Ejemplos con dotado

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Él era también un locutor dotado de inspiración, y gritaría bingo! en las reuniones del Consejo si requería de la atención.
Junto a ésta, un pequeño músculo denominado clítoris es común en todas las especies, y en algunas de ellas está dotado de un pequeño hueso.
El núcleo está dotado de colegio público y de varias dotaciones municipales.
Pero es poco probable que, además de abrirle puertas oficinescas, le hayan dotado de alguna suma que le alcanzara para sus investigaciones.
Puede admirarse también la A de Carlomagno en plata dorada recubriendo la madera: según cuenta la tradición legendaria, el emperador habría dotado a cada abadía de una letra del alfabeto, atribuyendo a la de Conques la letra A, como símbolo de la excelencia de la misma.
Los jurisconsultos, aquellos que poseían el sentimiento más riguroso del derecho que es aquel conjunto de reglas que someten las relaciones humanas en la sociedad civil, y hombres versados en la ciencia del derecho y dotado en ella de conocimientos poco comunes, que comprendían que las leyes, tan fácilmente atropelladas por la prepotencia de los magnates, escritas a menudo al antojo de la política e impotentes para mantener la justicia y para satisfacer todos los intereses, pues ellos mismos se refugiaban en el estoicismo por los siguientes motivos:.
También se produjo un curioso kit de autocaravana sobre el pick-up diesel, dotado de gran lujo y funcionalidad.
Hasta el punto que a finales del año, reemplazaron a Brennan por otro baterista técnicamente más dotado Carmine Appice.
Fue, además, Niño de Guevara hombre de letras, que escribió algún verso y dotado para exponer con arte, como lo demostró algunas veces explicando en la Escuela de Cristo, en la que destacó por su gran religiosidad.
Al ser llamado don Diego Brochero como almirante general al Consejo, dándole amplitud de atribuciones, que en buena hora se le llamó a la Corte para emplear su genio organizador del que también dotado estaba.
Sonstiges, un hombre, dotado de una potencia viril asombrosa, escoge ponerla al servicio de sus necesidades financieras.
Era de edad como de cincuenta años, pequeño y rechoncho de cuerpo, turbia y traidora la mirada de uno de sus ojos, pues el otro estaba cerrado a toda luz, con el semblante amoratado y granulento como de persona a quien envilece y trastorna el vino, de andar y gestos sumamente ordinarios: en tanto grado repugnante y soez toda su persona, que era preciso suponerle dotado de extraordinarios talentos para comprender cómo se podía ser ministro con tan innoble estampa.
Exteriormente, el edificio está dotado de una indudable monumentalidad y presenta condiciones evidentes para su consideración como elemento relevante, siendo la particular concepción de sus fachadas clave de la relación del edificio con el resto de la ciudad y factor determinante en la cualificación a realizar del mismo desde las más diversas ópticas.
Su hijo mayor está estudiando en un colegio, hace tiempo, y como el muchacho se halla dotado de una energía de voluntad verdaderamente extraordinaria, a pesar de los obstáculos de la miseria y del desamparo en que comenzó sus estudios, pronto podrá ver el resultado de sus afanes y traer al seno de su familia la ventura, tan largo tiempo esperada por sus padres.
El gallardo mancebo adivinaba que el amor propio excitado por la competencia, haría más en su favor que las mismas ventajas personales de que estaba dotado.
La Naturaleza nos ha dotado con mano próvida de los más ricos dones.
Nuevo testimonio de su grandeza singular de alma y de la exquisita sensibilidad de que estaba dotado.
Si hubieran poseído tres carreras de dientes como los cocodrilos, o aunque fuesen dos, no dudo que se devorarían, dada la rabia y el coraje con que se enseñaban la única con que la Naturaleza les había dotado.
Si es verdad que Sarrió estará dotado en breve de un periódico que refleje sus legítimas aspiraciones, que sea el palenque donde se ejerciten sus inteligencias, el salvaguardia de sus más caros intereses, el centinela avanzado de su tranquilidad y reposo, el órgano, en fin, por donde se comunique con el mundo espiritual, felicitémonos, señores, ¡felicitémonos de todo corazón! y felicitemos también al ilustre patricio por cuyo esfuerzo va a llegar hasta nosotros un rayo de ese astro luminoso del siglo diez y nueve que se llama la prensa.
Quería decir con esto el joven Belinchón, que sólo su hermana Ventura se empeñaba en desconocer el ingenio con que el cielo le había dotado.
