Ejemplos con escogido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El lugar escogido era propicio por ser bastante céntrico, muy próximo a la antigua Casa de la Ciudad y a la Catedral, sedes del poder temporal y espiritual, respectivamente.
Ellos han escogido la salud espiritual en lugar de la conveniencia, y el viajero queda sorprendido e intrigado por esta idea.
El personaje de Hannibal Lecter sería escogido como el punto de venta exclusivo de Hannibal, una decisión del Departamento de Marketing del estudio, por ser una cosa fácil y tremendamente provechoso Esto fue el factor clave para hacer al público ir a ver el filme.
Influido por un sacerdote católico en Quebec, Riel creía cada vez más que él era el líder divinamente escogido de los Métis.
Esos años, sufrió crisis de enfermedades mentales, en especial alucinaciones que le dictaban que él era el líder y profeta de su pueblo, divinamente escogido.
Su padre, colérico por la escena de la noche anterior, le había escogido como víctima, para desahogar su enfado.
Adviértase que he escogido de intento el testimonio de uno de los románticos más intransigentes, para que se vea cómo no existe y debe tenerse por un fantasma, creado por las necesidades de la polémica, ese idealismo enemigo de la verdad humana, del cual triunfan tan fácilmente los críticos naturalistas, como triunfaba el ingenioso hidalgo de los cueros que encontró en la venta.
La ignoran, en lo que ella tiene de desinteresado y de escogido, la ignoran, a despecho de la munificencia con que la fortuna individual suele emplearse en estimular la formación de un delicado sentido de belleza, a despecho de la esplendidez de los museos y las exposiciones con que se ufanan sus ciudades, a despecho de las montañas de mármol y de bronce que han esculpido para las estatuas de sus plazas públicas.
No quiso encontrarse más con aquellos hombres, y huyó de su propio dormitorio, refugiándose en el último piso, en un cuarto de doméstico, cerca del que había escogido la familia del conserje.
Dios se ve movilizado en estos momentos, lo mismo que Otto, Fritz y Franz, para que castigue a los enemigos del pueblo escogido.
El doctor hallaba natural que fuese San José el escogido para esta glorificación, el santo resignado y sin voluntad, con la pureza gris de la impotencia, hermoso molde escogido por aquellos educadores para formar la sociedad del porvenir.
Él había escogido como refugio aquella ruina, y debía callar, ser prudente, para que no le echasen en cara su ingratitud.
Ninguna religión ha sido tan cautelosa como ésta, ninguna se ha emboscado mejor para salir al encuentro del hombre, ninguna ha escogido con tanto acierto, en los momentos de dominación, las posiciones para hacerse fuerte cuando llegase la decadencia.
Este fue el momento escogido por Currita para lanzarse del coche y correr tras de Jacobo, temerosa de que la puerta de la casa estuviese por el otro lado y se le escapara dentro.
El libro escogido fué LA BARRACA, é interesado por su lectura, el señor Hérelle casi perdió su tren.
Sí Parece que Biarritz es el teatro escogido para las negociaciones diplomáticas.
El lenguaje de Segunda no desmerecía del de su hermano por la finura ni por lo escogido de las voces, lo que desagradaba extraordinariamente a Ido.
En fin, en ménos de quince dias, con mi buen ingenio y con la diligencia que puso el que habia escogido por patron, supe saltar por el rey de Francia, y no saltar por la mala tabernera: enseñóme a hacer corvetas como caballo napolitano, y andar a la redonda como mula de tahona, con otras cosas, que si yo no tuviera cuenta en no adelantarme a mostrarlas, pusiera en duda si era algun demonio en figura de perro el que las hacia: púsome nombre del perro sabio, y no habíamos llegado al alojamiento, cuando tocando su atambor, andaba por todo el lugar, pregonando que todas las personas que quisiesen venir a ver las maravillosas gracias y habilidades del perro sabio, en tal casa, o en tal hospital las mostraban a ocho o a cuatro maravedís, segun era el pueblo grande o chico.
—Yo quiero, Rodolfo hijo, darte una gustosa cena con mostrarte a tu esposa, este es su verdadero retrato, pero quiérote advertir que lo que le falta de belleza le sobra de virtud: es noble y discreta, y medianamente rica, y pues tu padre y yo te la hemos escogido, asegúrote que es la que te conviene.
Cuatro dias faltaban para llegarse aquel en el cual los padres de Ricaredo querian que su hijo inclinase el cuello al yugo santo del matrimonio, teniéndose por prudentes y dichosísimos de haber escogido a su prisionera por su hija, teniendo en mas la dote de sus virtudes que la mucha riqueza que con la escocesa se les ofrecia: las galas estaban ya a punto, los parientes y los amigos convidados, y no faltaba otra cosa sino hacer a la reina sabedora de aquel concierto, porque sin su voluntad y consentimiento entre los de ilustre sangre no se efectúa casamiento alguno, pero no dudaron de la licencia, y así se detuvieron en pedirla.
