Ejemplos con enternecido

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Rompiólo Currita al cabo, aquella pichoncita suya monísima y preciosa la había enternecido Pero todo aquello era muy serio, muy grave, y hacíase preciso pensarlo despacio, muy despacio, y no decidirlo así de repente, en un segundo Por de pronto, dejaría a la niña en el colegio y detendría ella su viaje para hablar con el padre Cifuentes.
Y don Juan, enternecido por los recuerdos, gimoteaba inclinado sobre aquella cabeza lívida, en cuya frente caían las lágrimas del viejo, mezclándose con el agónico sudor.
Entre aplausos y risas bailó con Amparito, mientras su hijo los contemplaba enternecido, renegando tal vez en su interior de su condición de poeta soñoliento y enemigo de superfluidades, que no le permitía aprender cómo se mueven las zancas en el vals, ¡El mismo demonio era el señor Cuadros, a pesar de sus años y del enorme bigote! Así lo declaraban doña Manuela y Teresa, sonrientes, reconciliadas y puestas ambas al mismo nivel.
Pero el corregidor enternecido, mandó que asimismo la huéspeda entrase en el coche, y que no se apartase de su hija, pues por tal la tenia, hasta que saliese de Toledo.
Sí digno respondió Sancho, enternecido y llenos de lágrimas los ojos, y prosiguió: No se dirá por mí, señor mío: el pan comido y la compañía deshecha, sí, que no vengo yo de alguna alcurnia desagradecida, que ya sabe todo el mundo, y especialmente mi pueblo, quién fueron los Panzas, de quien yo deciendo, y más, que tengo conocido y calado por muchas buenas obras, y por más buenas palabras, el deseo que vuestra merced tiene de hacerme merced, y si me he puesto en cuentas de tanto más cuanto acerca de mi salario, ha sido por complacer a mi mujer, la cual, cuando toma la mano a persuadir una cosa, no hay mazo que tanto apriete los aros de una cuba como ella aprieta a que se haga lo que quiere, pero, en efeto, el hombre ha de ser hombre, y la mujer, mujer, y, pues yo soy hombre dondequiera, que no lo puedo negar, también lo quiero ser en mi casa, pese a quien pesare, y así, no hay más que hacer, sino que vuestra merced ordene su testamento con su codicilo, en modo que no se pueda revolcar, y pongámonos luego en camino, porque no padezca el alma del señor Sansón, que dice que su conciencia le lita que persuada a vuestra merced a salir vez tercera por ese mundo, y yo de nuevo me ofrezco a servir a vuestra merced fiel y legalmente, tan bien y mejor que cuantos escuderos han servido a caballeros andantes en los pasados y presentes tiempos.
La escena de la despedida los había enternecido y animado, la oscuridad de las calles, alumbradas con aceite, les daba un incentivo en su misterio, y en el cuchicheo de su diálogo se sentía el soplo de la pasión.
Ejecutose puntualmente la orden, pero fueron tan tiernas las quejas, tan sinceras las lágrimas, tal la divina elocuencia y energía de espíritu de Dios con que hablaron y suplicaron a los enviados del señor obispo, que enternecido este, conoció la gracia poderosa que obraba en aquellos devotos mancebos, que dentro de muy pocos días, siendo padrinos el gobernador, y dos de las personas más distinguidas de la ciudad, los bautizó por su propia mano con grande pompa, edificación y espiritual consuelo de todos los que asistieron a este devotísimo espectáculo.
» Y desde aquella hora, aparte de que, naturalmente, María Luz no la cobró, en la duda de que fuese cierto, le estaba manteniendo, y a solas llamábale papá, de lo cual mostrábase él enternecido.
Pero ¿dónde verá el corazón paterno un pedazo de sus propias entrañas, que no clame por él y le abra su pecho enternecido? Entre si es o no es ella, invoco su nombre con ese acento, digásmolo así, de la eternidad de una ausencia contada por años y determinada por la profundidad de los mares caudalosos.

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