Ejemplos con exuberante

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta obra se encargó a Juan Bautista de Soto y es un gran retablo barroco muy exuberante, con columnas salomónicas, frutos, angelotes y los santos patronos de la villa: San Miguel, San Sebastián y San Roque.
El nombre, acuñado en la época romántica, proviene de la similitud con los templos de la antigua Tebas egipcia, tanto en cantidad como en belleza y aislamiento, aunque los de esta fueran en el desierto y estos se encuentren rodeados de una naturaleza exuberante.
Doris, Adventureland es una amalgama de territorios coloniales imaginarios combinada con la exuberante vegetación de la selva.
El acceso a la ciudad deleita a todos los que la visitan, porque al subir la cordillera y mirar el Lago Ypacaraí y su exuberante vegetación.
El visitante se encuentra rodeado de una exuberante vegetación propia de la jungla y de otros misteriosos objetos: máscaras tribales, tambores del Congo, tótem, estatuas de animales exóticos, y una arquitectura inspirada en el Pacífico.
Su vitalidad exuberante, su fuerza impulsiva, consumíanse en obscuras aventuras y estúpidos derroches, de los que hablaban luego en la isla con admiración los compañeros de estudios.
Los vientos de la isla no permitían la ascensión de los árboles, y éstos esparcían su ramaje en torno de ellos con una prolijidad exuberante, ganando en extensión lo que perdían en altura.
El capitán celebraba mucho el verle, como si fuese un aparecido del pasado al que podía comunicar la alegría de su exuberante felicidad.
En un remanso del estanque, enorme macizo de malangas ostentaba su vegetación exuberante y tropical, y sus gigantescas hojas, abiertas como abanicos de tafetán verde, se mantenían inmóviles.
Doña Luisa tuvo que entrar y salir muchas veces para habituarse al imponente aspecto de los porteros: él condecorado, vestido de negro y con patillas blancas, como un notario de comedia, ella majestuosa, con cadena de oro sobre el pecho exuberante, y recibiendo a los inquilinos en un salón rojo y dorado.
Ojeda se complacía en escuchar la facundia exuberante de su amigo.
No obstante, como no era cerrado de inteligencia y su exuberante naturaleza rebosaba de actividad y de fuerza, las empleaba una que otra vez en el estudio de algunos ramos de la ciencia.
Keleffy viajaba por América, porque le habían dicho que en nuestro cielo del Sur lucen los astros como no lucen en ninguna otra parte del cielo, y porque le hablaban de unas flores nuestras, grandes como cabeza de mujer y blancas como la leche, que crecen en los países del Atlántico, y de unas anchas hojas que se crían en nuestra costa exuberante, y arrancan de la madre tierra y se tienden voluptuosamente sobre ella, como los brazos de una divinidad vestida de esmeraldas, que llamasen, perennemente abiertas, a los que no tienen miedo de amar los misterios y las diosas.
El doctor reconocía que no era gran cosa como mujer: la alegría de la juventud en los ojos, los cabellos rubios de su madre, y una esbeltez de muchacha sana en la que todos los encantos femeniles están aún recogidos, como en capullo, sin la majestad exuberante de la forma definitiva.
Toda la vida exuberante almacenada en este suelo por la cultura hispanoárabe durante siglos la absorbe el Norte en menos de cien años.
Subían los haces de columnas con rígida sencillez, marcando el arranque de los arcos con capiteles simples, en los cuales el cardo gótico aún no tiene la exuberante frondosidad del período florido.
Encima de estas tres puertas, de un gótico exuberante, se elevaba el segundo cuerpo, de arquitectura grecorromana y construcción casi moderna, causando a Gabriel Luna la misma molestia que si un trompetazo discordante interrumpiese el curso de una sinfonía.
No agotan calores estivales la mullida grama de sus dehesas, ni los vientos glaciales del Citlaltépetl marchitan la exuberante lozanía de sus florestas.
Pensaban involuntariamente en los verdes campos, en el paseo exuberante de gentío, en el placer de andar lentamente bajo las ladeadas sombrillas, viendo caras nuevas y contestando al saludo de los amigos, y por fin, la madre y las hijas no pudieron resistir más y comenzaron a vestirse.
Llegaron al paseo: una ancha faja de jardín en la orilla del río, exuberante de vegetación, pero tan sombría, que justificaba su título vulgar de paseo de los desesperados.
A derecha e izquierda las montañas de Mata-Espesa, cubiertas con la exuberante vegetación de las tierras calientes, el cerro de los Otates que, visto desde el punto en que yo estaba, parece un camello que postrado en la arena aguarda el soplo abrasador de los desiertos.
Además, ella prometía devolverlos a San Juan, y al ver que su hermano sonreía irónicamente, lo juró con la mano puesta en el exuberante pecho.
En aquellos barrios algunos tenderos hacen gala de poseer, además de géneros exquisitos, una imaginación exuberante, y para detener al que pasa y llamar compradores, se valen de recursos teatrales y fantásticos.
A esto se reducía todo el ornato del cementerio, mas no su vegetación, que por lo exuberante y viciosa ponía en el alma repugnancia y supersticioso pavor, induciendo a fantasear si en aquellas robustas ortigas, altas como la mitad de una persona, en aquella hierba crasa, en aquellos cardos vigorosos, cuyos pétalos ostentaban matices flavos de cirio, se habrían encarnado, por misteriosa transmigración, las almas, vegetativas también en cierto modo, de los que allí dormían para siempre, sin haber vivido, sin haber amado, sin haber palpitado jamás por ninguna idea elevada, generosa, puramente espiritual y abstracta, de las que agitan la conciencia del pensador y del artista.

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