Ejemplos con estruendosos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A la frialdad y crítica iniciales siguieron estruendosos aplausos que la consagraron en esa noche como la nueva diva de Italia.
Algunos estudiosos como Domínguez Moreno nos sitúan el origen de La Encamisá en la época prerromana en honor a la diosa Ataecina, diosa de la noche, y nos relaciona el fuego y los ruidos estruendosos con un fin purificador.
Minutos después se oyen vítores estruendosos y vivas a Bolivia y al Cap.
Con veinte mil personas en las gradas, un grupo de celebridades que incluyen a Ellery Queen en los palcos, y una amplia cohorte de periodistas, noticiarios de cine y fotógrafos que quieren dejar constancia grabada del evento para la posteridad, Buck aparece junto a cuarenta y un vaqueros al galope alrededor de la pista, lanzando gritos y tiros estruendosos que entusiasman al público, hasta que la ex estrella de cine cae con un disparo en el corazón y es pisoteado bajo las galopantes pezuñas.
Rompía a tocar la banda una Marcha granadera del tiempo de Federico el Grande, con estruendosos alaridos de trompetería, y poco a poco la gente iba poblando el paseo.
Estruendosos fueron los vítores y aclamaciones, así en los desfilantes como en la muchedumbre que los contemplaba.
Y sobre tantas molestias, el rico labrador pronunciaba frases incoherentes, cortadas por estruendosos regüeldos, cantaba el himno de Riego y la Marcha fusilera, dejando oír entre estas músicas alguna vaga modulación de alarido patriótico, como ecos lejanos de un tumulto callejero.
Hartos de tomar tazas de té, los junteros se obsequiaban recíprocamente con estruendosos eructos, o descabezaban un sueño sobre las blandas alfombras y mullidos cojines.
Entonces comenzó el ojeo de la policía, y con los estruendosos alardes de costumbre, se secuestraron simultáneamente los ejemplares que quedaban en la redacción y los que se arrebataron de las manos de los repartidores.
Al oír prorrumpir al pueblo dominicano en estruendosos vivas a España! mi corazón se dilataba y repetía aquellos vivas que llenaban el aire como el incienso que exhala el fuego sagrado de nuestros templos.
En efecto, al terminar Aida su frase: «numi pietá del mio martir!» el teatro entero, como sacudido por la descarga de una pila, rompió en aplausos estruendosos, prolongados, repetidos.
Y Mutileder, que con razón la adoraba, no la lloró perdida, con femenil amargura, sino que, agitando su garrote y haciendo crujir la honda con chasquidos estruendosos, juró buscar a su amada, librarla del raptor y vengarse de éste descalabrándole de una buena pedrada o moliéndole a palos.
Estos triunfos y otros mil, que pasaban refulgentes, arrebatadores, estruendosos, ricos en color, llenos de armonía y de belleza, por la mente entusiasta, se tocaban con la mano, tomaban cuerpo, se iban a realizar, una vez dueño el doctor Faustino de los cinco o seis mil duros de renta de doña Costanza de Bobadilla.
y al unísono gritan los silbatos y por los aires, en vuelo inquietante de bocinas , surcan exclamaciones de alegría, murmurios estruendosos que se pierden entre la algarabía de claxonazos, silbatos, silbidos y matracas:.
Somos como el rayo que potente estalla estruendosos.
Y sobre tantas molestias, el rico labrador pronunciaba frases incoherentes, cortadas por estruendosos regüeldos, cantaba el himno de Riego y la Marcha fusilera, dejando oír entre estas músicas alguna vaga modulación de alarido patriótico, como ecos lejanos de un tumulto callejero.
Estruendosos gritos de rabia, lamentos y rugidos, vociferaciones de combatientes encarnizados, chis chas de armas locamente esgrimidas y sordos retumbos de cañonazos, cargas estrepitosas de caballería, regueros de sangre derramada, batallas, derrotas, fugas y persecuciones, miembros partidos y cráneos destrozados, pechos atravesados en los cuales acaba en borborigmo el impotente anatema de la tiranía vencida al libertador, de océano a océano, un estremecimiento terrible que conmueve llanuras y cerros, y del cruento y doloroso, alumbramiento nace la República Argentina.
Estruendosos vivas.
Los medios de destrucción se aumentan por tal arte, que es de temer que dentro de poco puedan matarse en un minuto millones de hombres, puedan dispararse en un segundo más bombas, balas y metralla que un siglo há se disparaban en treinta ó cuarenta años, y tales y tan estruendosos podrán ser los disparos, que el coste de uno solo baste á mantener durante un año á toda una familia.

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