Ejemplos con eras

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Y cuidado si los españoles de muchachos gozamos cuando nos es dado trabar amistad con algún asno, burro o pollino de los innumerables que en nuestra tierra hay y que llevan sobre sus lomos tantas cargas y son el consuelo y alivio de los pobres! Borriquitos de España, que con vuestro pasito corto andáis y reandáis nuestros caminos polvorientos y abrasados trayendo el agua de la fuente, llevando la ropa al río, la retama al horno, la comida a los segadores y a los mozos de las eras, cabalgadura sumisa de viejos, niños y mujeres, que aguantas ancas, hambre y malos tratos, sobre la que viajan cantando o durmiendo arrieros, gitanos y campesinos: borriquitos de España, alegres y trágicos, bien merecéis que os paguemos el bien que os debemos y el mal que os hacemos con un poco de amor y de piedad.
Y quedan, allá lejos, por las altas eras, unos agudos gritos, velados finamente, entrecortados, jadeantes, aburridos:.
¿Eres tú filósofo? Creía que tú eras solamente republicano y orador.
El Hospital es como una cárcel, y allí encerrado moríame de pena No me mata este mal tan triste, y matábame el no ver las eras, y los viñedos y los castañares.
Chirriaban carretas en los caminos, bandas de muchachos correteaban por los campos o daban cabriolas en las eras, pensando en las tortas de trigo nuevo, en la vida de abundancia y satisfacción que empezaba en las barracas al llenarse el granero, y hasta los viejos rocines mostraban los ojos alegres, marchando con mayor desembarazo, como fortalecidos por el olor de los montes de paja que, lentamente, como un río de oro, iban a deslizarse por sus pesebres en el curso del año.
En las eras amontonábase la paja formando colillas de oro que reflejaban la luz del sol, aventábase el trigo entre remolinos de polvo, y en los campos desmochados, a lo largo de los rastrojos, saltaban los gorriones buscando los granos perdidos.
¿Qué interés podía guiarme? Te amé y te di mi corazón, me amaste, y al oír de tus labios que me amabas se disiparon las tinieblas de mi vida, se iluminó mi alma con los esplendores de la tuya, y anhelé ser bueno porque tú eras buena, quiso tener resignación como tú, y la tuve, y el que poco antes deseaba morir, amó la vida, y soñó con dichas y felicidades, no esas que tú supones, sino otras verdaderas, humildes un hogar modesto y tranquilo, ni envidiado ni envidioso, del cual tú fueras alegría.
Nada de comedias porque tú eras muy comiquito.
De pronto sus ideas variaron, y sintiendo dolorosa angustia en su alma, como impresión de horrible vacío, pensaba así: ¿Pero a quién me volveré ahora? ¡Dios mío, qué sola estoy! ¡Por qué te me has muerto, amiga de mi alma, Mauricia! Por más que digan, tú eras un ángel en la tierra, y ahora estás divirtiéndote con los del Cielo, ¡y yo aquí tan solita! ¿Por qué te has muerto? Vuélvete acá ¿Qué es de mí? ¿Qué me aconsejas? ¿Qué me dices? ¡Qué ganas siento de llorar! Sola, sin nadie que me diga una palabra de consuelo ¡Oh!, ¡qué amiga me he perdido! Mauricia, no estés más entre las ánimas benditas, y vuelve a vivir Mira que estoy huérfana, y yo y los huerfanitos de tu asilo estamos llorando por ti Los pobres que tú socorrías te llaman.

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