Ejemplos con finísimas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El armario para cálices, originalmente ubicado en el muro poniente bajo la Virgen del Apocalipsis de Cristóbal de Villalpando, albergaba gran número de cálices de oro y vasos del mismo metal guarnecidos de finísimas piedras y otras vacijas y vasos sagrados, candeleros, pedestales, acheros de plata sobre dorada y cruceros.
Los modelos iconográficos que emplea, en su gran mayoría no son creaciones personales, están inspirados en los que han realizado los que tiene más cerca de él, su padre, Alonso de Mena, su gran maestro,Alonso Cano, Gregorio Fernández, Pablo de Rojas, o la visión de pinturas o estampas, aunque en Mena, es la calidad de la técnica lo que impera, el resultado de las orillas de las túnicas y los mantos que parecen telas finísimas y los rostros que expresan una gran espiritualidad, toda su producción fue de tema religioso excepto las imágenes de los reyes católicos de las catedrales de Granada y Málaga.
Un peine para liendres es un peine con púas finísimas que sirve para sacar las liendres del pelo.
Lázaro Uriarte, en el décimo aniversario de su muerte, lo definió de la siguiente forma: fue, ante todo, un pintor elegante, especialmente dotado para finísimas valoraciones tonales, de irreprochable y limpia técnica, a medio camino entre el esprit de finesse parisino y las más decantadas y exigentes maneras clásicas, atenuadas de excesivos rigores compositivos y plenamente fundidas con los más modernos lenguajes plásticos de su tiempo.
Años más tarde -en la Colonia- el jesuita Rafael Landívar en su obra Rusticatio mexicano, en la que aparecen los relatos de las experiencias de sus viajes, describe el géiser de la siguiente manera: Allí Ixtlán ¡Inexplicable portento! hay una fuente, reina de las demás y el mayor germen de la fertilidad de aquel terreno, que brota de escabrosa abertura con inusitada violencia, mas si algún curioso se acerca a contemplarla, el agua recoge, retrocede y cesa su curso, apenas interrumpido por finísimas hebras de cristal, como si la ninfa que la guarda llena de rubor, no pudiese contener algunas lágrimas brillantes.
La iglesia, juzgada como de buen diseño y bastante bella, entre el siglo XV y el XVI acogió las seputluras de los condes de la casa Gesualdo, que construyeron en la extremidad de la nave derecha su capilla gentilizia, con altar privilegiado dedicado a a Santa María de las Gracias: la capilla estabaa adornada con finísimas esculturas en mármol, entre las cuales había cuatro bajorrelieves representando a las virtudes cardinales.
Unas patillas finísimas sombreaban sus mejillas, una cabellera tumultuosa de león coronaba su frente, cayendo atrás en cascada de rizos.
Y fueron viniendo botellas, aumentándose copas a la ya formidable batería que cada convidado tenía ante sí, anchas y planas, como las de los relieves antiguos, para el espumante Champagne, verdes y angostas, finísimas, para el Rhin, cortas como dedales, sostenidas en breve pie, para el Málaga meridional.
Eran como dos budineras grandes, cubiertas todas de finísimas y menudas plumas encarnadas: un pájaro natural, una especie de faisán disecado con primor, contorneaba el ala, torciéndose con gracia a un lado de la cabeza.
Quebrose la clara luna, y las cinceladuras finísimas del marco se abollaron al golpe.
La Junta Soberana resolvió canjear con el comercio, por artículos de comer, beber y arder, gran copia de materiales existentes en el Arsenal y fortificaciones: bronces, hierros, maderas finísimas, y cuanto no tenía inmediata eficacia para la defensa de la plaza.
En el primero, divisábanse a lo lejos, en un apartado rincón, cuatro señores muy graves, muy tiesos, jugando al tresillo, en el segundo, reverberaban las luces en el brillante parquet de finísimas maderas enceradas y en los colosales espejos, dando a todo aquel recinto el aspecto fantástico y temeroso, en medio de su magnificencia, de aquellos palacios encantados que se describen en los cuentos de hadas.
¿Qué piensas de esto, niño? ¿Has perdido de tal modo el gusto y las aficiones de caballero, que no anhelas la libertad para rendir homenaje a la belleza noble y honrada? ¿No te acuerdas ya de las ilustres casas que no necesito nombrar? ¿No conociste allí damas finísimas, cuya conversación tan sólo, honesta y graciosa, te enseñaba las buenas formas, te sugería pensamientos felices, y educaba tu voluntad y tu inteligencia para un porvenir noble y hasta glorioso? ¿No se te ha pasado por las mientes, loco de remate, que podrías hallar, andando el tiempo, y prosiguiendo en el seguro camino que se te trazó, una compañera de tu vida tan bella, tan virtuosa y distinguida como la que hoy es marquesa de Selva-Alegre? ¿Ya no tienes aspiraciones hidalgas? ¿Te has encariñado tanto con las violencias, con el colorido chillón, con la nota discordante, con el contraste duro, que eres ya insensible al buen tono, a la gracia, a la armonía? No, no puedo creerlo.
