Ejemplos con género

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Si el hombre no pudiera dar de sí más que eso, la ciudad homogénea, entonces holgaba que las especies hubieran evolucionado y ascendido hasta fructificar en el género humano.
Si el día antes hubiera hecho las averiguaciones que acababa de hacer respecto de este personaje, en el acto habría roto con él todo género de relaciones: ¿cómo no proceder así desde el momento en que estaba abocado a ser título de Castilla? ¿Qué diría la aristocracia vieja si le veía cultivando el trato de un charlatán semejante? Pero ¿sería tiempo todavía de evitar algo que sospechaba? ¿Estaría Julieta tan resuelta como él a cortar todo trato con aquel hombre? Pero si no lo estuviera, ¿cuándo mejor que entonces habían de servirle de algo sus derechos de padre y de jefe de familia?.
¿Cómo había yo de creer que había otro género de tratos entre un hombre como usted y ?.
¿Cómo no había de entusiasmarse con aquel joven que, sobre ser un personaje, la llenaba a ella y a toda su casta de incienso en los periódicos y de lisonjas en la conversación? ¿Cómo no pagarle con todo género de deferencias la popularidad que iba dando en Madrid a la familia Peñascales? Y ¿qué podría suceder al cabo? ¿Que Julieta y Arturo llegaran a mirarse como nacidos la una para el otro? Pues mejor que mejor.
La autoridad de que, por su brillante posición social, está revestido este digno miembro de la Cámara, y el talento que le distingue, hacen creer que la discusión será una de las más interesantes que, en su género, se promuevan en la presente legislatura.
Hubo quien, puesto ya el caso en el terreno de las indagaciones, aseguró haber muy parecido a lo que el lector y yo sabemos de la historia de nuestro personaje, pero como los nombres de uno y de otro no coincidían exactamente, y había quien aseguraba muy formal que el recién llegado era un rico negociante de Madrid que había trasladado su residencia, calló la murmuración y tomósele de buena gana, a pesar de ciertos resabios de mal género que de vez en cuando le asomaban, y sobre todo a su mujer, por un señor de importancia, muy rumboso además y muy atento.
Pregunto, pues: ¿es sólo el deseo de acrecentar vuestras ganancias, extendiendo el comercio y la parroquia, lo que os mueve a abandonar este pacífico rincón, o hay en vosotros alguna otra ambición de distinto género?.
He nombrado intencionadamente los dos mejores capítulos del libro, los que por sí solos bastarían para labrar la reputación de un artista que no tuviese tan hechas sus pruebas en este género de cuadros.
No sé qué género de influencia poderosa y benéfica han ejercido siempre sobre Pereda, aldeano de nacimiento, los tipos de gente de mar y las escenas de pesca.
Pero los tiempos andan tales, y crece tanto la depravación del gusto, que empieza a ser ya deber de conciencia en todo el que clara u obscuramente profesa algún género de magisterio literario, alzar la voz cuando una obra maestra aparece, y llamar la atención del vulgo circunstante, para que no pase de largo por delante de ella, y se guarde de confundirla con el fárrago de producciones insulsas y baladíes que son actualmente el oprobio de nuestras prensas.
Y en , aquella misma robusta inspiración que había dado perpetua vida a , al y a , ha roto el estrecho marco del cuadro de género y penetrado en el ancho y generoso cerco de la gran pintura, poniendo con entera franqueza a sus héroes entre cielo y mar, y haciéndoles verdaderos protagonistas de una acción trágica, que llega y toca a lo más alto de la pasión humana, acentuada aquí en vigoroso contraste con una naturaleza bravía y rebelde.
Pereda había ensayado este género, aunque en prosa, pero siempre como episodio de sus novelas políticas o morales, o bien en cuadros cortos, v.
Verdad que no se podía sacar sino el género, luego se exigía cierta diligencia para darle hechura.
Antes de que las especies evolucionen y produzcan, el género humano, antes del orto del hombre con su conciencia, la Naturaleza se desarrolla en un sentido ideológico de coordinación y finalidad.
