Ejemplos con economicé

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

... Y tras de despedirse de su amigo, el pescador se cargó a la cabeza el cesto y emprendió el camino de la ciudad, pasando por delante del horno del panadero. Y dijo a su antiguo bienhechor: ¡La paz sea contigo!, ¡oh padre de manos abiertas! El otro contestó: Y contigo la paz, las gracias de Alah y sus bendiciones, ¡oh rostro de buen augurio! ¡Acabo de mandar a tu casa una bandeja con cuarenta pasteles que he cocido especialmente para ti y en cuya pasta no economicé la manteca clarificada, la canela, el cardamomo, la nuez moscada, la cúrcuma, la artemisa, el anís y el hinojo! Y el pescador metió la mano en el cesto, del cual salían mil resplandores fulgurantes, cogió tres grandes puñados de pedrerías y se los entregó. Prosiguió luego su camino y llegó a su casa. Y allí dejó su cesto, escogió la piedra más hermosa de cada especie y de cada color, lo puso todo en un pedazo de tela y se fué al zoco de los joyeros. Y se paró ante la tienda del jeique de los joyeros, le mostró las maravillosas pedrerías, y le dijo: ¿Me las quieres comprar? El jeique de los joyeros miró al pescador con ojos llenos de desconfianza, y le preguntó: ¿Tienes más? El pescador contestó: En casa tengo un cesto lleno. El otro preguntó: ¿Y dónde está tu casa? El pescador contestó: Como casa, ¡por Alah que no la tengo! sino sencillamente una choza de tablas podridas, que está situada al extremo de cierta calle junto al zoco del pescado. Al oír estas palabras del pescador, el joyero gritó a sus dependientes: ¡Detenedle! ¡Es el ladrón a quien se acusa de haber robado las alhajas de la reina, la esposa del sultán! Y les ordenó que le administraran una paliza. Y le rodearon todos los joyeros y mercaderes y le injuriaron. Y decían unos: ¡Sin duda fué él quien robó en el mes último la tienda del hadí Hassán! Y decían otros: ¡También fué este miserable quien limpió cierta tienda! Y cada cual contaba la historia de un robo cuyo autor no fué habido, ¡y se lo atribuía al pescador! Y durante todo aquel tiempo, el pescador guardaba silencio y no hacía ningún gesto para negar. Y después que hubo recibido la paliza preliminar dejó que le arrastrara a presencia del rey el jeique joyero, que quería obligarle a declarar sus crímenes y hacer que le colgaran a la puerta de palacio.

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