Ejemplos con disonante

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Además, en el contexto de la armonía tradicional, el intervalo melódico de cuarta aumentada es considerado disonante.
La calificación de intervalos como consonantes o disonantes ha variado enormemente a lo largo de los siglos, así como la definición de lo consonante o disonante en sí.
Bajo el título Hubo clemencia la prensa se plegaba a las consignas del régimen sin que se oyera una palabra disonante.
La conmoción de Elektra al reconocer a su hermano se traduce en un acorde disonante fortísimo en toda la orquesta.
Este acorde está conformado por los acordes de Mi mayor y Do sostenido mayor, y crea un efecto disonante acorde con la naturaleza de la protagonista.
Es una obra típica del estilo de Britten, con un mundo sonoro muy especial, no marcadamente disonante, pero repleto de sutiles armonías atmosfericas y pintura tonal.
Bajo el título Hubo clemencia, la prensa se plegaba a las consignas del régimen sin que se oyera una palabra disonante.
Entonces un acorde disonante irrumpe y las cuerdas dan comienzo a un ostinato que crece en emoción, con reminiscencias al estilo del compositor Philip Glass.
Hacia el final, algunas cuerdas aceleran un poco el ritmo volviéndose algo disonante mientras el track se acerca al climax.
Philippe Manoury golpe la combinación adecuada entre somero y profundo, melódico y disonante, placentero y estridente, estasis y progreso, simplicidad y complejidad.
El final incorpora una breve melodía disonante, característica de la bossa nova, con una combinación menor-menor repetida tres veces, para acompañar el a naufragar, a naufragar, a naufragar , cantado a manera de invitación con que el tema cierra.
La primera voz disonante fue la de Adolfo Saldías, un abogado liberal, admirador de Mitre y que, justamente por ello, quiso ser su continuador.
Es cierto que Pereda no rehuye jamás la expresión valiente y pintoresca, por áspera y disonante que en un salón parezca, ni se asusta de la miseria material, ni teme penetrar en la taberna y palpar los andrajos y las llagas, pero basta abrir cualquiera de sus libros para convencerse de que corre por su alma una vena inagotable de pasión fresca, espontánea y humana, y que sabe y siente como pocos todo género de delicadezas morales y literarias, y que acierta a encontrar tesoros de poesía hasta en lo que parece más miserable y abyecto.
Previo un sordo gruñido de sus intestinos de cobre, soltaba un repique de cien campanillas de timbre agudo y disonante, y luego con voz grave y solemne daba la hora: ¡tón! ¡tón! ¡tón!.
Su voz es en extremo disonante y á nuestro modo de ver su aspecto es muy antipático.
Pero sólo hasta cierto punto puede el arte reflejar lo que en la complexidad personal hay de contradictorio y disonante, porque está en la propia naturaleza de la creación artística perseguir la armonía y la unidad, y reducir la muchedumbre de lo desordenado y disperso a síntesis donde resplandezca en su esencia la substancia que la realidad presenta enturbiada por accidentes sin valor ni fuerza representativa.
Siempre nos llamó la atención esto de Cermeño, porque en algunas provincias es cosa algo disonante, pero apelando al Diccionario de la lengua hallamos que es un árbol que da peras en la primavera, y que tiene hojas muy vellosas.
Por otra parte, la misma Inés dejaba ver cierto señorío en sus modales, no menos disonante con su profesión que el orgullo del pastelero.
La judía vertió una carcajada disonante o histérica.
Pero cuando todos vagaban errantes en el centro de la tenebrosa espesura, un clamoreo disonante que llevaba en su eco todos los accidentes de un diapasón horrible por la degradación variada de tonos, se elevó de aquella selva peligrosa: un ¡ay! prolongado y lastimero que se reproducía incesante, como la voz de ¡alerta! en una plaza sorprendida, o como el fatídico y desesperado acento del agonizante náufrago, hendió el espacio con un eco vibrante y sombrío.
Aunque parezca disonante pregonar las virtudes de personas sobre quienes recae la maldición pública, la verdad obliga al historiador a decir que tanto como escandalosa era Teresa caritativa.
Habla francés con el acento alemán tan disonante, y se ríe a todo propósito: me parece tonta, y por lo mismo la creo caprichosa y terca.
Pues aún se le decretó otro honor más desmedido y disonante, escrito por Dromoclides Esfetio, sobre que para la consagración de los escudos en Delfos se tomara oráculo de Demetrio, pero será mejor copiar el tenor del decreto, que es como sigue: “A la buena hora: Le ha parecido al pueblo nombrar un ciudadano de Atenas que, constituyéndose cerca del Salvador, y haciendo las debidas libaciones, pregunte a Demetrio Salvador cómo con más piedad, con más decoro y con mayor prontitud ha de hacer el pueblo la dedicación de las ofrendas, y que, lo que respondiere, aquello haga el pueblo.
“Tú mismo- le dijo- alabas a Écprepes, porque siendo Éforo cortó con la azuela dos de las nueve cuerdas del místico Frinis, y también a los que hicieron otro tanto después con, Timoteo, y de mí te ofendes porque quiero desterrar de Esparta para el regalo, el lujo y la vana ostentación, como si aquellos no se hubieran propuesto quitar en la música lo superfluo y excesivo, para que no llegáramos a este extremo de que el desorden y abandono en la conducta y usos de cada uno hayan hecho una república disonante y disconforme consigo misma.
»¿Y son éstos, son éstos los que esperan mi aprobación para cantar con aullido disonante las felicidades de la nación española en la jura de su querido príncipe? Tan grande asunto, digno de mi cítara, digno de que todo el coro de las Musas le celebre, ¿habrá de caer en manos de esa turba infeliz? No, no lo pretendan, y si es la lealtad y el amor quien los estimula a hacerlo, unan sus votos a los de toda la monarquía.
que el disonante estruendo haya sufrido?.
ROMANA, Y SI ALGO HAY DISONANTE A SU SACRA DOCTRINA, DESDE.
Gritánbanlo, lo azuzaban en vano con las mantas y pañuelos los muchachos prendidos sobre las horquetas del corral, y era de oír la disonante batahola de silbidos, palmadas y voces tiples y roncas que se desprendía de aquella singular orquesta.
Cuarenta y tantas carretas toldadas con negruzco y pelado cuero se escalonaban irregularmente a lo largo de la playa y algunos jinetes con el poncho calado y el lazo prendido al tiento cruzaban por entre ellas al tranco o reclinados sobre el pescuezo de los caballos echaban ojo indolente sobre uno de aquellos animados grupos, al paso que más arriba, en el aire, un enjambre de gaviotas blanquiazules que habían vuelto de la emigración al olor de carne, revoloteaban cubriendo con su disonante graznido todos lo ruidos y voces del matadero y proyectando una sombra clara sobre aquel campo de horrible carnicería.

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