Fué por entonces cuando Martínez, antiguo oficial de Belarmino, abrió, en la Rúa Ruera, hacia la cual parecían sentir querencia todos los zapateros, un establecimiento de calzado mecánico, La Solidez , con género de Mallorca, de Almansa, de Barcelona, y anunciaba una remesa de los Estados Unidos.
No hay en el mundo escuela alguna poética, ni de otro ningún género de arte, que se haya atrevido nunca a cargar con el sambenito de proclamar como dogma el desprecio del mundo objetivo, o exterior, o real, o como quiera llamarse.
Pero sea lo que quiera del resultado ético de tales novelas, y aunque se diga, quizá con razón, que, más que a malos pensamientos, provocan a asco, siempre será verdad que el género es detestable, no ya por inmoral, sino por feo, repugnante, tabernario y extraño a toda cultura, así mundana como estética.
No hay género más difícil que el de costumbres, ni otro ninguno tampoco a que con más audacia se lleguen todos los aventureros y escaramuzadores de la república de las letras.
Es cierto que Pereda no rehuye jamás la expresión valiente y pintoresca, por áspera y disonante que en un salón parezca, ni se asusta de la miseria material, ni teme penetrar en la taberna y palpar los andrajos y las llagas, pero basta abrir cualquiera de sus libros para convencerse de que corre por su alma una vena inagotable de pasión fresca, espontánea y humana, y que sabe y siente como pocos todo género de delicadezas morales y literarias, y que acierta a encontrar tesoros de poesía hasta en lo que parece más miserable y abyecto.
Pero aun descartados estos motivos personales, todavía admiro yo más en Pereda al autor de bosquejos y cuadritos de género que al de novelas largas, y entre las escenas cortas, todavía doy la preferencia a las de costumbres marineras sobre las de costumbres campesinas, sintiendo que no sea mayor el número de las primeras, en las cuales logra el ingenio de su autor un grado de vigor y de fuerza creadora y hasta de terror sublime que, por decirlo así, le levanta sobre sí mismo.
También Jorge Sand dejó preciosos ejemplares de este género, aunque un tanto idealistas, en , etc.
En España, estábamos saturados, desde los tiempos de Palestrina, de género italiano, y la música alemana y la francesa no llegaron a nosotros.
La industria vegeta a la sombra de un proteccionismo bárbaro que encarece el género, fomentando sus defectos, y aun así no encuentra capital.
En toda la barraca no había mas que un objeto nuevo: la luenga caña que el maestro tenía detrás de la puerta, y que renovaba cada dos días en el cañaveral vecino, siendo una felicidad que el género resultase tan barato, pues se gastaba rápidamente sobre las duras y esquiladas testas de aquellos pequeños salvajes.
¡Separe usted los sexos, y ya verá usted, ya lo verá! Por lo pronto se llevará Satanás a los del género masculino.
En la venta del burdo género están las patatas y el pan para todo el año, y soñando con la inmensa felicidad de volver a casa con una docena de duros, zapatos para las hijas y un refajo para la mujer, pasean tristes y resignados por entre el gentío, lanzando a cada minuto su grito melancólico como una queja: ¡Medias y calcetines! ¡el mediero!.
También era esto del género de don Juan, adorador de las cosas blandas, que se escurren dulcemente sin roce alguno hasta el fondo del estómago.
Los dependientes, libres de vigilancia, hacían lo que les daba la gana, el género desaparecía, sin dejar como recuerdo de su paso dinero en el cajón, las criadas robaban arriba, en las mismas narices de doña Teresa, aturdida por tan radicales cambios, pero allí estaba el amo para remediarlo todo, y por mucho que se despilfarrase, los cobros de diferencias a fin de mes eran tan exorbitantes, que empujaban vertiginosamente aquel barco falto de dirección y haciendo agua por todas partes.
Adiós, sueños torpes, el género humano despierta y sus ojos ven la claridad.
Jamás aconsejé medios violentos ni sanguinarios, ni atrocidades de mal género, sino sutiles trazas que no contenían pecado.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba