pleno día por los muelles de Marsella Si lo habían de matar, que no fuese huyendo.
A veces, galopando en compañía de Desnoyers por sus campos interminables, no podía reprimir un sentimiento de orgullo:.
El personal de la estancia comentaba el parecido fisonómico de ciertos jóvenes que trabajaban lo mismo que los demás, galopando desde el alba para ejecutar las diversas operaciones del pastoreo.
Mientras su caballo seguía galopando, él armaba el arco para disparar la peste.
Pasó con prodigioso salto por encima de la familia, galopando furiosamente a través de los campos.
Los leones de mármol le parecía que iban corriendo con velocísima carrera, galopando sin moverse de allí.
Un año, pasaron los días, pasaron los meses, sin que apareciera en el horizonte, creciendo con rapidez, al acercarse galopando, el gran arreo de las yeguas de Carpio Caro.
los campesinos de mi tierra, galopando vestido con un casacón.
Y como algunos de los míos que venían atrás, viendo el aire de la marcha de los indios, llegasen galopando:.
Y seguimos así, horas y más horas, galopando dormidos, sin sentirlas correr, y me acuerdo, si, que cuando, con el alba, aclaró el horizonte, sentí en todo el cuerpo un calofrío que me sacudió, renací a la vida, abrí los ojos, volví a oír claramente delante mí: ting, ting, ting, y me pude cerciorar que estaba a caballo, siguiendo la tropilla, lo mismo que mis dos compañeros.
Iba galopando, cuando su caballo, dando un paso en falso, casi rodó en un charco, y lo salpicó todo.
Para traerlas al rodeo, era todo un trabajo, parecía que si bien los gritos las hacían disparar, era para el lado opuesto, y se cansaban los caballos galopando y los perros ladrando, para sacar de las pajas a las vacas empacadas.
El caballo desherrábase galopando por las pendientes más suaves, y el desconocido, graves y sombríos los negrísimos ojos, arrojaba sobre los rojizos montes una de esas miradas con que solemos despedirnos de una alegría que se va o de una esperanza que muere.
Al grito: «¡fuera buey!» los trae Floro, galopando, hasta el sitio propicio, colocándolos de tal modo que, al disparar al viento, vengan derechito, aunque sin querer, a dar con ellos, los animales que se aparten.
Y cuando, despertado por la bulla que metían en el campo, los perros con sus aullidos y los peones con sus gritos, se apresuró el sol a saltar de la cama, envuelto todavía en los violetos jirones de su colcha de nubes deshechas, y asomó la cara en el horizonte, por todos lados, vio surgir de los pajonales y de los huecos, trozos de hacienda que corrían a juntarse en el rodeo, trotando las vacas, galopando, mugiendo, balando, corneándose, dando de cabezazos a los perros, trepándose unas encima de otros, parándose a veces un toro, para hacer volar con fiereza la tierra por el aire, llegando por fin todas, en largas filas, al rodeo, donde se mezclan, remolinean un rato, y poco a poco se sosiegan, juntándose por familias, buscando cada cual su sitio acostumbrado, esperando, tranquilas, bajo la custodia de los jinetes, lo que disponga el patrón.
Cristóbal va galopando y tragándose leguas por endiablados caminos, echaremos un párrafo de historia.
Los leones de mármol le parecía que iban corriendo con velocísima carrera, galopando sin moverse de allí.
-¡Hermoso regimiento! -dijo un general galopando por el frente de banderas-.
Nuevos disparos retumbaron sonoros y como rodando de cañada en cañada, y encabritándose de pronto Careto rebrincó alocadamente haciendo a su jinete aferrarse para no caer con desesperado ahínco a la montura, y después, libre de rienda, y espoleado, sin duda, por el dolor, salió disparado como una flecha, atravesó raudo como una visión, por entre los carabineros, que le saludaron con una nueva descarga, y se perdió de vista, siempre galopando vertiginosamente, tras la loma situada frente al lugar donde tenía lugar el encuentro.
Después apareció una carretela, cuyo cochero quería en vano detener los caballos que avanzaban furiosos con las crines erizadas, más bien saltando con impulsos insensatos que galopando.
Pero mi caballo seguía galopando, más rápido que las estrellas errantes, y acabó por ponerme completamente fuera del alcance de mis perseguidores.
Y mientras Daul'makán, Scharkán, el visir y los guerreros seguían galopando, vieron levantarse ante ellos una polvareda muy densa.
A mucho andar, ¿sabéis quién le dio las señas del camino que debía seguir? Un centauro, medio hombre y medio caballo - dice un autor, - hablaba como enojado, huyó tan velozmente que presto le perdió de vista el santo, así iba galopando el monstruo, cabellos al aire y vientre a tierra.

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