Ejemplos con fórmulas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta ley pervivió hasta Justiniano, época en la que se empezó una nueva labor de interpretación de las leyes existentes y relaciones jurídicas de las reglas y fórmulas preestablecidas en las Doce Tablas.
El grupo de War Van Overstraeten fue antisindicalista y antiparlamentario, y próximo a las fórmulas empleadas por los soviets en Rusia.
Se mantiene el interior en concordancia con la arquitectura del siglo XVIII mientras que en el exterior se recurre a fórmulas de la nueva arquitectura aumentando las alturas e incorporando elementos neoclásicos en la fachada, como son el acceso principal con la portada enmarcada por pilastras apeando un frontón triangular.
Su álbum, Take Away/The Lure of Salvage, retomaba temas anteriores de XTC, deconstruyéndolos con distintas fórmulas.
La resina aún se usa en ciertas fórmulas de jarabe para la tos.
Hombre nulo, ignorante, sin más habilidad que la intriga, era el tipo del leguleyo chismoso y tramoyista que funda su ciencia en conocer no los principios, sino los escondrijos, las tortuosidades y las fórmulas escurridizas del derecho, para enredar a su antojo las cosas más sencillas.
Y daba hasta otras ocho fórmulas.
En uno de sus reclamos periodísticos, el dueño de La Solidez anunciaba: Todas las cremas conocidas hasta el día están compuestas conforme a las fórmulas siguientes:
Proseguía: En el establecimiento , del conocido industrial Claudio Martínez, hay quinientas pesetas, ¡quinientas pesetas!, a la disposición de quien demuestre que alguna de las cremas conocidas en el mercado no están compuestas conforme a ninguna de las fórmulas anteriores, y otras quinientas, ¡mil!, a quien pruebe que la no es distinta ni superior a las otras cremas.
Esta falta de cultura literaria y filosófica que en Zola se advierte, y de que tanto provecho han sacado sus adversarios, sin llegar por eso a obscurecer la genial perspicacia con que juzga de las obras en particular, explica la flaqueza de sus teorías, los pésimos argumentos con que las explana y defiende, el aparato con que presenta como descubrimientos y novedades las máximas de crítica más triviales y manoseadas, y las fórmulas absurdas que da a algunos pensamientos, por otra parte muy razonables.
El argumento del apóstol traidor ante el vaso de nardo derramado inútilmente sobre la cabeza del Maestro, es, todavía, una de las fórmulas del sentido común.
Preferible es en ocasiones un adarme de corazón a una arroba de habilidad, donde fracasan las huecas fórmulas, vence el sentimiento, con su espontánea elocuencia.
Los graves señores del tribunal le habían visto palidecer y balbucear como un niño ante los logaritmos y las fórmulas trigonométricas.
Y los pueriles conceptos que guardaban, adquirían en sus bocas una importancia excesiva, parecían sentencias sagradas, fórmulas misteriosas y amables que nadie podía tocar sin cometer un sacrilegio.
El resultado inmediato de este adelanto fué que las reyertas, que a cada paso se suscitaban entre los del Saloncillo y los del Camarote, eran conducidas con arreglo a todas las fórmulas y ceremonias prescritas en el código del honor.
Á lo sumo, era don Sebastián, sin pasar más adelante en tratamientos y fórmulas de respeto.
Mas no por eso caía en el extremo opuesto, en las fórmulas de rito y en los conceptos de estampilla.
La prensa periódica, al mismo tiempo que con la grosería del obrero señalaba por medio de giros extraños la falta de costumbre en el lenguaje para decir ciertas cosas, indicaba, sin embargo, al hablista culto una necesidad que era preciso satisfacer, dentro del caracter genérico y tradicional del idioma, y sometida la lengua a esta revolución diaria, si se corrompía por un lado con el uso de extraños giros, ganaba por otro con el culto que se rendía a la verdad y a lo gráfico de la expresión, sacrificando, si se quiere, tradicionales fórmulas y conceptuosas y pueriles sentencias, perífrasis y regímenes que están reñidos con la ideología universal.
Cuando no son muy groseras, estas fórmulas de hablar hacen gracia, como caricaturas que son del lenguaje.
Las fórmulas de cariño que con su tía y su mujer usaba eran extraordinariamente suaves y hasta empalagosas, se afligía cuando causaba alguna molestia, y agradeciendo mucho los cuidados que se le prodigaban, los rehuía como pudiera.
Por fin llegó el instante de la despedida, que Fortunata deseaba con ansia y temía, considerándose incapaz de decir con claridad y sosiego todas aquellas fórmulas últimas y el ofrecimiento de la casa.
Practicaba su apostolado por fórmulas rutinarias o rancios aforismos de libros escritos por santos a la manera de él, y había hecho inmensos daños a la humanidad arrastrando a doncellas incautas a la soledad de un convento, tramando casamientos entre personas que no se querían, y desgobernando, en fin, la máquina admirable de las pasiones.
En poco tiempo le enseñó todas las fórmulas que se usan en una visita de cumplido, cómo se saluda al entrar y al despedirse, cómo se ofrece la casa y otras muchas particularidades del trato fino.
Para la Historia Natural, solía la maestra llamar en su auxilio al león del Retiro, y únicamente en la Química se quedaban los dos parados, mirándose el uno al otro, concluyendo ella por meterle en la memoria las fórmulas, después de observar que estas cosas no las entienden más que los boticarios, y que todo se reduce a si se pone más o menos cantidad de agua del pozo.
Sucedió además una cosa que aumentó la dificultad de la barredura: la cocinera enviada de Santiago empezó a malhumorarse, quejándose de que no entendía la cocina, de que la leña no ardía bien, del humo, de todo, Sabel, muy servicial, acudió a ayudarla, y a los pocos días la cocinera, cansada de aldea, se despidió con malos modos, y Sabel quedó en su sitio, sin que mediasen más fórmulas para el reemplazo que asir el mango de la sartén cuando la otra lo soltó.
Al resolverse a emprender el viaje, receló que las primas fuesen algunas señoritas muy cumplimenteras y espetadas, cosa que a él le pondría en un brete, por serle extrañas las fórmulas del trato ceremonioso con damas de calidad, clase de que nunca había cazado, mas aquel recibimiento franco le devolvió al punto su aplomo.
Las libaciones consecutivas no fueron acompañadas de más fórmulas de atención.
Mozos, colonos, jornaleros, y hasta el ganado en los establos, parecía estarle supeditado y propicio: el respeto adulador con que trataban al señorito, el saludo, mitad desdeñoso y mitad indiferente que dirigían al capellán, se convertían en sumisión absoluta hacia Primitivo, no manifestada por fórmulas exteriores, sino por el acatamiento instantáneo de su voluntad, indicada a veces con sólo el mirar directo y frío de sus ojuelos sin pestañas.
, por lo que rara vez legan su nombre a la Historia, curas, en fin, de la clase de católicos rancios, sin ribetes de política ni de filosofía, que no suelen poseer ni exigir de nadie sutilísimos conceptos teológicos con que explicar la mente del Autor del mundo, ni inflexibles fórmulas de escuela sobre la sociedad y su gobierno, sino la práctica real y efectiva de todas las virtudes cristianas.
Doña Perfecta tuteaba a María, y ésta jamás pudo prescindir de ciertas fórmulas.

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