Ejemplos con eximio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esto concuerda con que Salomoni haya auspiciado a Mangoré su viaje, no sólo por ser Barrios un eximio artista, sino porque eran amigos de infancia.
El artículo decía: En Melo, en la República del Uruguay, le sorprendió la muerte al eximio artista paraguayo, en los primeros días del mes del corriente.
Vivían en él las tradiciones coloniales, era eximio y arrojado torero, gran jugador de pelota, boxeador temible, cantador de tonadas, experto encumbrador e invencible campeón de volantines y bohemio impenitente.
Está recubierto en mármol travertino, encierra el más avanzado sistema teatral, el piso es de mármol belga, posee cuatro formidables esculturas de la autoría del eximio escultor español Don Juan Avalo, las cuales corresponden a: López de Vega y Carpio, Calderón de la Barca, Fray de León y Sor Juana Inés de la Cruz.
Eximio pianista con nivel de concertista, quienes lo conocieron decían que el piano era un apéndice de sus manos.
Bajo la influencia de Søren Kierkegaard y de San Ignacio de Loyola, entre otros, el que fuera eximio Rector de la Universidad de Salamanca hace una profunda incursión en la problemática existencial del hombre contemporáneo, distanciándose radicalmente del Motor Inmóvil aristotélico y afirmando la necesidad espiritual de creer en un Dios personal, esto es, en Jesús de Nazaret.
Arturo Bray fue eximio escritor y militar de vasta cultura.
Viscarra Fabre, se revela en este libro como sonetista eximio.
Quisiera terminar emulando al eximio poeta Lope de Vega, cuando a finales del siglo XVI se atrevió a elogiar al pincel en una maravillosa poesía que figura en la página tres de nuestro catálogo.
Dada la trascendencia e importancia de este eximio guitarrista, todo Misiones, y todo el país comparte el orgullo de haber sido la cuna de este artista sin parangón.
Unas veces hablando en serio, otras apelando a la burla, se trituraba a todos los que intervenían en el periódico, y muy particularmente, como es lógico, al que mejor y más altamente lo personificaba, el eximio don Rosendo.
Aunque en Sarrió ninguno de los dos bandos estaba bien definido en política, porque lo que les preocupaba era la lucha local, y se inclinaban siempre al partido vencedor, no cabía duda que en el Saloncillo predominaban los liberales, principiando por su eximio jefe.
Defendió al Gobierno, entre otros, el eximio catedrático don Francisco de Paula Canalejas, que fijó la cuestión política en estos precisos términos: Si el Ministerio debe caer, es preciso sepamos cuál es la solución que ha de sustituirle.
Bastó, pues, que tres hombres de fama, un gran orador, un político hábil y un eximio poeta, marcasen un magistral cambiazo, y se apartaran de Mendizábal declarándose devotos ardientes del , que por entonces, como en todo el reinado siguiente, era el barro de que se echaba mano para la fabricación de ministros, bastó, digo, que aquellos tres señores se lanzaran al campo , para que los liberales se vieran mandados a sus casas, y el poder pasase a los otros, a los de la suprema inteligencia y finas artes de gobierno.
En el largo trayecto de la Cava al cementerio, que era uno de los del Sur, Segismundo contó al buen Ponce todo lo que sabía de la historia de Fortunata, que no era poco, sin omitir lo último, que era sin duda lo mejor, a lo que dijo el eximio sentenciador de obras literarias, que había allí elementos para un drama o novela, aunque a su parecer, el tejido artístico no resultaría vistoso sino introduciendo ciertas urdimbres de todo punto necesarias para que la vulgaridad de la vida pudiese convertirse en materia estética.
Pero ¿qué quiere usted, eximio señor? No todos tenemos esa poderosa energía de usted.
Aquí le faltó la paciencia a don Casimiro que, como eximio jinete, vivía muy encariñado con sus bucéfalos, y mirando con sorna a la vieja, le dijo:.
Porque tuvo usted la bondad, cuando publiqué mi primer libro, de saludarme punto menos que como a una lumbrera en el arte de pintar costumbres, atrevíme a esperar que, andando el tiempo, llegaría yo a escribir una obra tan excelente, que fuera digna de ser ofrecida al Curioso Parlante maestro eximio cuyos cuadros eran, y siéndolo continúan hasta la fecha, mi delicia por lo primorosos y mi desesperación por lo inimitables.
Téngole por el más eximio de los discípulos de Zola.
No habló palabra, ni probó bocado, ¡ni siquiera bebió! Frente a Zola, y en medio de lo más eximio de la literatura, roncó la comida.
A estas expresiones elevadas, patéticas, que revelaban al orador elocuente y al poeta eximio, añadió Ayala otras que podríamos llamar de literatura oficial, proponiendo que enmudeciera la tribuna parlamentaria hasta que el cuerpo de la infortunada Reina recibiese cristiana sepultura.
¡Y tú en Vitoria, detenido por la enfermedad del eximio capellán! Gracias sean dadas a Dios por la mejoría de tu amigo.
En efecto: en el comedor aguardaba el eximio historiógrafo, que hizo pausada reverencia de corte.
Eximio jinete y disponiendo de magníficos caballos en Cipiona, había escalonado éstos de distancia en distancia.
Oyendo lo cual, el eximio Necker se llevaba las manos a la cabeza y murmuraba: «Perdición, ruina.
Viven aún personas que asistieron a la corrida y que dicen no ha pisado el redondel capeador más eximio que fray Pablo Negrón.
Pero si no entendía jota de lugares teológicos ni de oratoria sagrada, era en cambio eximio catador de licores, y váyase lo uno por lo otro.
Pero Guerra no se mostraba propicio a ser socio capitalista del eximio inventor.
Pero temía que la jornada fuese demasiado penosa para mí, y no era hombre de hacer noche en mitad del camino, pues consideraría menoscabada con ello su fama de eximio jinete o, más bien, de «buen gaucho».

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