Ejemplos con feamente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Scyther - Scizor: Cuando Tracey vio por primera vez a su Scyther, este había sido feamente apaleado por su manada.
Muy feamente arrugó el ceño Lucía una vez que se acercó Juan a la portezuela del lado de Ana, y habló con ella, haciéndola reír, unos minutos: y en cuanto oyó reír a Sol, dejó Lucía su asiento, y se fue ella también a la portezuela.
Contando, pues, por nada quedar feamente desfigurado por todos los días de su vida, hace de su persona el más lastimoso espectáculo: cortadas de su propia mano las narices, cortadas asimismo las orejas, cortados descompuestamente los cabellos y azotadas cruelmente las espaldas, muéstrase así maltrecho y desfigurado a la presencia de Darío.
» Contando Leonidas, repito, con este oráculo, y queriendo que recayese la gloria toda sobre los espartanos únicamente, creo más bien que licenciaría a los aliados, que no que le desamparasen tan feamente por ser de contrario parecer los que de él se separaron.
fiel del semblante, y así como la fiera se vio en él tan feamente descompuesta, espantada de.
arrojar a los rostros, en vez de piedras, carbones que tiznaban feamente, y así, andaban casi.
Al modo, pues, que Platón solía muchas veces decir al filósofo Jenócrates, que parece era también de costumbres ásperas, “¡oh Jenócrates! sacrifica a las Gracias” si alguno de la misma manera hubiera persuadido a Mario que sacrificase a las Musas griegas y a las Gracias, no hubiera éste coronado tan feamente sus decorosos mandos y gobiernos, pasando por una iracundia y ambición indecente, y por una avaricia insaciable a una vejez cruel y feroz, lo que bien pronto aparecerá de sus hechos.
Muy feamente arrugó el ceño Lucía una vez que se acercó Juan a la portezuela del lado de Ana, y habló con ella, haciéndola reír, unos minutos: y en cuanto oyó reír a Sol, dejó Lucía su asiento, y se fue ella también a la portezuela.
-Déjese de murmuraciones, Gil Menchaca, que la justicia es justicia y sabe lo que se pesca, y no por dar suelta a la sin pelos, tenga usarced el aperreado fin de don Martín de Robles, que no fue ningún rapabolsillos, sino todo un hidalgo de gotera, y que finó feamente por burlas que dijo del virrey marqués de Cañete -contestó el pasamanero, que era un catalán cerrado.
Villacastín recobrose a poco, armó la ballesta y consiguió matar a quién tan feamente lisiado lo dejaba de por vida.
Vio aquellas formas bellas aún, y las imaginó destruidas, feamente destrozadas, cayendo en pútrida disolución.

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