Juan con lijereza de ánimo me descubrió quién era: primero le conocí yo, y primero me descubrieron sus ojos sus intentos: primero le dije yo quién era, y primero le adiviné la prision de su voluntad que tú señalas, y él dándome el crédito que era razon que me diese, fió de mi secreto el suyo, y él es buen testigo si alabé su determinacion y escogido empleo, que no soy, o Preciosa, de tan corto ingenio que no alcance hasta dónde se estienden las fuerzas de la hermosura, y la tuya, por pasar de los límites de los mayores estremos de belleza, es disculpa bastante de mayores yerros, si es que deben llamarse yerros los que se hacen con tan forzosas causas: agradézcote, señora, lo que en mi crédito dijiste, y yo pienso pagártelo en desear que estos enredos amorosos salgan a fines felices, y que tú goces de tu Andres, y Andres de su Preciosa en conformidad y gusto de sus padres, porque de tan hermosa junta veamos en el mundo los mas bellos renuevos que pueda formar la bien intencionada naturaleza: esto desearé yo, Preciosa, y esto le diré siempre a tu Andres, y no cosa alguna que le divierta de sus bien colocados pensamientos.
Mas ella le respondió, con mucho donaire y desenvoltura: Vuestra merced, señor mío, está muy engañado, y piensa muy a lo antiguo si piensa que yo he escogido mal en fulano, por idiota que le parece, pues, para lo que yo le quiero, tanta filosofía sabe, y más, que Aristóteles.
Y una de las cosas en que más este caballero mostró su prudencia, valor, valentía, sufrimiento, firmeza y amor, fue cuando se retiró, desdeñado de la señora Oriana, a hacer penitencia en la Peña Pobre, mudado su nombre en el de Beltenebros, nombre, por cierto, significativo y proprio para la vida que él de su voluntad había escogido.
Tengo noticia que gobierna como un girifalte, de lo que yo estoy muy contenta, y el duque mi señor, por el consiguiente, por lo que doy muchas gracias al cielo de no haberme engañado en haberle escogido para el tal gobierno, porque quiero que sepa la señora Teresa que con dificultad se halla un buen gobernador en el mundo, y tal me haga a mí Dios como Sancho gobierna.
Señor, ¡qué tonto hubiera andado yo si hubiera escogido en albricias los despojos de la primera aventura que vuestra merced acabara, antes que las crías de las tres yeguas! En efecto, en efecto, más vale pájaro en mano que buitre volando.
Abalánzase al señuelo mi fe, que nunca ha podido, ni menguar por no llamado, ni crecer por escogido.
Viéndose, pues, don Quijote libre y desembarazado de tantas pendencias, así de su escudero como suyas, le pareció que sería bien seguir su comenzado viaje y dar fin a aquella grande aventura para que había sido llamado y escogido, y así, con resoluta determinación se fue a poner de hinojos ante Dorotea, la cual no le consintió que hablase palabra hasta que se levantase, y él, por obedecella, se puso en pie y le dijo:.
Otro día llegaron al lugar donde Sancho había dejado puestas las señales de las ramas para acertar el lugar donde había dejado a su señor, y, en reconociéndole, les dijo como aquélla era la entrada, y que bien se podían vestir, si era que aquello hacía al caso para la libertad de su señor, porque ellos le habían dicho antes que el ir de aquella suerte y vestirse de aquel modo era toda la importancia para sacar a su amo de aquella mala vida que había escogido, y que le encargaban mucho que no dijese a su amo quien ellos eran, ni que los conocía, y que si le preguntase, como se lo había de preguntar, si dio la carta a Dulcinea, dijese que sí, y que, por no saber leer, le había respondido de palabra, diciéndole que le mandaba, so pena de la su desgracia, que luego al momento se viniese a ver con ella, que era cosa que le importaba mucho, porque con esto y con lo que ellos pensaban decirle tenían por cosa cierta reducirle a mejor vida, y hacer con él que luego se pusiese en camino para ir a ser emperador o monarca, que en lo de ser arzobispo no había de qué temer.
En efeto, el barbero vino en todo aquello que el cura quiso, y, trocando la invención, el cura le fue informando el modo que había de tener y las palabras que había de decir a don Quijote para moverle y forzarle a que con él se viniese, y dejase la querencia del lugar que había escogido para su vana penitencia.

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