Hubo uno, sin embargo, dotado de prendas tan raras y brillantes, tan enamorado o fingiendo con tanto arte que lo estaba, tan discreto, buen mozo y seductor, que acertó a cautivar el alma de la desdichada Condesa.
Por consiguiente, la es la genuina, dado que trae en el alma todo lo que no trae en el cuerpo: es decir, dado que la naturaleza, siempre próvida, la ha dotado de un alma de.
Era preciso hallarse dotado de gran fé en el arte, de excepcional inteligencia y de una perspicuidad de juicio admirable, para escribir entonces esto que va a leerse coleccionado, sin que ninguno de los sucesos ocurridos sea mentís inexorable de las fantasías del escritor.
Julián, que sufría la inquietud, el hormigueo en la planta de los pies que nos causa la sensación de hollar algo blando, algo viviente, o que por lo menos estuvo dotado de sensibilidad y vida, experimentó de pronto gran turbación: una de las cruces, más alta que las demás, tenía escrito en letras blancas un nombre.
Mira pues, Esperanza, con qué variedad de gentes has de tratar, y si será necesario, habiéndote de engolfar en un mar de tantos bajios, que te señale yo y enseñe un norte por donde te guies y rijas, porque no dé al traves el navío de nuestra intencion y pretensa, y echemos al agua la mercadería de mi nave, que es tu gentil y gallardo cuerpo, tan dotado de gracia, donaire y garabato para cuantos dél toman envidia.
Bueno fuera en esta sazon preguntar a Carrizales, a no saber que dormia, que ¿adónde estaban sus advertidos recatos, sus recelos, sus advertimientos, sus persuasiones, los altos muros de su casa, el no haber entrado en ella ni aun en sombra álguien que tuviese nombre de varon, el torno estrecho, las gruesas paredes, las ventanas sin luz, el encerramiento notable, la gran dote en que a Leonora habia dotado, los regalos continuos que la hacia, el buen tratamiento de sus criadas y esclavas, el no faltar un punto a todo aquello que él imaginaba que habian menester y que podian desear? Pero ya queda dicho que no habia para qué preguntárselo, porque dormia mas de aquello que fuera menester: y si él lo oyera, y acaso respondiera, no podia dar mejor respuesta que encoger los hombros, enarcar las cejas y decir: todo aqueso derribó por los fundamentos la astucia, a lo que yo creo, de un mozo holgazan y vicioso, y la malicia de una falsa dueña, con la inadvertencia de una muchacha rogada y persuadida: libre Dios a cada uno de tales enemigos, contra los cuales no hay escudo de prudencia que defienda, ni espada de recato que corte.
Despidiéronse, informáronse las partes, y hallaron ser ansí lo que entrambos dijeron, y finalmente, Leonora quedó por esposa de Carrizales, habiéndola dotado primero en veinte mil ducados: tal estaba de abrasado el pecho del celoso viejo.
Con este adorno y con su gallardía, dando ocasion para que todos alabasen a Dios en ella, salió Isabela de su casa a pié, que el estar tan cerca el monasterio escusó los coches y carrozas: el concurso de la gente fué tanto, que les pesó de no haber entrado en los coches, porque no les daban lugar de llegar al monasterio: unos bendecian a sus padres, otros al cielo que de tanta hermosura la habia dotado: unos se empinaban por verla, otros, habiéndola visto una vez, corrian adelante por verla otra: y el que mas solícito se mostró en esto, y tanto que muchos echaron de ver en ello, fué un hombre vestido en hábito de los que vienen rescatados de cautivos, con una insignia de la Trinidad en el pecho en señal que han sido rescatados por la limosna de sus redentores.
Lo que a mí me admira es que sé, tan cierto como ahora es de día, que Durandarte acabó los de su vida en mis brazos, y que después de muerto le saqué el corazón con mis propias manos, y en verdad que debía de pesar dos libras, porque, según los naturales, el que tiene mayor corazón es dotado de mayor valentía del que le tiene pequeño.
Mas, puesto que conceda que está allí, no por eso me obligo a creer las historias de tantos Amadises, ni las de tanta turbamulta de caballeros como por ahí nos cuentan, ni es razón que un hombre como vuestra merced, tan honrado y de tan buenas partes, y dotado de tan buen entendimiento, se dé a entender que son verdaderas tantas y tan estrañas locuras como las que están escritas en los disparatados libros de caballerías.

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