Ejemplos con ensenada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Esta playa posee arenas finas y aguas tranquilas al abrigo de una pequeña ensenada, el fondo de sus aguas es en gran parte rocoso destacando varios arrecifes a unos metros de la costa conocidos como las Hermanas, muy peligrosos para la navegación.
Los planes fueron iniciados por Vázquez Tablada, y continuados y ejecutados por el Marqués de la Ensenada cuando aquél cayó en desgracia, si bien ideas parecidas habían sido ya sugeridas en décadas anteriores, sin llegar a materializarse.
En la ensenada hay un pequeño islote y dos arrecifes sumergidos alrededor de media milla al noroeste de punta Tivives.
El Golfo de Policastro es una amplia ensenada que se abre en el Mar Tirreno y se extiende desde la Punta de los Infreschi en Cilento hasta el cabo Scalea en el Alto Tirreno cosentino.
El Golfo de Salerno es una ancha ensenada del mar Tirreno en la costa septentrional de la Provincia de Salerno.
Aunque existen referencia a una torre almenada en la ensenada en el siglo XVI no fue hasta bien entrado el siglo XVIII cuando se construyó la fortificación.
Además del atractivo que puede presentar la excepcional selva, a su costado sur se presenta el balneario de Punta Lara y, en sus inmediaciones la curiosa isla Paulino, es también Punta Lara uno de los accesos posibles hacia el viejo fuerte español de la Ensenada de Barragán.
La ensenada de El Tolmo está situada en la costa del estrecho de Gibraltar, entre Algeciras y Tarifa, es un buen punto de fondeo y a su vez una zona fácil de defender desde tierra.
Botany Bay es una ensenada del Océano Pacífico sur ubicada al sudeste de Australia.
Diego Varela y el Padre Quiroga a sondar el canal de la entrada, y marcar todos los bancos que hay en su boca: pero por el viento recio se vieron precisados a desembarcar en una pequeña ensenada, donde echando la red los marineros, la sacaron llena de peces grandes, todos de una especie, que parecen truchas de siete a ocho libras.
Puédese fácilmente fortificar el puerto, construyendo una bateria en la punta de piedras, que está al sud-oeste de la primera entrada en la costa del norte, porque aquí se estrecha la entrada, y pasa el canal a tiro de fusil de dicha punta: ni podrán los navios batir la fortaleza construida en este sitio, porque en bajando la marea, se quedarian encallados, pues toda la ensenada, fuera de la punta, se queda en bajamar con poca agua, y aun en el canal estrecho apenas llega a tres brazas.
La entrada de este puerto es dificil de conocer al que no lleva mas señal que la altura, porque desde fuera solamente se ve la primera ensenada, casi toda llena de bajíos, pero será muy fácil de conocer dicha entrada, gobernándose por las señas siguientes.
Mas adelante, a dos leguas de la ensenada, donde desembarcaron este dia, hallaron la laguna grande, pero toda cubierta de sal: tiene tres leguas de largo, y mas de una de ancho.
Salvador Martinez Olmo, y salieron a la primera ensenada de la bahia, y saltando en tierra, caminaron hácia el norte a reconocer la laguna, que habian descubierto los dias antecedentes.
En la punta de Cabo Blanco está asido un peñon partido, y mas al sur de este peñon hay una punta de tierra baja, y luego corre la costa nord-sur del mundo, y hace una ensenada muy grande, que corre hasta la entrada del Puerto Deseado.
Añaden dichos diarios extrangeros, que en una ensenada del Puerto Deseado, que señalan en sus mapas, hay mucha pesca.
Navegaron al oeste, hasta la punta oriental de una isla, a la cual llamaron por respecto al capitan de este navio: y habiendo entrado por un caño estrecho, que divide a esa isla de la tierra firme, salieron con bastante trabajo a una ensenada pequeña que hace cerca de la punta occidental, sin poder pasar adelante este dia, por haber quedado en seco la lancha, con la baja marea.
La tierra, que está en esta ensenada, entre Cabo Blanco y Puerto Deseado, es bastantemente alta, con algunas quebradas, y en ellas matorrales de árboles pequeños, como espiños y sabinas.
Me embarqué de mañana en el bote, y fuí a reconocer la ensenada: entré por un arrojo y lo seguí como dos leguas, hasta que no hallando agua para el bote, por esparcirse esta en diversos arroyos muy pantanosos de fango, di vuelta y pude desembarcar, aunque con fango a la rodilla.

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