Ejemplos con digas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No digas eso , suspiró Angustias, con lágrimas nacientes, que yo acudí a evitar con mis labios.
¡Job, no digas tonterías! Si te parece cambiaremos nuestras cruces.
Cállate y no digas a nadie que he estado enfermo.
¿Y cuándo? ¿Y de qué suerte? No: no le digas nada.
Yo quiero a Roberto, ¿me entiendes? Él me quiere a mí, a pesar de todo cuanto digas, y eso de que se permitió hablar ciertas cosas es una mentira de Rafael, que, según me han dicho, iba la otra noche como una cuba.
Aunque tú me digas que sí, que le diga todo, no lo haré.
Una cosa voy a pedirte: que el día que ya no me quieras me hables francamente, y me digas la verdad, ¡toda la verdad! Tú dirás que estos temores míos son infundados, que son locuras mías.
Te quiero con toda el alma, Rodolfo mío, no vivo más que para tí, y me duele mucho que me digas esas cosas tan tristes.
¡No la digas,interrumpió la morenano la digas, que Rodolfo es de los interesados!.
A qué pensar en la infeliz muchacha a quien tanto amas, porque me amas, ¡sí, me amas con toda tu alma! ¿A qué pensar en esta huérfana que no puede satisfacer tus ambiciones, ni corresponder a ese porvenir con que sueñas a todas horas? Rorró: no olvides lo que te digo hoy, en vísperas de separarme de tí: me olvidarás, y acaso muy pronto,¡yo no te olvidaré!Ya sé lo que vas a contestarme, ya lo sé, pero no lo digas, óyelo de mis labios: Pues si estás segura de que te olvidaré, ¿por qué no rompes ahora mismo los lazos que nos unen?.
No digas esas cosas, Rorró,solía decirme,porque no las creo.
Nada digas a Castro Pérez de eso del empleo en Santa Clara.
No seas tonta no digas burradasreplicó la otra palideciendo.
¿Que no te queremos? Vaya con lo que sales Tontín, no digas disparates.
No, si esto no es para que me digas la cifra exacta.
No digas si podemos o no podemos más.
Verás: soltaba una risa que a mí me ponía los pelos de punta, y decía muy callandito: ¡Qué guapo estás con tu cara blanca, con tu cara de hostia dentro del cerco de piedras finas! ¡Oh, qué reguapo estás! No creas que te robo las piedras Para nada las quiero Me gustas ¡te comería! No me digas que no te coja, porque te cojo, aunque me muera y me eches al infierno Sor Natividad te falta, para que lo sepas, te falta con el Padre Pintado’.
No lo digas muchobalbució Fortunata conmovidísima, acariciando a su amiga.
¡Bah!, no digas tonterías No me hace gracia que te pongas así Eso de matar a la rival es hasta cursi.
Yo quiero que me digas con lealtad qué harías, qué harías tú en este trance.
¡Ay!, no me lo digas ni en broma me lo digas.
¡Bah! no digas desatinosreplicó Fortunata, queriendo echárselas de valiente.
Quita, mujer, y no me digas nada Pues si desde que salí de las Micaelas no he vuelto a catarlo Soy ahora, como quien dice, otra.
No me digas más, chica te conviene, te conviene.
Por Dios, no me digas eso murmuró Jacinta, después de una pausa en que quiso hablar y no pudo.
Di que sí Hay momentos en la vida de los pueblos, digo, en la vida de los hombres, en que uno debiera tener mil bocas para con todas ellas a la vez expresar la, la, la Sería uno un coro eso, eso Porque yo he sido malo, no me digas que no, no me lo digas.
Juan, por amor de Dios, sosiégate, no digas más disparates.
Si lo dices porque yo he de encontrar siempre bien todo lo que digas, tienes razón.

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