Ejemplos con diestros

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Una creencia sugiere que los zurdos son más adaptables, inteligentes o creativos que los diestros: tener mano izquierda , es un dicho positivo en lengua española.
En tanto, la palabra inglesa sinister, derivada del latín, originalmente 'izquierdo', migró a 'malo' o 'desafortunado', en el latín clásico sinister viene de sinus, que significa 'hueco' o 'bolsillo', una toga romana tradicional tenía solo un bolsillo, colocado en el lado izquierdo para los diestros.
Con todo, un operario o un profesional zurdo sigue en desventaja, incluso por la forma de ordenar las cosas, y tendrá que adaptarse al uso y disposición de los compañeros diestros.
Los zurdos viven en promedio cuatro años menos que los diestros.
Esto es cierto en los diestros en un alto porcentaje, pero en los zurdos no.
Se lidiaron en aquella ocasión toros del Marqués de Saltillo, para una terna formada por los diestros Lagartijo, Espartero y Guerrita.
No obstante esas polémicas, siempre se ha considerado su tarea como imprescindible y muy valerosa, pues auxilian al picador cansado o derribado arriesgando su vida en la misma cara del toro, realizando incluso algún quite sin engaño alguno si llegan antes que los diestros.
Apostantes que empujan a su oponente a realizar envites por debajo del Límite Inferior son considerados muy diestros.
Aquel coche en ,- están los diestros se llama.
¿Para quiénes son ,- flores? ,- son para los diestros, ,- son para las presidentas.
Los diestros ,- están en ese coche amarillo son de Sevilla.
Los olfatos más diestros en aquello de seguir la pista a un enredo pusiéronse al punto en movimiento, y a poco quedó averiguado que Jacobo había tenido la desfachatez de convidar al viejo duque, y el noble anciano el decoro de negarle la demanda.
Por eso, sin darse ella por vencida ni cejar un punto en su tenaz empeño, y fortaleciendo siempre con el despecho y la rabia y hasta el dolor mismo su terquedad de mujer voluntariosa, siempre mimada, optó desde luego por el camino de los hábiles políticos y los diestros estratégicos y los conocedores prácticos del mundo y del corazón humano: una prudente retirada que sosegara los ánimos y diese tiempo a que las memorias olvidaran, cesasen las prevenciones, se cansaran las lenguas, y los escándalos nuevos hicieran olvidar y aun perdonar los escándalos pasados.
Y como por buenos que sean los diestros que están en el tendido, si los lidiadores son malos, mala resultará la corrida, para los buenos villaverdinos no hay chupa que les venga, ni capote que les salga a gusto.
El primer toro ¡bueno! Todavía les causaba cierta ilusión el arrojo de los diestros, el valor de aquellos cuerpos esbeltos, nerviosos y ligeros que escapaban milagrosamente de entre las curvas astas, pero apenas comenzó la parte brutal del espectáculo y cayeron pesadamente como sacos de arena los infelices peleles forrados de amarillo, mientras el caballo escapaba, pisándose en su marcha los pingajos sangrientos como enormes chorizos, las jóvenes volvieron la cabeza con un gesto de asco y no quisieron mirar al redondel.
De los diestros dijo una vez que eran maestros de una ciencia o arte, que cuando la habian menester no la sabian, y que tocaban algo en presuntuosos, pues querian reducir a demostraciones matemáticas, que son infalibles, los movimientos y pensamientos coléricos de sus contrarios.
Juan no pasaba de veinte y seis, y adornaban esta buena edad con ser muy gentiles hombres, músicos, poetas, diestros y valientes: partes que los hacian amables y bien queridos de cuantos los comunicaban.

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