Ejemplos con disculpable

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Sin embargo, Escudero hizo callar a su hija, porque después de lo que Tristán había revelado era disculpable su cólera.
Es una debilidad disculpable, y más en el caso de Felicita, que, aunque acecinada, ama, la aman, pero no se le logra la satisfacción de sus deseos.
Miradas las cosas con imparcialidad, es disculpable que el Rey pensase así.
Como Palomino al escribir la vida de Velázquez declara que debe lo principal de ella a Juan de Alfaro, y luego en la de éste dice que dejó en su espolio algunos libros y papeles muy cortesanos, y entre ellos algunos apuntamientos de la vida de Velázquez, su maestro , y como además, Fray Francisco de los Santos no fue un dechado de probidad literaria, era disculpable que se creyese fácilmente en la autenticidad del opúsculo, pero estas consideraciones pierden toda su fuerza al pensar que para hacer entrega en el monasterio de cuadros que ya eran conocidos, no necesitaba Velázquez componer un estudio crítico: para tal ocasión bastaba una lista que explicase a los religiosos lo que recibían, y por la cual supiera el Rey que habían quedado sus órdenes cumplidas.
Era gusto mío, capricho, disculpable vanidad.
De estos despilfarros solo protestaba la vecindad con cierta disculpable envidia: lo malo era que marido y mujer no comían ni se iban de campo solos, como recién casados o amantes de poco tiempo, sino que siempre les acompañaban dos hermanos, Luis y Genoveva, de los cuales el primero cortejaba a Casilda, mientras la segunda bromeaba con Damián: si el tal cortejo era platónico y las tales bromas inocentes, ellos lo sabrían, pero un conocido que les vio merendando más allá de la Bombilla, decía que era un escándalo, que cuando les sorprendió, Luis tenía a Casilda cogida por la cintura, y que Genoveva retozaba con Damián.
El mal genio de madre me parecía disculpable por los trabajos y penalidades que ocasiona una casa de labor, la brutalidad de mi padrastro se hizo menos aborrecible a mis ojos recordando que no era mi verdadero padre, y en cuanto a las crueldades de mi hermanastra como si no hubiesen existido.
Me parecería disculpable que hubieses tratado de que fueran a misa, hasta de que se confesasen, pero, chico, lo que sucede es horrible.
Experimentaba el jinete indefinible malestar, disculpable en quien, nacido y criado en un pueblo tranquilo y soñoliento, se halla por vez primera frente a frente con la ruda y majestuosa soledad de la naturaleza, y recuerda historias de viajeros robados, de gentes asesinadas en sitios desiertos.
Este género de imposición y fiscalización, aunque tan disculpable, irritó a don Pedro, que según decía, no aguantaba ancas ni gustaba de ser manejado por nadie en el mundo.
Segun acababa de advertir al imberbe amante su disculpable presuncion, aquella hermosura que tan famoso lo hiciera de niño, habíase aumentado extraordinariamente en la crísis de la pubertad.
Aldea, con animada frase, decía que la madre es disculpable muchas veces, y los hijos inocentes siempre.
Jacintito tenía este defecto, disculpable no sólo por sus pocos años, sino porque su buen tío fomentaba aquella vanidad pueril con imprudentes aplausos.
De repente una idea poco digna, pero disculpable en la situación en que me encontraba, me llevó a su dormitorio:.
Este coburguismo es más disculpable que el masculino.
Imposible es además que permanezcas ya ni una hora en esta santa casa, donde has promovido un escándalo feroz, aunque disculpable.
-Rufita González -prosiguió Nieves muy entera-, podrá haber cometido una infamia, disculpable en su mala educación, dando las noticias que le ha dado a tu sobrino, pero ¿con qué disculpará él la trastada de haberte venido a ti con el cuento sin más ni más? ¿Te parece eso a ti rasgo de hombre de fuste, ni siquiera de persona decente?.
-Muy natural -confirmó su padre, que ya estaba en ascuas, arrimándose más a ella-, muy natural y disculpable en una niña tan bien educada como tú, pero como el punto es de importancia, de muchísima importancia, y una de las cosas que con más empeño te he enseñado yo es a que te acostumbres a ver en tu padre al mejor de tus amigos, espero que has de vencer enseguida esos reparos, para que acabe yo de entenderte, y si lo crees necesario, hasta te lo suplico.
Todo esto creo yo que es muy disculpable y hasta natural en la mísera condición humana.
¡Cuántos ratos deliciosos suele éste proporcionarme, sin percatarse de ello, con sus narraciones de pura casta! ¡Con qué fruición, pueril quizá, pero disculpable, me digo después de oírle: «-¡Aún queda un marino!.
¿Cómo no se le ocurría esto a Neluco, ya que tan disculpable era en la inexperiencia de otras muchas personas el que no se les alcanzara? Y sin embargo, días andando, me salió con la misma copla nada menos que el docto y experimentado señor de la torre de Provedaño.
Sobre lo que haya de disculpable en este deseo, y de cierto en los corrientes relatos, no he de hablar yo aquí una palabra.
Su gran pasión disculpaba a los ojos de Bonis aquellas relaciones ilícitas con la cómica, pero desde el momento en que él faltaba a Serafina, dejándose interesar endiabladamente por los encantos marchitos, pero expresivos y melancólicos, llenos de fuego reconcentrado, de su legítima esposa, quedaba probado que la gran pasión pretendida no era tan grande, y, en otro tanto, era menos disculpable.
Aquí Emma vacilaba y recurría al tercer caso de infidelidad femenina disculpable.
Diego, valga la verdad, en cierto culteranismo, disculpable, eso sí, porque mediante él procuraba que su elocuencia saliese como el armiño de las cenagosas aguas de la podredumbre privada, adonde le arrastraban, en ocasiones, las necesidades del foro.
Pero si, atendidas estas breves consideraciones, es el orgullo del talento disculpable, porque es el único modo que tiene el literato de cobrarse el premio de su afán, no por eso autoriza a nadie a ser en sociedad ridículo, y éste es el extremo por donde peca don Timoteo.
Si algún orgullo hay, pues, disculpable, es el que se funda en la aristocracia del talento, y más disculpable, ciertamente, donde es a toda luz más fácil nacer hermosa, de noble cuna, o adquirir riqueza, que lucir el talento que nace entre abrojos cuando nace, que sólo acarrea sinsabores, y que se encuentra aisladamente encerrado en la cabeza de su dueño como en callejón sin salida.
Los españoles sucesores de Pelayo, vencedores de una gran parte de los reyezuelos moros que habían poseído media España, ya reconquistada, tomaron de sus conquistadores en un principio, compatriotas, amigos o parientes en seguida, enemigos casi siempre, y aliados muchas veces, estas fiestas, cuya atrocidad era entonces disculpable, pues que entretenía el valor ardiente de los guerreros en sus suspensiones de armas para la guerra, la emulación entre los nobles que se ocupaban en ellas, haciéndolos verdaderamente superiores a la plebe, y acostumbraba al que había de pelear a mirar con desprecio a un semejante suyo, cuando le era preciso combatir con él, si acababa de aterrar a una fiera más temible.

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