Ejemplos con escóndete

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡escóndete! A pesar de que la Sra.
Es un largo pasillo, la primera puerta que vemos esta cerrada, seguimos avanzando y vemos otra puerta, es un cuarto de estudio, aquí encontramos lavanda, un cajón cerrado y alguna información acerca de azoth, salimos y seguimos por el pasillo hasta ver un video, es nuestro primer encuentro con Debilitas y el cree que somos su muñeca nueva, así que corre hasta tu alcoba y escóndete bajo la cama.
¡Escóndete! Y Esteban se metía debajo de una mesa o se ocultaba en el cuartucho de las provisiones, mientras el cocinero salía al encuentro del recién llegado con una cara seráfica.
Y el sargento, mirándole con ojos benignos, y cumpliendo su deber como esclavo circunstancial de la ordenanza, decía para su capote: Te veo, Chaves, no quiero matarte, huye, escóndete.
Mil veces le había dicho: Si me dejas por otro hombre, ponte en salvo, Teresa, escóndete, vete lejos.
pobre ratón ! Escóndete, vete a la calle.
Felíu viene: escóndete por ahí cerca.
Escóndete, hermana, tras esse paramento e verás quál te lo paro lleno de viento de lisonjas, que piense, quando se parta de mí, que es él e otro no.
Lárgate pronto de aquí y escóndete donde puedas.
escóndete donde nadie te vea».
pobre ratón Yahia! Escóndete, vete a la calle».
Mil veces le había dicho: «Si me dejas por otro hombre, ponte en salvo, Teresa, escóndete, vete lejos.
Y el sargento, mirándole con ojos benignos, y cumpliendo su deber como esclavo circunstancial de la ordenanza, decía para su capote: «Te veo, Chaves, no quiero matarte, huye, escóndete.
Felíu viene: escóndete por ahí cerca.
Escóndete, huye.
- Escóndete de nuevo donde estabas.
Escóndete detrás de la puerta, muchacho, y cúbrete con la toalla.
Y el jeique se apresuró a decirme, muy alarmado: ¡Levántate enseguida y escóndete en ese macizo! ¡Y sobre todo, no te muevas! Y yo me apresuré a obedecerle.
en lo profundo escóndete del débil corazón,.
Escóndete detrás de la puerta de tu calabozo, y cuando venga le das con estos dos palos, que pondrás en cruz, y caerá al suelo, la cara en tierra, como muerto.
¡La luna! ¡Ah, luna! Escóndete, no mires en este puesto al más infeliz mortal.

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