Ejemplos con estampas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Muchas de las estampas fueron esbozadas por Goering en excursiones al Cerro El Ávila y a los alrededores de Caracas entre sus obras destacan Vista de Caracas desde el valle.
Recuerdan a la obra de Daumier y las estampas japonesas.
El fondo es una mancha uniforme de color amarillo, lo que recuerda la técnica de la mancha de color puro y opaco de las estampas.
A ello añade el estudio de estampas que circulaban por España, sobre todo alemanas, como las de Martin Schongauer.
Eran piezas de techo más bajo, tenían encima un segundo piso, ocupado en otros tiempos por el abuelo de Febrer, habitaciones relativamente modernas, con muebles viejos de estilo Imperio y en las paredes estampas iluminadas del período romántico representando las desventuras de Átala, los amores de Matilde y las hazañas de Hernán Cortés.
Y mostraba a su capitán las estampas y tarjetas postales clavadas en las paredes de la cocina.
Esto representa algo, ¿no te parece, gabacho? Esto vale más que todas las estampas con lunas, lagos, amantes y otras macanas que mi romántica pone en las paredes para que críen polvo.
Las estampas habrían sido pegadas como adorno, sin fijarse en los personajes, o tal vez serían recuerdos de algún antiguo soldado, cándido y entusiasta, que creería haber servido a las órdenes de caudillos inmortales.
El campanero, el manchador, el zapatero y el subían por la noche a las habitaciones de la torre sin llamar al maestro, y allí exhalaban su odio contra lo existente, frente a las estampas olvidadas, amarillentas y rugosas que reproducían los episodios sin gloria de la guerra carlista.
Los que quieran conocer su rostro, miren el de Rossini, ya viejo, como nos le han transmitido las estampas y fotografías del gran músico, y pueden decir que tienen delante el divino Estupiñá.
Cierto día armó un escándalo porque no habían limpiado ¿qué creeréis?, las cabezas doradas de los clavos que sostenían las estampas de la sala.
Desembarazó la cómoda de los cachivaches que la obstruían y puso encima, de pie, las estampas.
Quitó la almohada, quedándose con las rótulas apoyadas en el santo suelo, alzó los ojos, buscando a Dios más allá de las estampas y de las vigas del techo, y abriendo los brazos en cruz, comenzó a orar fervorosamente en tal postura.
Tampoco temia enseñar los brazos hasta el hombro: ¡habia en ella algo de la noble franqueza de las estatuas! ¡Sin duda alguna, tenía mucho de divinidad! ¡en las estampas de la y de la habia visto el jóven figuras semejantes!.

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