Ejemplos con endeble

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

También hay una endeble teoría en la que Aleksandr Matrósov no es de etnia bashkir, sino rusa, e hijo de un campesino ruso pobre, enviado a Kazajstán, donde desaparece sin dejar rastro.
Una paz por demás endeble, pero al menos no hubo más luchas por unos años.
Por su parte el doctor Efraím Cardozo, eminente político e investigador, afirma que era un hombre culto y fino, un tanto endeble en su carácter y de poco vuelo intelectual.
Según los defensores del origen afroperuano del cajón, la teoría española sobre el origen gitano del cajón, es muy endeble: mientras los españoles hablan del tondero, los afroperuanos hablan de los primeros años de esclavitud.
Es señalable, por otra parte, que casi nunca se ha destacado el parentesco entre el asunto central del relato y las posteriores doctrinas freudianas sobre el desdoblamiento del ello, sobrecargado de pulsiones sexuales y agresivas desbocadas, y el débil yo, de estructura endeble, ante el mismo.
El Título octavo de la Constitución, relativo a la organización territorial del Estado, ha sido el más discutido por los especialistas y resulta el más endeble desde el punto de vista jurídico y político.
Se utiliza el llamado método científico para remarcar lo endeble y arbitrario de las convicciones basadas en lo sobrenatural.
Su terreno, endeble y pedregoso en parte, es recorrido por las aguas de dos fuentes que abastecen al vecindario y saludado por un arroyo que nace junto a Lodares para ir a unirse con el Duero cerca de Almazán.
término, que es endeble y pedregoso, con bastantes cerros, se encuentran dos fuentes y un arroyo, que nace junto a Lodares: pasa inmediato al pueblo y desagua en el Duero, junto a Almazán.
En el claustro alto del mismo patio principal se encuentra otro Vía Crucis, de tamaño menor, calidad de dibujo más endeble, aunque de similar técnica y estilo.
El amor que siente por Iwaki lo hace aparecer adorablemente celoso en varias ocasiones, dejando ver su lado endeble.
Puede decirse, sin agravio de él, que los tipos femeniles y los diálogos de amor han sido, son y serán siempre la parte más endeble de su armadura de novelista.
Mas no se crea que sólo a lo cómico y alegre se inclina la musa del autor, aun en este libro, el más endeble de los suyos.
Con todo esto no parecía de endeble salud, y era bien proporcionado de cuerpo, la barba negra y hermosa, el cabello rebelde a las artes del peluquero, flexible y libre, ondulante por aquí y por acullá, sin simetría ni compás, mas no sin cierta colocación propia que caracterizaba y embellecía la cabeza.
Era cierto: la misma constitución endeble de Pilar, ofreciendo menos campo al mal, retrasaba la crisis funesta de su padecimiento, y así como el huracán, que desgaja encinas, sólo encorva las cañas, la tisis entraba con ímpetu menor en aquel cuerpo linfático, que lo hiciera en uno sanguíneo y pujante.
Pilar prefería el manantial intermitente que le proporcionaba las emociones de que era tan ávido su endeble organismo.
La gimnasia, la esgrima, la equitación, la caza, debían haber endurecido aquel organismo que la Naturaleza hiciera endeble, enteco casi.
Con vigor no presumible en su endeble cuerpo de cañaheja, interpúsose el Padre Arrigoitia, atrapando, si las crónicas no mienten, algún sopapo en la venerable tonsura, y a su vez Duhamel, emulando con científico valor el arresto del jesuita, cogió del brazo al furioso, logrando pararle.
Increíble parece que aquel cuerpo flaco y endeble, encerrara dentro de sí espíritu tan gigantesco y tan fuerte, hecho a golpes de zarpas y a caricias de ala, capaz de abrir surcos y levantar cimientos y capaz, de poemizar el dolor e idealizar el martirio, apto para abrigar una tempestad y para echarse todo entero en el cáliz de un jazmín.
Nadie en Madrid pidió cuentas a Currita de la sangre de Velarde, derramada a la vista de todos por culpa suya, y ahora le arrojaban al rostro la de Sabadell, de la cual se hallaba inocente y hubiera ella rescatado con gusto a costa de cualquier sacrificio Porque el dolor de la dama fue en realidad grande, aunque no expansivo ni alborotado, uno de esos dolores, por decirlo así, secos, propios de las almas enérgicas, que se repliegan sobre sí mismos en el fondo del corazón como para no perder su energía, a la manera que el gladiador herido encuentra fuerzas en su misma agonía para encoger el cuerpo y doblar los músculos, e intentar un último y más formidable avance Aquella débil mujercilla encerraba en su endeble cuerpo una de esas almas enérgicas que se crecen a la vista del peligro y lo desafían, y no necesitan en el dolor apoyo ni cómplices en el crimen, bastábase ella misma a sí misma, y sacudiendo los terrores que la habían invadido la víspera, con el vigoroso empuje del toro que arroja lejos de sí los rejones que le lastiman y embarazan, aprestóse a la defensa, decidida a arrostrar a pie quieto y con firmeza todas las consecuencias de aquella horrible noche.
Adoraba a Tónica, criatura endeble y graciosa, tal vez por la fuerza del contraste, pero cuando estaba en su casa no podía librarse de la querencia a la cocina, como decía Rafael, y allá iba a echar su párrafo, sin pasar nunca de ahí, pues Juanito era casto.
, el amor, para el cual se viste y se peina, el amor, por el cual se alegra de ser bonita, el amor, en provecho del cual piensa alguna vez en eso que llaman bienes de fortuna, el amor, que la lleva a paseo y la tiene de pié toda la tarde, a ella, tan débil y delicada, que se libraría de quintas por endeble, si fuera hombre, el amor, que la conduce al teatro, a ella, que ninguna afición tiene a la literatura ni la moral, y muchísimo menos a la música italiana, el amor, que la hace madrugar y trasnochar, a ella, tan dormilona, tan perezosa, tan sibarita.
Más que bofetada fue un empujón, pero el endeble esqueleto de Rubín no pudo resistirlo, puso un pie en falso al retroceder y se cayó al suelo, diciendo: Te voy a matar y a ella también.
Al principio no oyó más que el crujir de los hierros de la cama del clérigo, que era muy mala y endeble, y en cuanto se movía el desgraciado ocupador de ella volvíase toda una pura música, la que unida al ruido de los muelles del colchón veterano, hubiera quitado el sueño a todo hombre que no fuese Nicolás Rubín.
Fortunata le miraba y, francamente, no podía acostumbrarse a aquella nariz chafada, a aquella boca tan sin gracia, al endeble cuerpo que parecía se iba a deshacer de un soplo.
Era de cuerpo pequeño y no bien conformado, tan endeble que parecía que se lo iba a llevar el viento, la cabeza chata, el pelo lacio y ralo.
Era tan endeble que la mayor parte del año estaba enfermo, y su entendimiento no veía nunca claro en los senos de la ciencia, ni se apoderaba de una idea sino después de echarle muchas lazadas como si la amarrara.
Ella es la que se empeña en esodijo con despecho el marqués, yo bien me figuré que era un disparate por más que no creí a mi mujer tan endeble.
La puerta resistía como si tuviese algún obstáculo delante, mas los puños de don Pedro dieron cuenta fácilmente de la endeble trinchera de un par de sillas, que vinieron al suelo con estrépito.
El lecho, que era un poco endeble y de no firmes fundamentos, no pudiendo sufrir la añadidura del arriero, dio consigo en el suelo, a cuyo gran ruido despertó el ventero, y luego imaginó que debían de ser pendencias de Maritornes, porque, habiéndola llamado a voces, no respondía.

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