Ejemplos con entrevista

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Febrer dio por terminada la entrevista, ordenando a Pep y a los suyos que fuesen a su casa.
Señalaba la puerta con ademán arrogante, dando por terminada la entrevista.
Dolíanle como un remordimiento sus audaces palabras, el susto de Margalida, la carrera de terror con que había terminado la entrevista.
Hacía dos días que sólo hablaba en su casa de esta entrevista.
Ya veía claro el muchacho el verdadero motivo de la entrevista de los dos cortejantes que él había sorprendido en el monte.
Su zozobra le hacía temer esta entrevista, y al mismo tiempo la deseaba.
No pudo asistir el joven Telémaco a la entrevista, pero rondó por las inmediaciones de la puerta cerrada, alcanzando a oír algunas palabras en voz más fuerte que se deslizaron por las rendijas.
Sentía la inquietud de toda mujer a la segunda entrevista de amor.
Había presentido algo grave con la llegada del capitán, su larga entrevista a solas con el segundo, y la salida de éste, que pasó silencioso y ceñudo ante la puerta de la cocina.
Y empujando cariñosamente al vagabundo, salieron del claustro por entre los mendigos, que habían seguido con mirada curiosa la entrevista sin poder escuchar una palabra.
Y usted, ¿se atreve a presenciar la entrevista?.
Don Antolín sintióse más animoso después de esta entrevista, aunque juró mentalmente no visitar otra vez al temible prelado.
Recordó aquella familia tranquila de las Claverías entrevista en su último paso por la catedral, y fue en su busca como una última esperanza.
Las niñas de los lacitos le apodaban el de las cadenas , la mamá sentíase inquieta con la presencia de este bárbaro de negra fama, que olía a vino y hablaba accionando con la navaja, y convencida al fin de que nada había de sacar de él, indicábale que se fuese, pero él experimentaba un hondo gozo siendo molesto y procuraba prolongar la entrevista.
La Villasis sabía muy bien a qué atenerse, porque el padre Cifuentes le daba en su carta cuenta detallada de su entrevista con Jacobo.
Para que el lector pueda comprender toda la importancia que tenía para Jacobo aquella entrevista, preciso es ponerle en aquellos antecedentes que el tiempo y la casualidad han suministrado hasta hoy, haciendo alguna luz en las tinieblas que rodean a crímenes todavía impunes y a intrigas no del todo desenredadas.
Su reconciliación con Elvira era, por tanto, la clave del arco que había fabricado, y tratábase de colocarla en aquella entrevista.
Al oscurecer, abandonó Jacobo el balcón para dirigirse a casa de Currita, donde estaba citado con desde la víspera, cierto senador famoso, disgustado recientemente con el Gobierno, había solicitado de Martínez, por medio de la dama, una entrevista, y ella apresuróse a ofrecerles, como terreno neutral, su propia mesa, ambos debían, por lo tanto, comer aquella noche en casa de la Albornoz con este objeto, y Jacobo, el niño mimado del nuevo partido, no podía faltar tampoco en aquella ocasión al lado de su jefe.
Todos reconocían que sus amos habían cambiado al recordar los detalles de su última entrevista con ellos: las amenazas de desahucio, la negativa a aceptar la paga incompleta, la expresión irónica con que les habían hablado de las tierras del tío , otra vez cultivadas a pesar del odio de toda la huerta.
Los rifeños le habían parecido muy feos en aquella corta entrevista, y tan mal educados, que imposible se hacía a toda persona decente tener trato alguno con ellos.
Llegadas a ese punto las explicaciones, y yendo por camino tan llano, todo quedó tácitamente concertado en aquella entrevista, que duró poquísimo.
Diole ella la palabra que con tanta necesidad le pedía el joven, y así concluyó la entrevista.
Pocas veces en su vida, ni aun en los mejores días de Jáuregui, se dio doña Lupe tanto pisto como en aquella entrevista, pues siendo el tan poco fuerte en artes sociales y hallándose tan cohibida por su situación y su mala fama, la otra se despachó a su gusto y se empingorotó hasta un extremo increíble.
De acuerdo estaban en lo principal, discrepando sólo en el procedimiento más adecuado, pues ella opinaba por una carta y él por una entrevista de despedida.
Evaristo visitó a su dama después de esta entrevista, abrazola gozoso, y le dijo: Albricias vamos bien, vamos bien.
Desde la entrevista con su marido, Fortunata se puso tan inquieta, que Segunda tuvo que enfadarse para impedir que se levantara, pues quería hacerlo a todo trance.
La última tertuliana que se quedaba, la que secreteaba más tiempo y más íntimamente con Sabel, era la vieja de las greñas de estopa, entrevista por Julián la noche de su llegada a los Pazos.
La Librada, mientras duró la entrevista, que no presenció, estuvo de centinela en la galería para avisar a Pinzón cualquier peligro que ocurriese, y al cabo de una hora salió éste como antes, muy bien cubierto con su capote y sin hablar una palabra.

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