Ejemplos con echándoles

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

y así comenzaron a ir en busca de la propia suerte, que si fueran a caza, no perdonando a nadie, ni a mujeres, ni a niños aunque fueran de teta, que quitándolos de los pechos de las madres, a cual tomándolos de los pies le daban calabazadas por las paredes, y de los grandes a los que cogían, desnudabanles en cueros vivos, traían a la plaza, que estaba llena de cuerpos muertos, y allí, probándose a quien darían mayor golpe, les daban terribles cuchilladas, otros echándoles por las ventanas morían reventados,.
Para cazar montados a caballo y con el equipo adecuado entrenan principalmente a halcones que cazan después de que estos han comido y están demasiado cansados como para volar, echándoles una red encima confeccionada por ellos mismos.
Estamos a veintiocho de abril De aquí al primero de septiembre no hay más que cuatro mesesdijo, echándoles una larga mirada entre risueña y enternecida.
Halconero se despidió de la grácil y tierna Eloísa, despidiose también Bravito de y de las otras, echándoles familiares saludos, a que todas contestaron con gestos y sonrisas de picante franqueza.
Llegose a ellas risueño y melifluo, echándoles almibarados requiebros.
Corrió primero a donde yo clamaba, pendiente sobre el abismo, mi vida separada de mi muerte por el espacio de un segundo, y quitándole a su amigo el palo con que a las estrellas apuntaba, con él dio en las espaldas de mis verdugos, echándoles por delante furibundas imprecaciones.
Había que correrles, echándoles el dinero a las narices, así aprenderían a no ir otra vez con retos a los bilbaínos de las minas.
Narváez era inflexible, y acordadas las deportaciones, se tapaba el rostro la clemencia, pues en todos aquellos que el Estado maldecía, echándoles de casa, estaba bien manifiesta la culpabilidad revolucionaria.
Los del grupo templado encuentran cuanto dicen y hacen los de enfrente, y los denigran a los otros, echándoles en cara el , el , las y otras cosas muy malas.
Alonso, los cuales no las dejaban dar un paso, echándoles sus patas al pecho y lamiéndoles las manos.
Al punto lo advirtió Perucho, y echándoles repetidas veces el aliento, como había visto hacer a la vaca con sus recentales, los envolvió en mantillas y pañolón, y nuevamente llegó a sí a la criatura, meciéndola.
-Aquí no hay nada -respondió este secamente, corriendo hacia los que cargaban y echándoles tal rociada de votos, juramentos, blasfemias y atroces invocaciones que hasta las gallinas escandalizadas de tan grosera brutalidad, murmuraron dentro de sus cestas.
¡Qué gran servicio hemos prestado a la patria! Lástima grande que no siguiera usted descubriendo criminales y yo echándoles el guante.
Pero al fin, echándoles en cara su cobardía, pude convencerles, y desviándonos del camino nos metimos en el pueblo por las callejas del Norte, acercándonos sigilosamente a la posada y al molino del señor Perogordo.
Todos le volvieron las gracias: tornáronse a abrazar Repolido y la Cariharta: la Escalanta con Maniferro, y la Gananciosa con Chiquiznaque, concertando que aquella noche despues de haber alzado de obra en la casa, se viesen en la de la Pipota, donde tambien dijo que iria Monipodio al registro de la canasta de colar, y que luego habia de ir a cumplir y borrar la partida de la miera: abrazó a Rinconete y a Cortadillo, y echándoles su bendicion los despidió, encargándoles que no tuviesen jamas posada cierta, ni de asiento, porque así convenia a la salud de todos.
Tomó Marialonso por la mano a su señora, y casi por fuerza, preñados de lágrimas los ojos, la llevó donde Loaysa estaba, y echándoles la bendicion con una risa falsa de demonio, cerrando tras sí la puerta, los dejó encerrados, y ella se puso a dormir en el estrado, o por mejor decir a esperar su contento de recudida.
matanza, echándoles á ellos la culpa, porque siendo así, que en.
Narváez era inflexible, y acordadas las deportaciones, se tapaba el rostro la clemencia, pues en todos aquellos que el Estado maldecía, echándoles de casa, estaba bien manifiesta la culpabilidad revolucionaria.
Francisco, cuando dejó sus botas como espejos, echándoles el vaho y frotándolas después, se las puso.
Eran muchos aquellos a quienes Sila había distribuido a razón de doce mil dracmas por dar muerte a los ciudadanos de la segunda proscripción, a los cuales todos los miraban con odio, por malvados y abominables, pero de quienes nadie se había atrevido a tomar satisfacción, mas Catón fue llamando a cada uno de los que habían recibido dinero del Tesoro público por medios injustos, y se lo hizo devolver, reconviniéndolos y echándoles en cara con enfado lo sacrílego e injusto de sus operaciones.
Hallábase éste acuartelado en Edesa, y echándose sobre las provisiones que le llevaban, con interceptárselas le puso ya en grande apuro, después, por escrito y de palabra, empezó a sobornarle a los principales de los Macedonios, echándoles en cara que hubiesen escogido por señor a un extranjero, descendiente de los que siempre habían servido a los Macedonios, y arrojaran de esta región a los amigos y deudos de Alejandro.
Despidióse con mucho agrado, echándoles los brazos, volvióse a pasar de la otra parte, y.
Los embajadores declararon la comisión que traían, y se les dio por respuesta, echándoles en cara el robo de Medea, que era muy extraño que no habiendo los griegos por su parte satisfecho la injuria anterior, ni restituido la presa, se atreviesen a pretender de nadie la debida satisfacción para sí mismos.
Quiso examinarlos por sí mismo el ilustrísimo, y hallándolos muy capaces, señaló la festividad más cercana en que su señoría pretendía autorizar la función echándoles el agua.
Solo en la tierra con el chiquillo, Jácome le crió sabe Dios cómo, y ahora se le caía la baba viendo despuntar en Sendiño, a los seis años mal contados, otro cazador, otro merodeador, sin afición alguna al trabajo lento y metódico del labriego, fértil ya en ardides y tretas de salvaje para sorprender nidos y pajarillos nuevos, para descubrir dónde ponen las gallinas del prójimo y aun para engolosinarlas echándoles granos de maíz, hasta atraerlas a la boca del saco.

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