Ejemplos con extranjeras

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, no todas las colonias extranjeras llegaron a cumplir sus ofrecimientos en ese lapso.
El auge se traducía en economías sólidas, tanto de los nacionales como de los miembros de las colonias extranjeras radicadas en el Perú.
Convenios Internacionales de Oportundades Laborales: Permite que los alumnos de USIL sean invitados por empresas líderes extranjeras para trabajar en sus sedes alrededor del mundo, con lo que ganan experiencia empresarial internacional.
Los estudiantes asisten durante tres semestres de clases a un tronco común que incluye, además de las dos lenguas extranjeras, una enseñanza en pensamiento político, una iniciativa de tipo geopolítico y una de macroeconomía.
A pesar de que dominaban en producción nacional la mayoría de sus novelas extranjeras no contaban con al apoyo masivo del público.
En la esquina nororiental de esa plaza, en la intersección con el Jirón Ocoña, se encuentra la mayor concentración de Casas de cambio y establecimientos informales de compra venta de divisas extranjeras así como numerosos cambistas.
Ha recibido el Collar de la Orden de las Islas Canarias, la Medalla del Senado de España y otras condecoraciones nacionales y extranjeras.
Sus oficiales ocuparon posiciones de tapa en misiones diplomáticas extranjeras, oficinas comerciales, y centros culturales de Albania.
Finalmente, la sección de inteligencia extranjera mantuvo al personal en el extranjero y en casa obtener la inteligencia sobre capacidades extranjeras e intenciones que afectaron la seguridad nacional de Albania.
La sección de contraespionaje era responsable de neutralizar operaciones de inteligencia extranjeras en Albania así como movimientos domésticos y los partidos contravinieron al partido.
En un momento en que la poesía española ha sufrido las influencias más complejas extranjeras, principalmente francesas, las cuales se ven demasiado claras y dominantes en otros poetas, Juan Ramón Jiménez, a pesar de haberlas asimilado todas profundamente, se muestra siempre él y por lo tanto siempre español.
Cierta vez me propuse acometer una investigación científica de sociología comparada, y aun de etnografía, tomando como tema y punto de arranque las casas de huéspedes en España y en las naciones extranjeras.
Al frente de la expedición iba un sacerdote joven y elegante, un monseñor romano vestido de seda, y con él dos damas extranjeras y guapetonas, que se plantaban en los lugares más altos, teniendo sus faldas algo levantadas por miedo a las salamanquesas que serpenteaban en las ruinas.
Quiso interesar a las dos extranjeras con un homenaje teatral.
Un arquitecto condecorado con muchas órdenes extranjeras, y que además ostentaba el título de Consejero de Construcción , era el encargado de modernizar el edificio medioeval sin que perdiese su aspecto terrorífico.
En la portería de su casa y en varios establecimientos de la calle le escuchaban con todo el respeto que merece un señor que, por ser extranjero, puede hablar mejor que otros de las cosas extranjeras.
En las discusiones con su hermana y otras damas extranjeras que pedían el exterminio de Francia por su impiedad, la buena señora resumía su opinión siempre con las mismas palabras: Cuando la Virgen quiso aparecerse en nuestros tiempos, escogió a Francia.
Muchas señoras extranjeras la buscan para colocar flores en la sepultura de un jorobadito que hacía versos: el conde Giacomo Leopardi.
No quedaba en el salón ninguna de las extranjeras rubicundas que hacían labores y hojeaban revistas.
Don Rosendo pretendía esparcirlo profusamente por la provincia, enviarlo a todas las de España, y hasta darlo a conocer en las naciones extranjeras.
Otros más valientes que él habían intentado aclimatar aquellas aves pasajeras en ciertos hotelitos del ensanche, y todo el vecindario se amotinó contra las extranjeras.
Eran los señores de la villa, los mineros ricos, las empresas extranjeras, los que debían dar el ejemplo.
Los de las compañías extranjeras eran verdes, con los taludes cubiertos de musgo como los glacis de los fuertes modernos, y las pequeñas locomotoras pasaban sobre ellos ligeras y brillantes como juguetes.
Además, andan por ahí esas monjas extranjeras, de gran papalina, que son linces para esta clase de trabajo.
Cobra del Ministerio de Estado por las misiones extranjeras, que de nada sirven, del de la Guerra y del de Marina por el clero castrense, del de Instrucción pública y del de Justicia.
Lo que viene luego es la España teutónica y flamenca, convertida en una colonia de Alemania, sirviendo como un soldado mercenario bajo banderas extranjeras, arruinándose en empresas que nada le interesaban, derramando la sangre y el oro por los compromisos del llamado Sacro Imperio Romano Germánico.
Ambas parecían extranjeras, y en toda la noche no habían cruzado entre sí una sola palabra.
Si se suman los ejemplares de sus numerosas versiones extranjeras, pasan seguramente de un millón.
Aurora Samaniego tenía treinta años y era viuda de un francés, que vino a España representando casas extranjeras de droguería.
Tenía más entendimiento que su hermana, vestía con esa sencillez airosa de las mujeres extranjeras que se ganan la vida en un mostrador de tienda elegante, o llevando la contabilidad de un restaurant.

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