Ejemplos con discípulos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Así y todo, aun los más prevenidos contra aquella índole literaria tan angelical y tan simpática, ante quien toda crítica enmudece, no podrán menos de reconocer a la insigne dama andaluza, autora de y de , el mérito supremo de haber creado la novela moderna de costumbres españolas, la novela de sabor local, siendo en este concepto discípulos suyos cuantos hoy la cultivan, y entre ellos Pereda, que afín además por sus ideas con las de Fernán Caballero, se ha gloriado siempre de semejante filiación intelectual.
A la vista salta que la naturaleza y la realidad no son en el sistema de Zola y sus discípulos más que un par de testaferros, tras de los cuales se oculta un romanticismo enfermizo, caduco y de mala ley, donde, por sibaritismo de estilo, se rehuye la expresión natural, que suele ser noble, y se persigue con pésima delectación y artificio visible la expresión más violenta y torcida, por imaginar los autores que tiene.
De todo lo cual resulta que el único naturalista acérrimo y consecuente es Emilio Zola, puesto que sus discípulos apenas merecen ser nombrados.
Defiéndele, SILENO, porque no digan que tus discípulos son unos impertinentes.
Y se alejaba de Gabriel, que no podía comprender el verdadero alcance de este desvío de sus discípulos.
Creía que era él quien había repelido a los discípulos, cortando de este modo sus peligrosas conversaciones, para restablecer el buen orden en el claustro.
Los discípulos se ocultaban cada vez con más empeño en su aislamiento de la torre.
Pero no podía retroceder: le arrastraba el afecto de sus discípulos y su antiguo afán de propagandista.
En la Universidad de Salamanca, el poeta Torres de Villarroel no encontraba ni una sola obra de geografía, y cuando hablaba de matemáticas, los discípulos le decían que eran cosas de sortilegio, ciencia del diablo que únicamente podía entenderse untándose con el ungüento que usan los brujos.
No eran flojos los trabajos sufridos por don Joaquín para hacerse entender de sus discípulos y que no reculasen ante el idioma castellano.
Estos discípulos eran los que pagaban mejor.
Cada palabra que sus discípulos pronunciaban maly no decían bien una solale hacía dar bufidos y levantar las manos con indignación hasta tocar el ahumado techo de su vivienda.
Estaba orgulloso de la urbanidad con que trataba a sus discípulos.
Ambos emprendían una interminable conversación, y los discípulos abandonaban los bancos para oirles de cerca o iban a jugar con las ovejas que rumiaban la hierba de los ribazos cercanos.
Señores míosgritaba a los audaces discípulos al mismo tiempo que requería la caña, todos aquí.
Y mientras el pastor, despedido cortésmente, guiaba sus ovejas hacia el molino, para repetir allí sus historias, empezaba de nuevo en la escuela el canturreo de la tabla de multiplicar, que era para los discípulos de don Joaquín el gran alarde de sabiduría.
Esto hacía decir a algunos enemigos de don Joaquín que el maestro era aficionado a castigar a sus discípulos mermándoles la ración, para subsanar de este modo las deficiencias de la cocina de doña Pepa.
De ello corría peligro, pues cerca de su persona andaban muchos padres de los que le enviaban discípulos sin el lastre de los dos cuartos.
Y como dicen que estoy chocho, y como andan repitiendo eso por todas partes, me faltan discípulos, y faltándome discípulos me falta trabajo, y sin trabajo, como tú lo comprenderás, me falta dinero.
Diez o doce discípulos, que pagan poco, ¡y es cuánto! Unas leccioncitas ¡y nada más!.
Casi a mi lado avanzaban paso a paso algunos discípulos de don Román, con el Nebrija bajo el brazo, serios, graves, orgullosos, muy pagados de su ciencia, como personas de altísimos saberes.
En tanto que yo conversaba con la enferma, en el corredor más lejano se reunían los discípulos: veinte o treinta niñitos de las principales familias de Villaverde, un coro de querubines traviesos y mimados.
Mucho me dieron que reír los articulitos de Porras, quien, bajo el seudónimo de Canta Claro , hizo gala de sus saberes y dió cada felpa a los ardorosos discípulos de Allán-Kardec, que Dios tocaba a juicio.
Si tú, a quien yo inicié en las grandes bellezas de la literatura clásica, gustas de las novedades esas, ¿qué harán los discípulos de Venegas y Ocaña? ¡Así anda todo! ¡Así andan las letras patrias! ¡Por eso ya no hay Carpios ni Pesados!.
Los discípulos de Bemoles volvían a la carga con festiva polca, Arlequín , muy en boga a la caída del Imperio y popularizada por los famosos músicos de la Legión austríaca.
Todos se acuerdan de ellos, alaban sus virtudes, y se dicen amigos del uno y discípulos del otro.
Aquellos señores, sin acordarse del motivo que les obligaba a andar por las calles en procesión, hablaban de los negocios, de la fuga de Morte, con gran estallido de fin de mes, y de la desesperada situación de los discípulos del famoso banquero.
Tengo discípulos en toda clase de oficios y profesiones.
Este, éste que ven ustedes, es uno de mis discípulos más queridos.

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