Ejemplos con flamígero

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se puede admirar la fachada de la iglesia, construida con sillería y tapial en estilo gótico flamígero.
Tiene una gran torre, de estilo gótico flamígero.
Capilla en gótico flamígero del siglo XV, fue construida como capilla funeraria para la familia de los Condes de Grajal de Campos.
Con elementos góticos como el patio central, su gran escalinata y las galerías que lo circundan, con gótico flamígero como la fachada de la calle del Obispo y la de la capilla de San Jorge y la gran fachada renacentista de la plaza San Jaime de Barcelona.
La portada principal es obra de estilo gótico isabelino o flamígero con tímpano y parteluz.
La colegiata de Nuestra Señora: De estilo gótico flamígero del siglo XVII.
El sol flamígero significa también el nacimiento de una nueva provincia, ante la confraternidad de las restantes del país, luego de su separación de la de Salta.
Inspirándose en las catedrales de París y Reims, inició luego la reforma de la rica fachada, añadiéndole dos agujas de piedra calada, el ejemplo más acabado del estilo flamígero en la península.
Posteriormente se amplió, edificando un recinto de mayores dimensiones cuya cubierta descansa sobre tres arcos de yeso, siendo de esta época la ventana del gótico flamígero existente sobre la Sacristía.
En el lado oeste o portada principal, se abren dos óculos o rosetones en el muro de los pies de las naves laterales, además de la claraboya principal que pertenece al calado flamígero o de llama defuego de ripios y rosetones.
Los tragaluces son de estilo gótico flamígero.
Tienen todas ellas características semejantes, entre las que destaca el pórtico de estilo flamígero.
Edificada en estilo gótico flamígero como lugar de enterramiento del Adelantado Mayor del Reino, tiene planta poligonal y una cúpula estrellada de diez puntas.
El imponente portal gótico flamígero de la iglesia es obra de Bartolomeo Bon.
La Escuela de Burgos corresponde a la etapa de transición del estilo gótico al gótico flamígero, introducido en Burgos a mediados del siglo XV tras la llegada del arquitecto alemán Juan de Colonia.
Gran obra del gótico flamígero, panteón familiar del marquesado.
Los tres forman la cumbre de ese modo de torear, basado en aunar la clase con el conocimiento, lo fundamental con lo accesorio, el hacer herreriano con lo flamígero o lo mudéjar.
El par de finas columnillas adosadas en sus flancos termina de dar a ésta portada el aspecto inconfundible del arte gótico flamígero.
Mandado construir por el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola para ser utilizado como calle procesional es una bella muestra del estilo gótico flamígero de principios del siglo XVI.
Anexo a la nave de la nave sur se sitúa el claustro, realizado en estilo gótico flamígero cuya calle anexa a la iglesia ha sido integrada como cuarta nave de la misma.
Descollaba Colau entre la muchedumbre por su robusta complexión y lucida estatura, por su curtido rostro y el mirar flamígero de sus ojos negros.
Una interrogación inmensa surge en el horizonte mexicano, cual si fuera flamígero cometa aproximándose a nosotros en carrera desenfrenada.
Sólo un pensamiento flamígero y trémulo la acompaña-ba deshaciéndose con ella: ¡Malditos hombres!.
Si se tiene por averiguado que para esta fiesta célebre la asendereada corporación echó la casa por la ventana, resultando una verdadera solemnidad literaria, a juzgar por el kilométrico programa en que figuraban como notas de atracción una «oda» de Florindo, cuya lectura duró tres horas de reloj, y el discurso final, tornasolado y flamígero, que pertenecía por derecho propio al no menos flamígero y tornasolado joven don Arturo Canelón.
Era el lado débil del flamígero joven.
Porque el monstruo flamígero con que hemos vencido a las distancias, es símbolo glorioso si lo juzgamos en cuanto a la utilidad de cambiar rápidamente ideas y productos, y a los lazos que estrecha y los prejuicios que aparta, pero si se le refiere a la disciplina del viajar, sería símbolo del ver mal y somero y del ser llevado en rebaño, por el invariable camino que fijan en la inmensidad del campo dos cintas de hierro, a las ciudades donde luego gobernará los pasos del huésped una oficiosa guía, que reúne, en octavo menor, las instrucciones del Sentido Común, personificado en un librero de Leipzig o un impresor de la Street Albemarle.
La fértil fantasía de algún imaginero del siglo XV había mezclado con los arrogantes blasones y las jactanciosas divisas nobiliarias inscritas en caracteres de exquisita elegancia sobre complicadas y sinuosas banderolas, los mil caprichos de la fauna y la flora del gótico flamígero, monstruos y quimeras, grifos y endriagos, demonios muequeros, que parecían geniecillos de la llama, pelícanos asomando entre airosa hojarasca, ricas cenefas caladas y treboladas, y, por último, en el ancho dosel que coronaba la chimenea, una cacería, gentes de sayo, venablo y ballesta, persiguiendo a cerdosos jabalíes y a ligeros gamos: un episodio de la vida real en aquellas ásperas sierras, donde en tan espléndida chimenea ardió leña por primera vez.
Una mañana que el sol surgía del abismo y se lanzaba al espacio, un vaivén de su carro flamígero lo hizo rozar la cúspide de la montaña.
Ordené que se redoblara la vigilancia de los caballerizos, entusiasmé a los asistentes con algunas palabras de cariño y un rato después ardió flamígero el atrayente fogón.

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