Buenotodo esto lo pensaba don Juan, pues dé usted a una mujer así trapos, galas, joyas, ropas interiores finísimas, casa lujosa, criados, perfumes, blondas, muebles cómodos, lámparas que adormezcan la luz y ¡a morir los caballeros! A pesar de todo lo cual, Cristeta ha venido a parar en esposa de un señor Martínez.
Las ropas interiores son finísimas, están adornadas de estrechas cintas de tonos pálidos, y trascienden suavemente a verbena.
¡Con cuánto amor pasó la mano por aquellas finísimas carnes, de las cuales pensó que nunca habían conocido el calor de una mano materna, y que estaban tan heladas de noche como de día!.
El pelo, casi negro, recogido y alisado con extremada modestia, avaloraba la blancura mate y dorada de la tez, vivificada por venas finísimas y azuladas.
Baldomero y Arnaiz, Gumersindo empezó a traer batistas finísimas de Inglaterra, holandas y escocias, irlandas y madapolanes, y cretonas de Alsacia, y la casa se fue levantando no sin trabajo de su postración hasta llegar a adquirir una prosperidad relativa.
Caía helada, y en el aire parecía que se cruzaban millares de finísimas agujas, que apretaban las carnes y reconcentraban el calor vital en el corazón.
Después que lo observó todo con claras muestras de placer infantil, fijó los ojos en la mesa y vio con sorpresa que no estaba, como otros días, llena de papeles amarillos y empolvados, de expedientes, cuadernillos, cartas y libros de asiento, sino hermosos volúmenes con canto de oro y finísimas pastas, vio también que su hermano tenía delante varios pliegos donde no había como otras veces grandes filas de números semejantes a ejércitos en disposición de entrar en batalla, sino renglones de prosa seguida y corriente.
Tenía gran sala baja, capilla, patio con flores, habitaciones con zócalo de azulejos amarillos y verdes, puertas de pino lustradas y chapeadas, gran número de arcones, muchas obras de estalle, cuadros viejos y nuevos, algunas jaulas de pájaros, finísimas esteras, y sobre todo, una tranquilidad, un reposo y plácido silencio que convidaban a residir allí por mucho tiempo.
Entre los pliegues de un vastísimo pañuelo del mismo color se destacaban dos manos blancas, finísimas, de un contorno y suavidad admirables.
Por lo común las paredes de los ordinarios eran de nogal bruñido, o de caoba, con finísimas incrustaciones de marfil o metal blanco.
Desde su puesto de observación daba cuenta fiel de lo que veía u oía, a Leonardo, quien continuaba en la cama descansando y gozando de las finísimas sábanas cargadas de encajes y perfumadas con los pétalos de las rosas de Alejandría, obra toda de las industriosas manos de Isabel.
¡Oh, qué de cofias te diera, qué de escarpines de plata, qué de calzas de damasco, qué de herreruelos de holanda! ¡Qué de finísimas perlas, cada cual como una agalla, que, a no tener compañeras, Las solas fueran llamadas! No mires de tu Tarpeya este incendio que me abrasa, Nerón manchego del mundo, ni le avives con tu saña.
Llevaba un aro de oro en la oreja izquierda, y la barba y el bigote se los había arrancado con pinzas, a lo indio, de manera que en los poros irritados, se había infiltrado el polvo más tenue, dándole con la transpiración, a su antipática facha, el mismo aspecto que hubiera tenido si la hubiesen escarificado con finísimas agujas y tinta china.
Con la luz del día examiné el lecho en que había dormido tan cómodamente, como en elástica cama ''à la Balzac'' provista de sus correspondientes accesorios, almohadones de finísimas plumas y sedosos cobertores.
Sus astas, finísimas en la punta, curvadas con brío amenazador, contrastaban con la cabeza estúpida, casi dulce, casi pacífica.
Nada de eso: Nacho, con sus ojos dulces y expresivos, su barbita sedosa, sus facciones correctas y finísimas, y su actitud elegante, podría no valer en el fondo un puñado de alfileres, porque chascos mucho más gordos dan ciertos diamantes falsos, pero, ''a la vista'', era el tipo del abogado nuevo, del abogado artista, que no anda por los caminos trillados de las clásicas y vetustas tradiciones forenses, sino por las cumbres espinosas y arriesgadas de los nuevos problemas jurídicos, de los que no usan los libros de la profesión para ejercerla, de los que van a la Audiencia, no a alegar, sino a demoler, no a invocar textos y razones del acervo común, sino a enredarse en teorías frenopáticas dentro de un laberinto de disquisiciones antropológicas, para acabar declarando loca de remate a toda la humanidad que anda fuera de los manicomios, con el heroico fin de salvar del patíbulo, por loco irresponsable, al distinguido criminal a quien defiende, convicto y confeso y reincidente además.
La mirada del Niño paseábase complacida por todos los encantos de su mujer, pero ésta no miraba al Niño, no quería mirarle, no quería que le hicieran vacilar, en su enérgica decisión, los incentivos del Sonajero, su figura armónica ni su semblante gracioso y juvenil de tez pálida, de finísimas facciones, de ojos de lánguido y de insinuante mirar, y de labios en que la gracia y la voluptuosidad desbordaban en misteriosas.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba