Ejemplos con escollos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La obra original era una historia de pasiones impregnada romanticismo en la cual los guionistas encontraron diversos escollos para trasvasarla al cine.
Las políticas de disenso son una traba que no estimulan el desarrollo de políticas de mediano y largo plazo, sino que apuntan a sobrepasar escollos de corto plazo, como si el futuro no fuera de interés político.
Si bien la zona es rocosa no existen restingas ni escollos que puedan suponer un peligro para el fondeo de embarcaciones.
En esta recortada costa se encuentran algunos islotes y diversos escollos y arrecifes, destacando los de Vells Marins Baixos y Punta des Barracar.
La isla de los Reyes, que tendrá de largo una legua, está al este-sueste de la boca del puerto, y así esta como todas las otras islas, escollos, c.
A las tres de la tarde, reconocieren que el agua habia bajado seis brazas, y que estaban expuestos a quedarse en seco, por estar la marea en su mayor fuerza, y a su lado se iban descubriendo bancos de arena y escollos por tanto al punto se levaron para ponerse en franquía, mas apenas habian largado el trinquete y velacho, cuando descubrieron un banco que les cerraba totalmente la salida.
El escollo que sale mas al mar, se parece al casco de un navio, y dista de tierra cinco leguas: en la misma latitud, a legua y media de la tierra, se ven otros cuatro o cinco escollos que salen como una restinga de piedras, y todos velan sobre el agua.
Las láminas de agua mansa, tersas como cristales entre los escollos y la costa, empezaron a temblar con las ondulaciones excéntricas de las gotas de lluvia.
El molusco era nuestro abuelo venerable, el jefe de la casa, el creador de la dinastía, el antecesor, cargado con una nobleza de millones de siglos Estas ideas resucitaban ahora en Febrer, con la frescura de verdades indiscutibles, al contemplar los seres inmóviles y rudimentarios encerrados en su caparazón, agarrados a las rocas, debajo de sus pies, en las profundidades del verde cristal tembloroso entre los escollos.
Al resplandor de esta luz de tempestad, Jaime contempló a sus pies el vaivén de las aguas lanzando sus chorros rugientes en las oquedades de la roca, bramando y retorciéndose con espumarajos de cólera en las tortuosas callejuelas de los escollos.
Febrer fue a sentarse en el borde de un gran peñasco avanzado, de un fragmento de roca desprendida de la costa que se inclinaba peligrosamente sobre los escollos.
Ya podía el mar embravecerse entre las cadenas de islotes y escollos que van de Ibiza a Formentera.
La muralla natural se inclinaba años y años sobre las olas que batían incesantemente su base, hasta que, perdido el centro de gravedad, una noche de tormenta derrumbábase como la cortina de una ciudadela sitiada, deshaciéndose en bloques, poblando el mar de nuevos escollos, prontamente cubiertos de viscosas vegetaciones, en cuyos enmarañamientos hervían las espumas y chisporroteaban las escamas de los peces.
La bruma hizo aún más dificultoso el tránsito entre los escollos que obstruyen este puerto.
Indicaba los escollos ocultos en el fondo.
Llevó el vapor por fondos escasos, viéndose los escollos tan cerca de la superficie, que parecía un milagro que el buque no chocase en ellos.
Respiró al entrar por uno de los tres pasos del semicírculo de escollos que cierra la rada de Brest.
Los abismos rugían, los peñascos ladraban, los escollos eran sirenas cantoras que iban atrayendo con su música a las naves para despedazarlas.
Más al Oeste, aislada y solitaria en un mar limpio de escollos, está Ustica, una isla volcánica y abrupta que colonizaron los fenicios y sirvió de refugio a los piratas sarracenos.
Y el buque viraba, huyendo de este pasadizo acuático lleno de escollos.
Era un buque humano que había cortado con la quilla de su pecho las espumas arremolinadas en los escollos y las aguas pacíficas, en cuyo fondo chisporrotean los peces entre ramas nacaradas y estrellas movedizas como flores.
Graves obstáculos, escollos peligrosos se oponían a la realización de la empresa.
Señaló todos los males que podrían la tierra de sus amores, los escollos con que se había de tropezar y la manera de vencerlos.
Su estupor horrendo duró sólo un minuto Sabía él nadar y lo sacaría, sí, lo sacaría, aunque tuviera que bajar a lo profundo, aunque tuviera que hacerse trizas la cabeza contra los escollos del fondo, y luchar allí a brazo partido con el terror y la muerte Y se arrancaba las ropas, y las tiraba a su paso, y trepaba por las peñas lanzando gritos, dejando en ellas, sin sentirlo, pedazos de la piel de sus piernas desnudas, de su pecho jadeante y comprimido por la espantosa presión del horror.
Jacobo hablaba bien, y era la más mimada de todas sus vanidades la vanidad de su elocuencia, mas no osó, sin embargo, confiar su discurso a la memoria, y limitóse a leerlo, temeroso de pasar por alto alguno de los habilidosos rodeos con que procuraba sortear los grandes escollos que por todas partes le cerraban el paso.
Solía entonces pasar horas enteras en la Nursery jugando con sus hijos: comíaselos a besos, llamábales sus , hacíales traer costosos juguetes y golosinas de todos géneros, y complaciéndose en poner en ridículo a Miss Buteffull y en decir pestes de los padres del colegio, destruía en media hora todo lo bueno que, a costa de mil trabajos, habían sembrado y podían sembrar en adelante estos y aquella en los tiernos corazones de ambos niños, porque uno de los grandes escollos en que tropiezan los esfuerzos de las personas dedicadas a la educación, consiste en la imprudente y culpable ligereza con que se complacen muchos padres en presentar ante sus hijos a preceptores y maestros, no como amigos íntimos encargados de guiar sus pasos, ni como seres benéficos que les dispensan el favor insigne de formar sus corazones y alumbrar sus entendimientos, sino como tiranos que les oprimen y mortifican, como carceleros cuya vigilancia hay que burlar con ardides y tretas más o menos inocentes.
Ella economizaba, privándose de todo para sostener la apariencia de la casa, hasta que las niñas encontrasen un buen partido , pero a veces se tropieza con escollos insuperables y no sabe una cómo salir a flote.
Así como avanzaba la mañana aumentaba el hormigueo en torno de las rocas, que, vistas de lejos, destacábanse como escollos sobre el oleaje de cabezas.
Estas razones no convencían a Barbarita, que seguía con toda el alma fija en los peligros y escollos de la Babilonia parisiense, porque había oído contar horrores de lo que allí pasaba.

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