Ejemplos con facultad

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta prodigiosa facultad inutilizaba en parte los colores de que se visten las especies tímidas para fundirse con la luz o la sombra.
Su facultad de cambiar de color les permitía adquirir el de su duro zócalo, y disimulados de este modo, como tres tumores peñascosos, esperaban traidoramente el paso de sus víctimas, lo mismo que si estuviesen en pleno mar.
No permita Dios que mate yo en mí facultad alguna de las que el mismo Dios me ha dado.
Es verdad que todo sacerdote sentado en el tribunal de la penitencia, investido por Dios mismo de la facultad de sentenciar y de absolver, recibe por gracia lo que a veces por naturaleza no ha recibido: bastante lucidez de espíritu para comprenderlo todo.
Lo cierto es que, siendo persona de valer, se había resignado a vivir y ejercer su facultad en Villafría.
Los estudiantes, con el manteo terciado, tricornio en mano y ondeante en la manga el lazo de la Facultad, corrían las calles como un rebaño loco, asediando a los transeúntes para sacarles el dinero en nombre de la caridad.
Hacía tres años que estaba abonado al segundo curso de la Facultad de Medicina, consecuencia heroica de la que no estaba arrepentido, y tan amante era del trabajo y de la actividad, que por no estarse en los cafés charlando como un necio, pasaba los días y gran parte de las noches en los círculos recreativos, unas veces peinando barajas y otras sacrificando pesetas, para que no se dijera que en España todo decae, hasta el respetable gremio de los puntos.
Era un estudiante de Medicina, famoso entre los de su Facultad como hábil tocador de guitarra, alegre confeccionador de chistes y calavera de los más audaces.
De tal estado pasó a la observación, desarrollándosele esta facultad de un modo pasmoso.
Ríase usted de mí, si quiere, pero sepa que cuando veo a alguna persona que tiene la posibilidad de sacrificar algo, de arrancarse algo que duele, le tengo envidia Sí, yo envidio a los malos, porque envidio la ocasión, que me falta, de romper y tirar un mundo, y les miro y les digo: ‘Necios, tenéis en la mano la facultad del sacrificio y no la aprovecháis’.
Hacía algún tiempo que la facultad de observación se eclipsaba en él, vivía de sí mismo, y todas sus ideas y sentimientos procedían de la elaboración interior.
Verdad que en todo lo que corresponde al reino inmenso de las pasiones, las monjas apenas ejercitaban su facultad educatriz, bien porque no conocieran aquel reino, bien porque se asustaran de asomarse a sus fronteras.
Aunque dos o tres veces, llevada por su sobrino había visitado al , no había podido averiguar si estaba ya bien despercudida de las máculas de marras, pero ella quería ejercitar, como he dicho antes, su facultad educatriz, y todo lo que se tardase en tener a Fortunata bajo su jurisdicción, se detenía el gran experimento.
¿Era quizás que el silencio y la paz de aquella vida hacían nacer y desarrollarse en ella la facultad del sentido común? Si era así, no se daba cuenta de semejante fenómeno, y lo único que su rudeza sabía formular era esto: Es que de tanto pensar me ha entrado talento, como a Maximiliano le entró de tanto quererme, y este talento es el que me dice que me debo casar, que seré tonta de remate si no me caso.
Las pasiones exaltadas producen estas pasmosas diferencias en la eficacia de una facultad, y hacen a los hombres romos o agudos cual si estuviera el espíritu sometido a una influencia lunática.
Y de tal modo se iba enseñoreando de su alma el afán de la maternidad, que pronto empezó a embotarse en ella la facultad de apreciar las ventajas que disfrutaba.
Después de esta brillante ráfaga de memoria, la preciosa facultad se eclipsó por completo, y el ayer se borró absolutamente del espíritu del buen caballero.
En fin, el de la plática fué disponer Carriazo la voluntad de Avendaño de manera, que determinó de irse con él a gozar un verano de aquella felicísima vida que le habia descrito, de lo cual quedó sobre modo contento Carriazo, por parecerle que habia ganado un testigo de abono que calificase su baja determinacion: trazaron ansimismo de juntar todo el dinero que pudiesen, y el mejor modo que hallaron fué que de allí a dos meses habia de ir Avendaño a Salamanca, donde por su gusto tres años habia estado estudiando las lenguas griega y latina, y su padre queria que pasase adelante y estudiase la facultad que él quisiese, y que del dinero que le diese habria para lo que deseaban.
Advierte, niña, que no hay maestro en toda esta universidad que sepa tan bien leer en su facultad, como yo sé y puedo enseñarte en esta arte mundanal que profesamos, pues así por los muchos años que he vivido en ella y por ella, como por las muchas esperiencias que he hecho, puedo ser jubilada.
Trece años o poco mas tendria Carriazo, cuando llevado de una inclinacion picaresca, sin forzarle a ello algun mal tratamiento que sus padres le hiciesen, solo por su gusto y antojo se desgarró, como dicen los muchachos, de casa de sus padres, y se fué por ese mundo adelante, tan contento de la vida libre, que en la mitad de las incomodidades y miserias que trae consigo, no echaba ménos la abundancia de la casa de su padre, ni el andar a pié le cansaba, ni el frio le ofendia, ni el calor le enfadaba: para él todos los tiempos del año le eran dulce y templada primavera: tan bien dormia en parvas, como en colchones: con tanto gusto se soterraba en un pajar de un meson, como si se acostara entre dos sábanas de Holanda: finalmente, él salió tan bien con el asunto de pícaro, que pudiera leer cátedra en la facultad al famoso de Alfarache.

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