Ejemplos con dudáis

Vosotras, , a quienes debo llamar, para daros más categoría, , que algo más vale el plumero que el zorro, y si lo dudáis preguntádselo a vuestro padre, vosotras, digo, y tú, , id hacia abajo en seguimiento de la chusma, y haced una buena obra.

y si lo dudáis, preguntádselo a Moisés, el cual, para hablar de estas cosas, empezaba por invocar a los cielos y la tierra:.

¿Creéis que necesito armas contra un alfeñique como vos? Si lo dudáis y queréis probarlo, hablad por segunda vez de escaparos.

- Y si lo dudáis, tendeos boca abajo o boca arriba en el campo y estudiad durante horas y horas los prodigios de discernimiento, de sagacidad, de perspicacia, de sutileza y de picardía de que os darán muestras los insectos o las aves.

-De manera, respondió Merlín mirándole con sobrecejo, que si dudáis por capricho hasta ese extremo, púdrase en el calabozo la ilustre joven de Urgel, quedaos enhorabuena con esa flema tan ridícula en los guerreros que de valientes se precian, y más que pierda yo el par de caballos de arrogante condición y famosa raza.

«Y lo dudáis aun, continuaba Vericochas, yo lo oí de sus labios, venimos a inspiraros los misterios del cristianismo, a arrancaros del imperio culto del Sol, a haceros adorar a Cristo sobre la cruz, y a que reconozcáis por monarca y señor al grande Rey del Oriente.

-¿Dudáis de la posibilidad de mi proyecto?.

-¿Y dudáis de que todas me parecerán suaves, deliciosas, tratándose de lo que más deseo?.

¿Dudáis ahora todavía?.

y si lo dudáis, preguntádselo a Moisés, el cual, para hablar de estas cosas, empezaba por invocar a los cielos y la tierra: Audite caeli quae loquor, audeat terra eloquia oris mei.

-Realmente - dijo-, creo que ahora dudáis.

-¡Ah, si os reís o si dudáis - prosiguió Aramis-, no sabréis nada!.

—¿Dudáis acaso en que, ahogados de la envidia, los resucite?.

—Pues ¿en qué dudáis? —dijo Salastano, después de haber hecho la salva a su venida—.

El mayor mal que puede sobrevenir a un ser naturalmente estúpido, es adquirir de pronto los dones de la inteligencia. Si lo dudáis, os referiré la aventura de un pavo, del cual, si se descuida, no quedarían ni huesos, porque los huesos de pavo son muy gratos a los canes.

-¿Eso dudáis, padre mío? -continuó doña Beatriz-, cuando ya no sólo os he perdonado sino que lo he olvidado todo, y cuando este joven, harto más infeliz que yo, os respeta y venera como yo misma.

Para acabar de una vez, padres santos -continuó dirigiéndose al concilio con tanto respeto como desembarazo-, si dudáis de cuanto llevo dicho, venga aquí la Cabrera entera, y ella lo confirmará.

-¿Eso dudáis, señor? -respondió el escudero-, ¿pues a mí qué me toca sino obedecer?.

-¿Eso dudáis? -contestó él-.

-¿Qué dudáis, padre mío?, mi voluntad es invariable, y sólo nos falta que pronunciéis las sagradas palabras.

-¿Eso dudáis, padre? -contestó el caballero-, sería capaz de todo lo que no me envileciese a sus ojos.

-¡Oh, sí, sí, os lo agradezco con toda mi alma! -dijo Valentina-, y si dudáis de mis palabras, ¡ay!, preguntádselo a Haydée, a mi querida hermana Haydée, que después de nuestra partida de Francia me ha hecho esperar resignada, hablándome de vos, el venturoso día que hoy luce para mí.

-¿Y bien? -preguntó el conde-, ¿todavía dudáis?.

talento, del que dudáis, según vuestra sonrisa, ¿no me quedará aún ese furioso amor de independencia, que vale para mí más que todas las riquezas, y que domina en mí hasta el instinto de conservación? No, no lo siento por mí, sabré siempre salir del paso, mis libros, mis pinceles y mi piano, cosas que no cuestan caras, y que podré comprar siempre, me bastan.

Si dudáis de ello, escribo a Franz, el cual hará legalizar las firmas.

-¿Cómo es eso, maese Pastrini? ¡Dudáis.

-Pero en nombre del cielo -exclamó el desdichado joven-, si dudáis de mí, si sospecháis de mi honradez, interrogadme, que estoy dispuesto a contestaros.

Y si lo dudáis, seguid prestándome atención.