Ejemplos con entreguéis

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esto lo hace la juventud hebrea, esto lo hará hasta que salgáis de este país y lo entreguéis a su dueño legítimo: el pueblo de Israel.
No entreguéis nunca a la utilidad o a la pasión, sino una parte de vosotros.
El consejo que os damos es que os entreguéis a los atenienses, son vuestros vecinos, y no desaventajados para protectores.
-Gabriel de Espinosa: el rey nuestro señor, en su nombre el señor corregidor de esta villa, y yo, por comisión de su señoría expedida en debida forma, según más latamente consta en autos, os requerimos para que en este mismo instante nos entreguéis, para que puesto en lugar de seguridad y juzgado, y secundum alegata et probata, conforme a derecho, sufra la pena a que haya lugar, la persona de un asesino que tenéis en vuestra casa pastelería, sita en la villa de Madrigal, en el reino de Castilla la Vieja.
Abrid esa carta y no la entreguéis a vuestro señor sino cuando os halléis seguro de que no contiene nada sospechoso.
-Ciertamente: a que le entreguéis a discreción la fortaleza, o que de lo contrario, os preparéis a perecer con todo cuanto encierra, a cuyo efecto precipita su marcha acaso al frente de una fuerza irresistible en estos momentos mismos.
Pero, ¿estáis segura de no ser burlada después que entreguéis la suma?.
-Yo, por ventura, ¿exijo algo injusto? Sólo pido que entreguéis a los paloras lo que les pertenece.
Habiéndose impuesto silencio, subió a un sitio, poco elevado, y tendiendo las manos atadas: “ ¿Podría ni por sueño- exclamó- ¡oh los más malvados de los Macedonios! levantar contra vosotros Antígono un trofeo como el que levantáis vosotros contra vosotros mismos, entregando cautivo a vuestro general? ¿Puede darse cosa más vergonzosa que el que, siendo vosotros vencedores, os confeséis vencidos a causa del bagaje, como si el vencer pendiera de las riquezas y no de las armas, y aun entreguéis a vuestro general por rescate de unos equipajes? Yo por mí sufro esta violencia invicto, porque he vencido a los enemigos, y mi ruina me viene de mis propios aliados, mas vosotros, por Zeus poderoso y por los dioses que presiden a los juramentos, dadme aquí la muerte en obsequio de ello.
Desde entonces no cesaban los sitiadores de pasarlo todo a sangre y fuego, de lo cual, movido Limegenides, hizo a sus tebanos este discurso: —«En vista de que esos griegos que ahí nos cercan, caros compatricios, se muestran empeñados en continuar el asedio hasta que tomen por fuerza la ciudad, o que vosotros de grado nos entreguéis y pongáis en sus manos, sabed, que respecto a nosotros, accedemos a librar de tanto daño a la Beocia, e impedir que su territorio sufra más tiempo tantas hostilidades.
-El cielo os guarde, noble don Álvaro, pero no os entreguéis a la amargura.
-¡Padre mío, padre mío!, ¡no me entreguéis a ese hombre indigno!, ¡no me arrojéis en brazos de la desesperación y del infierno! ¡Mirad que seréis responsable delante de Dios de mi vida y de la salvación de mi alma!.
Convertios en omnipotencias solemnes del Universo, y no entreguéis vuestras cabezas ante los tiranos.
-¡Salvadme, me persiguen! ¡Por piedad! ¡No me entreguéis!.
En cuanto a vos, no podemos quitaros el mal de los nervios, pero os recomiendo muy particularmente que no entreguéis con demasía vuestra imaginación a los placeres del campo.
En vano llenaréis la inteligencia de la juventud de nociones abstractas sobre religión, si la dejáis ociosa y pobre, a menos que no la entreguéis a la mendicidad monacal, será arrastrada a la corrupción por el gusto de las comodidades que no puede obtener por falta de medios.
-Dantés, no os entreguéis de ese modo a la molicie.

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