Ejemplos con estafeta

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Merecen destacarse por su interés literario los periódicos El Español, Fantasía y La Estafeta literaria, que él controlaba.
Después de ser corresponsal y trabajar como agregado cultural en la embajada de Londres, retornó a Madrid, donde comenzó a trabajar en La Estafeta Literaria.
Durante los años de la república, Miranda se dotó de un Centro de Higiene Rural, un Instituto Técnico de Segunda Enseñanza, la Plaza de Abastos, una estafeta de correos, una juzgado de Primera Instancia, etc.
Colabora en catálogos para exposiciones plásticas y revistas culturales del interior y de afuera del país tales como la La Estafeta del Viento de Casa de América, Madrid y Hablar de Poesía , Buenos Aires.
Fue crítico literario en La Estafeta Literaria, dirigida por Luis Rosales, colaborador de El Correo Catalán y en las revistas El Ciervo e Historia y Vida, y columnista esporádico de La Vanguardia.
Sus tareas eran las de un estafeta, es decir, un informante.
Allí fundó la revista literaria Tabarca, dirigió una emisora local y fue corresponsal de La Estafeta Literaria.
Otras instituciones del lugar son el cementerio, la estafeta postal, el destacamento policial, el club deportivo y la escuela de nivel primario.
Bajo la protección de los absolutistas moderados de López Ballesteros, pudo organizar y dirigir la Gaceta de Bayona y La Estafeta de San Sebastián, periódicos destinados a defender los intereses de dicho grupo de presión frente al de Francisco Tadeo Calomarde, inspirador de las soflamas absolutistas de Mariano Carnerero en La Quotidienne.
Entregó su carta y un paquete voluminoso a un soldado para que los llevase al pueblo, donde estaba la estafeta del batallón.
Yo entendí que estos señores diplomáticos venían de Francia, y me dijeron que traían la estafeta de Viena y Berlín.
-Pues vuelvo -dijo Casallena,- y pregunto lo mismo que preguntó éste: ¿qué hay en la Estafeta local de El Océano de hoy que demuestre lo que ustedes afirman, para mi perdición?.
-Nada que tenga que ver con usted, la verdad sea dicha -contestó Salomé,- pero con Casallena, ¡uf! Toda la Estafeta local, de punta a cabo.
» Así fue que, cuando Salomé, que había madrugado más que sus hermanas, leyó en El Océano de aquel día la primera parte de su Estafeta local, se sonrió con el más soberano desdén y corrió, con el periódico en la mano, al dormitorio de sus hermanas, que también lo era suyo, y aquí es de justicia advertir que ni para esa tan importante función de la vida podían estar separadas las de Sotillo.
Aquel día rebasó de los límites de lo empalagoso La estafeta local de El Océano.
A las dos, y cuando se dirigía a casa del señor Deschamps, notario, recibió por fin por la estafeta un billete que sin duda era de Valentina, aunque nunca había visto su letra.
En las aldeas y villas de corto vecindario suelen serio la taberna, la estafeta o la botica.
A los quince días de echada esta carta en la estafeta del lugar, recibió el solariego esta otra en rico papel con cantos dorados:.
Pero en estos esfuerzos se corría el peligro de que Águeda se alarmase demasiado y de que llegara la alarma hasta Treshigares, y por eso, mientras vigilaba la estafeta con la habilidad con que él sabía hacerlo, no abandonaba un punto sus meditaciones sobre un proyecto que estaba decidido a realizar en un caso extremo.
-¡Pero si yo mismo llevé a la estafeta la carta en que usté se lo contaba!.

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