Ejemplos con entregué

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por tanto, la principal formación cientifica que recibió Caldas fue por parte de José Felix de Restrepo, de quien relata Caldas: Por fortuna me tocó un catedrático ilustrado que detestaba esa jerga escolástica que ha corrompido los más bellos entendimientos, me apliqué bajo su dirección al estudio de aritmética, geometría, trigonometría, álgebra y física experimental, porque nuestro curso de filosofía fue verdaderamente un curso de física y matemáticas Me entregué a cultivar los elementos que había recibido en el curso de filosofía.
Ella nos facilitó el dinero, que yo luego entregué a Angustias, ella nos sugirió la idea de avisar a nuestro fiel amigo Celesto, para que nos proporcionase el carruaje y nos sirviese de mayoral, ella apercibió todos los pormenores, ella, por fin, desinteresada sacerdotisa del amor, vetusta vestal, nos bendijo enternecida, cuando partíamos.
Creo que, de conocernos en la primera juventud, no me habrías abandonado para ser rico casándote con otra Me resistí a ser tuya porque te amaba y no quería hacerte daño Después, el mandato de mis superiores y mi pasión me hicieron olvidar estos escrúpulos Me entregué, fuí la mujer fatal de siempre: te traje desgracia ¡Ulises! ¡amor mío! Olvidemos: de nada sirve recordar el pasado.
Debo veinte pesos todavía El sábado entregué Me hallo muy enfermo.
Al fin, envenenado hasta lo más íntimo de mi ser, preñado de torturas y fantasmas, convertido en un tembloroso despojo humano, sin sangre, sin vidamiseria a que la cocaína prestaba diez veces por día radiante disfraz, para hundirme en seguida en un estupor cada vez más hondo, al fin un resto de dignidad me lanzó a un sanatorio, me entregué atado de pies y manos para la curación.
Los que yo llevaba en el bolsillo, entre ellos mi credencial de Delegado Secreto y algunos apuntes, los entregué antes que me los pidieran.
El culpable de aquella mujeril trifulca, que los periódicos narraron como un caso de risa y festejo, fue el bendito chiflado don José Ido, a quien entregué dos cartas, una para cada cual, y el desventurado filósofo las trabucó y.
Reiteradas mis protestas de fidelidad, volvió mi amo a sus quehaceres en el interior de la casa, y yo, tendiéndome en el poyo sobre la blandura de tapiz y mantas que me trajo la diligente , me entregué al descanso con la quietud y descuido de quien tiene asegurada la pitanza y un techo.
Pedí permiso a mi tirano para escribir mis tristes sensaciones de aquel día, diómelo, tracé con mano rápida y temblorosa esta parte del diario de mis aventuras, tomé algún alimento, y cual manso cordero me entregué al que se había hecho mi pastor.
¡A cualquiera le amarga un dulce! ¿Sabes cuánto dinero le entregué al señor cardenal el año pasado? Más de tres mil duros, casi tanto como nos da el Estado pecador.
Volví al para ordenar la descarga del equipaje y que traía, habiendo tenido ocasión de encontrar en aquellas aguas de Cavite a varios revolucionarios de Bataan, a quienes entregué dos pliegos que contenían órdenes de levantamiento para la citada provincia y la de Zambales.
Pues bienexclamó doña Luz en voz muy baja, pero con extraordinaria vehemencia, la causa de mi mal es que he descubierto, a los quince días de casada, que el hombre que yo imaginé tan noble, tan generoso, tan enamorado de mí, tan digno en todos conceptos de que yo le amara, y a quien di mi corazón y mi mano, y a quien entregué mi ser y mi vida, es un miserable sin alma.
¿Quieres hacerme creer que aún lo conservas todo libre de trampas, tal como yo te lo entregué? ¡Quia, hija mía! En este siglo no hay milagros, y con quince mil duros de capital no se sostiene un carruaje ni el boato que tú gastas.
Desde que, recién salido de las aulas, entregué mis primeras cuartillas a la imprenta, vi claramente que no era ésa la vía para lograr los halagos de la vanidad ni los regalos del cuerpo.
Reventé a uno, descalabré a otro, y me volví a nuestro campo con un águila que entregué al marqués de Coupigny.
-Hijo mío, recordarás que te entregué una espada que fue de tus abuelos.
Figúrate mi desesperación, mi agonía, mi locura, yo no sé cómo no entregué el alma a Dios en aquellos días, porque además de mi gran pena, me consumía una fuerte calentura, a consecuencia de la herida de esta mano, pues bien viste que perdí dedo y medio en la calle de San José.
Sin embargo, alargué la mano hacia la niña y la entregué la onza.
Entonces me entregué resignado a mi destino.
Entregué a mi llegada a dicho capitan la carta de mi comision, y enterado de ella, dijo: que dicha carta contenia condujose seis reses vivas al mismo sitio donde estaba el barco, y no pudiendo verificar esta remesa, respondió en carta dicho capitan no podia ser por causa de los montes.
Esta mañana se les diò de comer a los indios, y le entregué al que trajo la carta otras, para que llevase al Rio Negro al Señor D.
Pidió el breton unos follados de camuza, que habia puesto en una silla a los piés de la cama, donde tenia dineros para pagar su libertad, y no parecieron los follados ni podian parecer, porque así como yo entré en el aposento, llegó a mis narices un olor de tocino que me consoló todo, descubríle con el olfato, y halléle en una faldriquera de los follados: digo que hallé en ella un pedazo de jamon famoso, y por gozarle y poderle sacar sin rumor, saqué los follados a la calle, y allí me entregué en el jamon a toda mi voluntad, y cuando volví al aposento, hallé que el breton daba voces, diciendo en lenguaje adúltero y bastardo, aunque se entendia, que le volviesen sus calzas, que en ellas tenia cincuenta de oro : imaginó el escribano o que la Colindres o los corchetes se los habian robado: el alguacil pensó lo mismo: llamóles aparte, no confesó ninguno, y diéronse al diablo todos.
—Pecadora de mí, dijo Cornelia, ¿cómo todo podia ser? ¿cómo es esto, ama mia? que el corazon me revienta en el pecho hasta saber este trueco: decídmelo, amiga, por todo aquello que bien quereis: digo que me digais ¿de dónde habeis habido estas tan ricas mantillas? porque os hago saber que son mias, si la vista no me miente o la memoria no se acuerda: con estas mismas o otras semejantes entregué yo a mi doncella la prenda querida de mi alma: ¿quién se las quitó? ¡ay desdichada! y ¿quién las trujo aquí? ¡ay sin ventura!.
Tú solicitaste mi descuido, tú rogaste a mi entereza, tú no ignoraste mi calidad, tú sabes bien de la manera que me entregué a toda tu voluntad: no te queda lugar ni acogida de llamarte a engaño.
, ejecución, y yo no sé qué otras, que me cegué y no vi, tiré de la gaveta y le entregué todo lo que me pedía, es decir, todo lo que me quedaba, lo que me habían dado por la gargantilla de perlas, mi último dinero, mi último pedazo de pan.
fuerte suma que le entregué previamente con la condición.
inquiriendo hasta dar con la verdad, me entregué, con loco.
Yo sólo sé que estando en el Río Cuarto, entre varias cautivas que me mandó Mariano Rosas, que entregué al padre Burela, venía una de unos diez y siete años, que se decía prima suya y que le estaba muy agradecida.
Le entregué todo a Ayala, se lo llevó a Mariano Rosas, al punto estuvo de regreso, contestándome todo cortado que el ''General'' había mudado una vez más de parecer.
Esta mañana se les diò de comer á los indios, y le entregué al que.

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