Ejemplos con espiaban

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Bart se comienza a volver paranoico, y piensa que las Ligas Mayores de Baseball lo espiaban a través de un satélite.
diciéndole que siempre sera su hermano y nunca más lo utikizarian aunque toddo era mentira,Rolo cree eso y se apresura a traicionar a su comando para luego darle información acerca de la infiltración de algunas personas que le espiaban que luego serian sus esclavos.
Nos espiaban con ojos severos, nos seguían, apartándonos con invisible zarpazo al menor intento de desviación en la ruta.
Los vigías, de pie junto a estas aberturas, espiaban el campo solitario, como los marinos de cuarto exploran el mar desde el puente.
Los ojos de su marido, que la espiaban, se turbaron.
En su casa, a solas con Antonieta, presentía la existencia de invisibles fantasmas que le espiaban, que tomaban nota de sus acciones, que a cada arranque de pasión parecían interponerse entre su mujer y él.
Aunque de suyo confiado, creía notar el capellán que le espiaban.
En eso andábamos, viéndonos de paso con mucha dificultad, porque siempre nos espiaban los padres y el juez, que era viudo y medio viejo, que quería casarse con la Petrona, Y cuya hija menor tenía tratos con Antonio, de quien era muy enemigo, siempre lo amenazaba con que lo había de hacer veterano.
Ligeras ardillas los espiaban desde lo alto de las hayas a su paso, unos conejos corrían como exhalaciones a través de los matorrales o sobre los collados herbosos, levantando su rabo blanco.
Por las noches espiaban la coyuntura de.
Caminaba ceñudo, investigando con furor lento las ideas que se incubarían bajo esas frentes estrechas, mirando descaradamente las lívidas caras de los comerciantes, que desde el cuévano de los ojos espiaban con una chispa de ferocidad los compradores que se movían en los negocios fronteros, y Erdosain sentía a momentos ímpetus de insultarlos, antojo de tratarlos de cornudos, de ladrones y de hijos de mala madre, diciéndoles que tenían la falsa gordura de los leprosos y que si algunos estaban flacos era de celar los éxitos de sus prójimos.
Las dos ancianas beatas y gruñidoras reñían a cada momento por bagatelas, o sentadas en la sala vetusta con las hijas espiaban tras los visillos, entretejían chismes, y como descendían de un oficial que militara en el ejército de Napoleón I, muchas veces en la penumbra que idealizaba sus semblantes exangües, las escuché soñando en mitos imperialistas, evocando añejos resplandores de nobleza, en tanto que en la solitaria acera el farolero con su pértiga coronada de una llama violeta, encendía el farol verde del gas.
Sólo sus ojos negros e insolentes me espiaban de continuo, revisándome el alma y sopesando mis intenciones.
Sospechaba que acaso le espiaban los mismos Templarios, a quienes era casi imposible se les.
Los curiosos espiaban mi decisión.
Los carniceros del lugar espiaban una pichincha, con cara de muchacho que se va a alzar las achuras de una carneada.
Marchaba deprisa, pero a cada momento se volvía hacia atrás o indagaba con esmero si la seguían o la espiaban.
Porque Ninfidio, luego que volvió Geliano, el que en cierta manera había enviado de explorador de Galba, al oír que había sido designado prefecto del pretorio Cornelio Lacón y que todo el poder y el influjo eran de Vinio, no habiéndosele a él permitido ni arrimarse a Galba, ni hablarle a solas, porque le espiaban y observaban continuamente, entró en gran cuidado, y reuniendo a todos los jefes de las cohortes, les dijo que Galba por si era un anciano de rectitud y bondad, pero que no se gobernaba por su propio juicio, sino que, haciéndose todo a gusto de Vinio y de Lacón, los negocios iban mal, por tanto, que, para no dar lugar a que éstos adquiriesen en ellos el gran valimiento que tuvo Tigelino, convenía enviar mensajeros al emperador de parte del ejército, para que le advirtiesen que, apartando de su lado a solos aquellos dos, sería de todos recibido con más gusto y con mayores aplausos.

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