Ejemplos con esclavo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Lloraba con la rabia del débil enfurecido, capaz de las mayores venganzas, pero que se siente al mismo tiempo esclavo de su impotencia.
Anselmo es, lo mismo que yo, esclavo del bien calzar.
Es verdad, siervo, esclavo, en tanto no se me ordene algo contra mi conciencia.
Sobre Espadero habló, el de El Canto del Esclavo , el que aprisionó en sus notas, como en red de cristal fino, los espíritus dolientes, que velan y demandan desde el éter fulguroso y trémulo del cielo americano , sobre Heredia, nuestro gran Heredia: y donde al hablar de ese divino poeta, tuvo un arranque de patriótico ardimiento en que exclamó: Si entre los cubanos vivos no hay tropa bastante para el honor ¿qué hacen en la playa los caracoles que no llaman a guerra a los indios muertos? ¿Qué hacen las palmas que gimen estériles en vez de mandar? ¿Qué hacen los montes que no se juntan faldas contra faldas, y cierran el paso a los que persiguen, a los héroes?.
Había en aquel carácter una extraña y violenta necesidad del martirio, y si por la superioridad de su alma le era difícil hallar compañeros que se la estimaran y animasen, él, necesitado de darse, que en su bien propio para nada se quería, y se veía a sí mismo como una propiedad de los demás que guardaba él en depósito, se daba como un esclavo a cuantos parecían amarle y entender su delicadeza o desear su bien.
Su miseria le hacía un esclavo de don Antolín.
El Padre desde entonces cuidaba de su cuerpo como cuida el esclavo de una prenda, de una máquina que su señor le confía, a fin de que sirviéndose de ella haga que la hacienda prospere.
Le echó una mirada dulce y penetrante, el mismo mirar con que le había hecho su esclavo.
¿Cuándo se convencerán estos señoritos de que un casero no es un esclavo? Así andan las cosas de España: mucho de revolución, de libertad, de derechos individuales.
Dice Pedroexplicó la señoritaque estuvo ahí la cadena con que tenían sujeto sus abuelos a un negro esclavo.
Avino pues que un dia la señora Halima vió a su esclavo Mario, y tan visto y tan mirado fué, que se le quedó grabado en el corazon y fijo en la memoria: y quizá poco contenta de los abrazos flojos de su anciano marido, con facilidad dió lugar a un mal deseo, y con la misma dió cuenta dél a Leonisa, a quien ya queria mucho por su agradable condicion y proceder discreto, y tratábala con mucho respeto, por ser prenda del Gran Señor: díjole cómo el cadí habia traido a casa un cautivo cristiano de tan gentil donaire y parecer, que a sus ojos no habia visto mas lindo hombre en toda su vida, y que decian que era chilibí, que quiere decir caballero, y de la misma tierra de Mahamut su renegado, y que no sabia cómo darle a entender su voluntad, sin que el cristiano la tuviese en poco por habérsela declarado: preguntóle Leonisa cómo se llamaba el cautivo, y díjole Halima que se llamaba Mario, a lo cual replicó Leonisa:.
Estaba Halima cerrada en su aposento, rogando a Mahoma trujese Leonisa buen despacho de lo que le habia encomendado: el cadí estaba en la mezquita recompensando con los suyos los deseos de su mujer, teniéndolos solícitos y colgados de la respuesta que esperaba oir de su esclavo, a quien habia dejado encargado hablase a Leonisa, pues para poderlo hacer le daria comodidad Mahamut, aunque Halima estuviese en casa.

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