Ejemplos con enojaban

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cuando estos espíritus se enojaban, traían tormentas terribles o hacían trucos sobre los cazadores para que fallaran con sus presas.
No les daban de comer, solamente cuando ya estaba terminada la comida y habían comido Hunbatz y Hunchouén, entonces llegaban ellos, Pero no se enojaban, ni se encolerizaban y sufrían calladamente, porque sabían su condición y se daban cuenta de todo con claridad.
Coche y cochero pasaron al corral, y Urríes entró renegando en la casa, pues los plantones le enojaban, como hombre acostumbrado a que los gustos y bienandanzas se le viniesen a la mano.
Los reveses le enojaban, pero no le rendían.
La astronomía y la botánica, que antes la enojaban cuando había secretos de Clara que ansiaba penetrar, la entusiasmaban ahora extraordinariamente, y nunca se cansaba de oir las lecciones que su tío le daba, excitado por ella.
Todas las que quisieres podrás volver respondió Agi Morato, que mi hija no dice esto porque tú ni ninguno de los cristianos la enojaban, sino que, por decir que los turcos se fuesen, dijo que tú te fueses, o porque ya era hora que buscases tus yerbas.
El otro traía valones y un pergamino en las manos, y a cada palabra que hablaban se hundían siete o ocho mil diablos de risa, y ellos se enojaban más.
Eran escrituras y pagarés vencidos todos, y que no se habían renovado, quedando así el deudor al arbitrio de los acreedores, quienes seguían cobrando los réditos mientras les convenía o no se enojaban, y quienes, no contentos con los réditos, exigían asimismo una gran dosis de humildad y agradecimiento, sopena de enojarse y de pedir al punto el capital de la deuda, conminando con la ejecución.
Como tenía esas convulsiones, se enojaban más porque a ella le saltaba el cuerpo constantemente, venía el médico y la revisaba, pero pasaba el tiempo, hasta que perdió la noción del mismo.
Otra cosa, de las que enojaban algo a Poldy, era la presencia en la fotografía de aquellas tres bayaderas tan ligeramente vestidas y tan poco modestas y comedidas en sus bailes.
—Allá en tiempo que rabiaban los reyes, digo, cuando se enojaban, oí contar —dijo una.
» Muchos se enojaban por estas afirmaciones prematuras, pero yo, a fuerza de retórica a lo Magrujo, conseguía que parte del auditorio, la inconsciente, se pusiese a mi lado.

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