Ejemplos con fiara

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cariñosamente le respondió el amigo que no se fiara de palabra alguna salida de la boca de la Manuela, pues la pobre mujer empinaba el codo más de lo regular, y de vez en cuando cogía unas turcas horribles que le duraban tres días.
¡Vaya, que si yo me fiara de usted para guardar la casa! A ver, atención ¿No siente usted un ruidito como si alguien estuviera tentando la cerradura? ¿Ve usted?, ahora empujan ¿qué es esto?.
Dejome un encargo para ti, un paquetito donde hay una carta y varias alhajas, encargándome que a nadie lo fiara y que te lo diera en tu propia mano.
—Por cierto, señoras hermanas y compañeras mias, que nunca mi intento fué, es, ni será otro que daros gusto y contento en cuanto mis fuerzas alcanzaren, y así no se me hará cuesta arriba este juramento que me piden, pero quisiera yo que se fiara algo de mi palabra, porque dada de tal persona como yo soy, era lo mismo que hacer una obligacion guarentigia, y quiero hacer saber a vuesa merced que debajo del sayal hay al, y que debajo de mala capa suele estar un buen bebedor, mas para que todas estén seguras de mi buen deseo, determino de jurar como católico y buen varon: y así juro por la intemerata eficacia donde mas santa y largamente se contiene, y por las entradas y salidas del santo Líbano monte, y por todo aquello que en su proemio encierra la verdadera historia de Carlomagno, con la muerte del gigante Fierabras, de no salir ni pasar del juramento hecho, y del mandamiento de la mas mínima y desechada destas señoras, so pena que si otra cosa hiciere o quisiere hacer, desde ahora para entónces, y desde entónces para ahora lo doy por nulo, y no hecho ni valedero.
—Pues ¿qué? dijo otra moza ¿ya se quedan en casa estos mancebos? Para mi santiguada, que si yo fuera camino con ellos, que nunca les fiara la bota.
¿A un señor obispo se le puede recibir como a cualquier pelagatos? Mi tío traerá consigo a su secretario el doctor Sedeño y quizás quizás a dos de sus pajes o cuando menos a uno, ¿y no se han de disponer las cosas para tantos y tan dignos huéspedes? Si me fiara de Francisca, ya había que tener paciencia hasta el año que viene.
Hasta que un día, después de haber convencido al pulpero de que no era tan mala su idea, consiguió que le fiara éste lo que le faltaba para alambrar el último costado del campo.
Cariñosamente le respondió el amigo que no se fiara de palabra alguna salida de la boca de la Manuela, pues la pobre mujer empinaba el codo más de lo regular, y de vez en cuando cogía unas turcas horribles que le duraban tres días.
Ya, señores -prosiguió la hermosa doña Isabel-, pues he desengañado con mi engaño a muchas, no será razón que me dure toda la vida vivir engañada, fiándome en que tengo de vivir hasta que la fortuna vuelva su rueda en mi favor, pues ya no ha de resucitar don Manuel, ni cuando esto fuera posible, me fiara de él, ni de ningún hombre, pues a todos los contemplo en éste engañosos y taimados para con las mujeres.
Alegráronse los Numantinos con la feliz casualidad de poder servirle, y le rogaban que entrase en la población, y como se parase un poco para deliberar, acercándose a él, le cogían del brazo, repitiendo las instancias y suplicándole que no los mirara ya como enemigos, sino que como amigos se fiara y valiera de ellos.

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