Ejemplos con equipando

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En los últimos años, este tipo de vehículos han experimentado un avance tecnológico muy importante, pudiendo disfrutar de vehículos equiparables a los coches normales en cuanto a confort y fiablidad, equipando motores diesel con unos consumos realmente bajos.
Consistió en llevar el cine a las escuelas más rurales de la V Región, equipando las aulas más adecuadas para la proyección de la película Papelucho.
En el caso de que hubiera sido comprado por alguna fuerza armada, el número de vehículos se vería reducido por su costo, equipando solamente a fuerzas de elite, cuando la misión del IFV es ser usado masivamente para llevar tropas al campo de batalla.
Estuvo por casi dos años aquí, pero como Napoleón estaba panificando y equipando su ejército para invadir Gran Bretaña, la campaña que iba a decidir el destino de Europa y el control del mar recién estaba empezando.
En los últimos años se ha venido equipando al pueblo con modernas instalaciones para la práctica del fútbol entre las que destaca un campo de césped artificial.
Transformaciones especiales se han añadido en esta expansión, estas consisten en una modificación física del personaje, alterando en ocasiones las habilidades del mismo o simplemente para deleitar la pupila equipando accesorios que se logren conseguir.
En las profundidades de Isengard, Saruman el Blanco crea su ejército, con Uruks, Orcos y Dundelinos, basado en la industria y buen armamento, equipando a sus Uruk-Hai con un armamento letal con el único objetivo de matar a todo Rohan.
En teoría cuántica de campos, la definición de observables de lazos de Wilson como operadores en toda regla en el espacio de Fock es un problema matemático delicado y requiere regularización, generalmente equipando cada lazo con un framing.
La compañía de seguros Mapfre utiliza este equipo en España como base para GESCOM PDA un programa de desarrollo propio de emisión de ofertas de seguros y contratación con comunicaciones sobre GSM con sus ordenadores centrales, equipando con ellos a parte de su fuerza de venta.
Antíoco, que fue el que quedó con el mando de las naves, era buen marino, pero necio por lo demás y de ningún provecho, y aunque Alcibíades le dejó prevenido que de ningún modo combatiese, aun cuando le buscasen los enemigos, de tal modo se insolentó y tuvo en poco aquella orden, que equipando su galera y una de otro de capitán, se fue la vuelta de Éfeso, y haciendo y diciendo mil sandeces e insultos, se metió por entre las proas de las naves enemigas.
-Es que se está equipando de misionero, señora -observó el indulgente y jovial Nones sacando su petaca-.
En aquel varón sabio, que escudriña los senos de la Naturaleza, y sabe de los pájaros, las fieras y los peces, y de las plantas, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que crece en la pared, que así contesta a los enigmas de la reina de Sabá como instruye, en los Proverbios, a los ignorantes y los cándidos, en aquel filósofo, que comunica valor universal a su desengaño y hastío, anticipando el acento penetrante de Kempis y la implacable dialéctica de Schopenhauer, en aquel juez, a quien fue dada sabiduría de Dios para discernir lo bueno de lo malo, y resolver intrincadas querellas, en aquel monarca que, mientras el sabio que lleva dentro esquilma el campo del conocimiento teórico, labra, con la soberana energía de la acción, la prosperidad y grandeza de su reino, dilatándolo desde el Eufrates hasta el Egipto, sojuzgando naciones, reedificando ciudades, equipando ejércitos y flotas, habilitando puertos, y manteniendo una dulce paz con que cada cual goce de abundancia y quietud «a la sombra de su parra o a la sombra de su higuera», en aquel hijo de David, que hereda el don poético, para desatarlo en el más ferviente, pomposo y admirable canto de amor que haya resonado en el mundo, y hereda el pensamiento del Templo, para plasmarlo en la madera de los bosques del Líbano, y en la piedra, el bronce y el oro, en aquel sibarita, que amontona riquezas, y vive en casa revestida de cedro, entre cantores y cantoras y músicos, y tiene jardines donde crece toda especie de plantas, y dice de sí: «No negué a mis ojos nada que deseasen ni aparté a mi corazón de ninguna alegría», hay un típico ejemplar de redondeada y cabal capacidad humana, al que nuestro sentido moderno de las cosas del espíritu logra añadir todavía una nota más, un complemento, que la Escritura sólo puede apuntar como flaqueza, y es el dilettantismo religioso, la inquietud politeísta, que le mueve, en sus últimos años, a levantar, junto al Templo que él mismo ha erigido al dios de Israel, los altares de divinidades extrañas, desde Astharot, ídolo de los sidonios, hasta Chamós, abominación de Moab, y Moloch, abominación de los ammonitas, confundiendo en su reverencia, o en su angustia, del misterio, las imágenes de enemigos dioses, como antes había abarcado, en los anhelos de su amor humano, a la princesa del Egipto y a las mujeres de Ammón y de Moab, a las de Idumea, a las de Sidón, y a las hetheas.

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