Ejemplos con estancia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Doce añitos de estancia, pero, no se asuste usted.
Dormía yo también en la finca, pero elegí una estancia holgada y desnuda, como celda, de luz permanente y plateada, mirando al Norte, al extremo de la casona, y más allá de los dormitorios de la servidumbre, por evitar maledicencias.
Esta nueva industria le permitió ensanchar un tanto sus negocios principales, con tan buena mano, que al concluir los dos años de su estancia en la villa, se encontró con un capitalito de más de seis mil duros, libre y desempeñado.
Mi padre, de su estancia en Compostela, estaba acostumbrado a moverse en un ambiente de ilustración, como decía él, o sea entre estudiantes.
Y si esos señores se quejan por una hora de estancia en esta nevera, bien comidos y mejor bebidos, figúrese usted qué será de nosotros.
Los contemporáneos envidiosos le llamaban el mono de Palestrina , tomando todas sus obras por imitaciones, después de su larga estancia en Roma, pero crea usted que en vez de plagiar al italiano tal vez lo superó.
Ayer mismo, en Madrid, me dijeron que iría de nuevo a la cárcel si prolongaba allí mi estancia, y por la tarde tomé el tren.
Pero ya se entiende que los jornaleros, el mulero, los caseros, los viñadores, los pisadores, los del molino y la demás gente que se empleaba en las faenas agrícolas, iban y venían y hacía estancia en la casa de campo, donde había anchura sobrada, y alambique, lagar, alfarje y prensas para la aceituna y la uva.
Sonreía la enferma, sonreía tía Pepilla, y yo me paseaba por la estancia, afectando la gallarda apostura de un jinete admirable.
Abracé a la enferma, le dí un beso en la frente, y salí de la estancia.
Entraba por la ventana un torrente de luz, y la estancia, casi obscura, se iluminó con melancólica claridad lunar.
Todo se realizó tal como lo dispuso doña Manuela, y ésta, a los pocos días, recordaba como un sueño la estancia de seis años en la tienda del Mercado, y se consideraba feliz pudiendo pasear en berlina por la Alameda y teniendo un lacayo a sus órdenes para enviar recaditos a las nuevas amigas, esposas de magistrados y militares, señoras a las cuales, por ser rica, trataba con aire protector.
Izquierdo les ofreció las dos sillas que en la estancia había, y él se sentó sobre un baúl, poniendo al sobre sus rodillas.
Segismundo fue el primero que penetró en la estancia, sin miedo alguno, y vio a Maxi en un rincón, hecho un ovillo, con más apariencias de imbecilidad que de furia, demudado el rostro y las ropas en desorden.
Toda la estancia se llenó de una negrura triste y severa.
Así lo hizo aquel día, y apenas recorrió el corto pasillo que a la estancia principal conducía, encarose con Aurora que en aquel momento iba desde el centro, donde estaba la mesa, hacia una de las ventanas, llevando telas en la mano.
Y se puso a trabajar en las operaciones aritméticas con tanta serenidad, y un temple tan equilibrado, que doña Lupe salió de la estancia haciéndose cruces y diciendo que si lo que acababa de oír se lo hubieran contado los cuatro Evangelistas, no les habría dado crédito.
Otras veces les tiraba la pelota a lo largo de la enorme estancia, o ataba al hilo un pedazo de trapo, recogiéndolo como recoge el pescador su aparejo, para verlos correr tras él.
De su conversación insustancial cogió al vuelo Jacinta algunas cláusulas, cuando la pareja, en aquel ir y venir de su estancia a otra, pasaba junto a ella.
En inglés le dijo Moreno que echase agua en uno de los búcaros que en la estancia había, para poner los nardos, y sin soltar estos de la mano se dejó caer en el sofá.
Este fenómeno desapareció con el restallido del fósforo y la instantánea presencia de la luz alumbrando la estancia.
Un ratito después, abriose la puerta de la estancia mortuoria, y Fortunata tuvo un estremecimiento nervioso, creyendo al pronto que era la propia Mauricia que aparecía Pero no, era Guillermina.
Mauricia atravesó la estancia sin hacer ruido, como sombra, y se fue.
Pero lo que mayormente excitó la curiosidad de ambas señoras fue un gran tablero que en el centro de la estancia había, cogiéndola casi toda, una mesa armada sobre bancos como la que usan los papelistas, y encima de ella grandes paquetes o manos de pliegos de papel fino de escribir.
El gabinetito de Jacinta, inmediato a esta pieza, era la estancia más bonita y elegante de la casa y la única tapizada con tela, todas las demás lo estaban con colgadura de papel, de un arte dudoso, dominando los grises y tórtola con oro.
Tras el ingeniero entró en la estancia una criada.
Si al cabo de seis años de causa, alguno va a presidio, a lo mejor se escapa, o le indultan y vuelve a la Estancia de los Caballeros.
Éste se levantó en el momento en que la señora hablaba con su sobrino de asuntos de familia y dió algunos pasos por la estancia.
Huyendo del bullicio, dió con su cuerpo en una estancia destinada a tertulia, en la cual a la sazón no había alma viviente, y con indolencia se sentó junto a la ventana de ella, mirando a la calle.
Miró al canónigo que se había quitado las gafas de oro para limpiarlas, y luego clavó sucesivamente la vista en los demás que ocupaban la estancia, incluso Caballuco que, entrando poco antes, se sentara en el borde de una silla.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba